•Tyler Galpin•
Amelie Edevane llega a Nunca más en contra de su voluntad, pues sus padres Agatha y Vicent Edevane temen por su seguridad en su ciudad natal, cosa que ella no lo sabe y por ende no entiende la insistencia de sus progenitores de mandar...
El día pintaba a ser de los más nubloso y torrencial posible, cosa que a Edevane le encantaba, el olor de la tierra mojada le recordaba a su infancia cuando solía profanar tumbas junto a su familia en las noches lluviosas.
Pero ese día no podía ser Perfecto a pesar de tan agradable clima, pues se encontraba a escasos metros de llegar a aquella famosa Academia
Nunca más...
No entendía que era lo que había echo mal, sus calificaciones eran buenas, no causaba problemas y a pesar de no ser una persona muy demostrativa y social, siempre buscaba hacer el bien y luchar contra las injusticias, comenzaba a creer que había decepcionado a sus padres y por ello no la querían cerca y era de esperarse, pues estaba a nada de cumplir la mayoría de edad y no había señal de que sus poderes salieran a la luz pronto.
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Ágatha & Vicent Edevane
Ágatha:Mi pequeña muñequita embrujada, hemos llegado a tu nuevo hogar. Vicent:Estamos seguros de que te encantará este lugar mi infiernillo. Amelie:Sigo sin entender porque me quieren lejos de ustedes,no soportare estar mucho tiempo alejada de casa... Ágatha:Se que esto no es fácil para ti cariño, tampoco lo es para nosotros pero solo lo hacemos por tu bien, no es lo que estás pensando...queremos lo mejor para ti. Vicent:Será muy duro despertar y no llevarme un susto cada mañana al verte sentada silenciosa a la orilla de nuestra cama cielo, pero créeme esto terminará antes de que los lobos aúllen.
Narra Amelie
Se que mis padres me quieren y no harían algo que me afectara jamás, pero se que me ocultan algo muy grande y temo tener la culpa de ello.
Amelie:Bien, espero que esta tortura no dure mucho, y también espero que al regresar a casa por fin pueda hacerlos sentir orgullosos de mi y de mis poderes...si es que los desarrollo. Ágatha:Lo harás mi amor, estoy convencida de ello.
Por fin entraron por aquella gran reja que anunciaba el inicio de esta aventura, dejando ver un enorme castillo enfrente de sus ojos, era más grande que su propio castillo, escondido entre un bosque lleno de árboles negros en lo más alto de una colina, pero aún así no dejaba de verse imponente y misterioso.
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Ahora si no había marcha atrás, Amelie estaba enfrente de su mayor reto en la vida y no era lo que ella creía.
