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-Tranquilo mi amor. Inosuke está perfecto.- Se sentó sobre Douma y estiró una mano.

Rápidamente uno de sus robots apareció y tras tocar un botón en su frente de sus ojos salió un holograma, mostrando al adolescente dormido en el asiento trasero del auto de Douma apoyando la cabeza en el hombro de su novio, un rubio de ojos miel claros. Como conductor se veía otro robot idéntico a Douma.

Tras escuchar un sollozo, la imagen terminó y Michikatsu volteó a ver al ojiarcoiris.

Al ver sus mejillas llenas de lágrimas y un pequeño moco caer por su nariz, no lo dudó ni un segundo al abalanzarse encima suyo y lamer sus lágrimas para luego succionar su mucosidad.

Douma observó con asco al de coleta que se relamía los labios. -Delicioso~- Jadeó Michikatsu, volviendo a lanzarse sobre Douma para succionar sus mejilla ansioso, sintiendo sus fuertes puñetazos y rodillazos que no le hacían nada en absoluto. -Ya deja de pelear.- Apretó la cadera del menor para detenerlo. -Ya te lo dije, eres mío. No vas a salir nunca de aquí. Y agradece que dejé a tu hermoso hijo bajo el cuidado de mi robot y no lo abandoné.-

-¡-E-Eres un maldito Sociópata!- Sollozó Douma temblando de miedo.

Michikatsu rió a carcajadas y repentinamente dejó de reír para mirarlo con una ladina sonrisa siniestra. -Prefiero el término Psicópata, cariño.-

-¡D-Dejame ir maldito!- Gritó Douma para luego voltear dándole la espalda y tratar de safarse de su agarre, sujetándose del colchón en el suelo para gatear y salir de debajo suyo.

-Ay mi amor, no seas estúpido. ¿Crees que después de secuestrarte, dejarte en ropa interior, dejar mi robot y el tuyo sueltos, hablar con mi mejor amigo para que la Policía no interfiera, preparar mi sótano para tu comodidad y triplicar la seguridad en casa te dejaré ir?- Sujetó posesivamente al ojiarcoiris de las caderas y lo jaló hasta dejarlo sentado sobre su entrepierna. -Eres mío para siempre Douma.- Lamió una de sus mejillas bajando hasta su cuello y comenzó a succionar escuchándolo insultar en voz baja. -Ya disfruté el ssbor de tus lágrimas y tus moquitos. Me pregunto que más podré saborear de ti.- Se inclinó y susurró con voz ronca y gruesa en su oído. -Tal vez un poco de semen o... Sangre.- Estiró una mano hacia una tijera y la comenzó a bajar hasta el boxer de Douma, notando que este estaba empapado de algo cálido y líquido. -....¿Acabas de orinarte?-

-.....- El ojiarcoiris solo desvió la mirada sintiendo su cuerpo temblar de terror.

Michikatsu rió a carcajadas y cortó el calzoncillo de Douma a los lados. -No me tengas miedo, mi amor. No podría hacerte algo que no te guste.- Besó sus mejillas cariñosamente y llevó el calzoncillo roto hasta sus labios, apretándolo para que caigan pequeños chorritos de orina de Douma y tragarsela como si fuera agua. -Mmm~ Delicioso~-

El ojiarcoiris se tapó la boca asqueado sintiendo ganas de vomitar al ver tal escena y le dió un codazo en los testículos al pelinegro, quién lo soltó haciendo una mueca de dolor para sobarse la zona herida.

Aprovechando su oportunidad, Douma sonrió radiantemente y se puso de pie corriendo desnudo con las piernas temblando de miedo corrió desesperado por todo el sótano hasta que finalmente dió con un pasillo que acababa en unas escaleras hacia arriba y corrió hacia allí sin dudar ni un solo segundo.

Los dos robots que estaban en el sótano fueron hasta Michikatsu para auxiliarlo, pero el de coleta le tiró furioso a uno la tijera en la cara. -¡¿Qué me miran?!¡Vayan por mi bebé y traiganmelo!¡No quiero que se lastime!-

Ambos asintieron al instante y corrieron lo más rápido que sus piernas de metal les permitían.

Para cuando los robots comenzaron a subir las escaleras, Douma agarró el pomo de la puerta para abrirla. Lo que no sabía era no solo que tenía llave, sinó que tenía un lector de huellas dactilares y a quien no tuviera las huellas de Michikatsu le quemaría la mano. Este método de seguridad estaba tanto del lado interior como del exterior.

Secuestrado por un Psicópata [MichiDou](R+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora