── kiss me like nobody's watching !

¡ diez !

— ¿Novios?

Jeongin se encogió de hombros ante la pregunta sorprendida de Seungmin, pero emocionada al mismo tiempo. Su mejor amigo se veía feliz por él, burlándose con ruidos tontos y expresiones cómplices que lo hicieron avergonzar hasta tener que lanzarle una de sus almohadas a la cara. Era jueves por la noche, ambos se encontraban a punto de dormir, acostados en sus respectivas camas que se hallaban enfrentándose, con Kim tocando la amplia ventana cubierta por largas cortinas marrones.

Era exactamente una semana después desde aquel día en el puesto callejero, Hyunjin le había pedido salir como novios luego de atreverse a besarle frente a toda esa gente. Había sentido su miedo reflejándose en el temblor de sus labios contra los suyos, pegando su frente con la suya al separarse, sin atreverse a abrir los ojos, las cejas fruncidas en una expresión nerviosa. Hwang fue valiente al principio, pero poco después todo su coraje se vió amenazado cuando su burbuja íntima se rompió y el ruido de la ciudad regresó a ellos.

Luego de ese episodio de adrenalina, regresaron a los dormitorios para refugiarse en la habitación del menor, quien se dedicó a halagarlo por sus agallas, besándole por todas partes en un intento de apaciguar el temblor de su cuerpo. Fue tierno, de hecho, Hyunjin parecía un cachorro asustado que buscaba mimos para tranquilizarse, refugiado entre los brazos de Yang

Honestamente no había creído que lo haría, incluso se estaba preparando para que todo terminara ahí, temió cuando vió el titubeo en los acuosos ojos de Hwang, y también se sintió aliviado cuando se inclinó sobre él para atreverse a besarlo frente a tantas personas. Ni siquiera les pusieron atención, quizás recibieron un par de fugaces miradas, pero nadie molestó, parecían estar ocupados en sus propios asuntos como para tomar en cuenta a un par de chicos sentados en el asfato besándose. Y eso relajó a Hyunjin, quien había terminado riéndose por sus nervios exagerados.

Aquella semana la habían llevado de ese modo, medio escondidos, porque Hyunjin todavía no podía hacer ciertas cosas, pero al menos no se negaban a pasar el día juntos dentro del campus. Era graciosa la manera en que sus compañeros de equipo los miraban y preguntaban desconcertados porqué de pronto parecían amigos cercanos, y respondían lo mismo cada vez; Querían hacer las paces entre los equipos.

Hasta ese momento, Seungmin era el único que lo sabía, pues simplemente no podían ocultárselo después de haber sido atrapados aquel día. Jeongin también quería tener a alguien con quien hablar sobre eso, de lo inseguro que se llegaba a sentir en ciertos aspectos.

— Es un poco extraño pensar en ustedes como novios —dijo acostándose mejor, doblando ambos brazos detrás de su cabeza—. Supongo que aquel dicho sobre el amor y el odio es cierto.

— ¿Del odio al amor sólo hay un paso? —Jeongin se rió como si fuera el mejor chiste del mundo— No creo que sea cierto... de todos modos, yo no odié realmente a Hyunjin... me caía mal, pero no lo odié.

— ¿Y ahora te cae mejor?

— Oh, cállate —volvió a lanzarle una de sus almohadas, la cual Kim logró atrapar y regresar, riéndose por el rostro enrojecido de su mejor amigo.

Era tierno mirarlo de esa manera, sonriendo de ese modo, tan feliz y cómodo, con los preciosos hoyuelos asomándose alegres, sus mejillas coloreándose, ese brillo en sus ojos; resplandecientes, llenos de anhelo. No lo había visto así desde que ganaron el primer partido para la universidad, o desde su útimo novio. Sí que era raro que sea Hwang quien le haga estar de ese modo, pero le gustaba ver a su amigo contento.

— Me alegro por ti, Innie —fue lo que murmuró junto a un bostezo que engrosó su voz, acomodándose mejor para dormir—. Descansa.

— Descansa, Seung.