Capítulo Único

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Oliver llegó exhausto a su apartamento, después de horas de puro estrés y trabajo pendiente en Queen Consolidated, Sara, su secretaria y mejor amiga lo soltó para ir a ver a su pareja.

Al entrar al apartamento olió el dulce aroma a canela de su pequeño Omega que provenía de la cocina, se encaminó a esa dirección y al llegar pudo observar a Barry de espaldas haciendo la cena, sin percatarse de la presencia de Oliver.

El mayor se aproximó a paso lento, al estar lo suficiente cerca del menor posó sus manos alrededor de su cintura, lo atrajo hacia su pecho, gruñendo en su oído al sentir como Barry se tensaba al principio, pero tranquilizandose al reconocer a Oliver.

Pasó sus manos acariciando la casita donde habitaba su cachorro, desde su vista podía ver los pequeños pechos llenos de leche de su pareja. Su Alfa interno se ponía inquieto al ver a su Omega con esos pechos, ansiaba poder ordeñar y saborear la leche que guardaba para su cachorro, pero no sabía cuánto más aguantaría su autocontrol para no lanzarse encima de los pechos de su novio.

-Bienvenido cariño, ¿Cómo te fue en el trabajo? -Preguntó su Omega girándose ligeramente y plantando un fugaz beso como saludo, devolviendo su atención a la sartén que cocinaba filetes de carne-.

-Como todas las veces amor, aburrido y estresante. -Suspiró cansado el rubio pegando su barbilla al hombro ajeno, sin dejar de acariciar la pequeña barriga de cuatro meses de gestación-.

El dulce olor de su Omega lo calmaba, lo desestresaba a niveles inexplicables, sus músculos dejaban su posición tensa y era como estar en una nube de algodón, suave, esponjosa y reconfortante.

-Te noto muy cansado, deberías ir a ducharte, Alfa-. Propuso el menor, dándose la vuelta, agarrando el saco y maletín de su novio con una sonrisa juguetona-. La cena estará aquí cuando vuelvas, no se irá a ningún lado.

El mayor rodó los ojos con ternura agradeciendo a cualquier deidad o al universo mismo que puso a un compañero tan perfecto en su camino, Barry era lo que siempre había querido, un Omega servicial, sumiso y hermoso.

-No te preocupes Bear, puedo encargarme. -Respondió intentando agarrar de nuevo sus cosas, pero el menor no lo dejó sino que las apartó de Oliver con un puchero regañón-.

-No, Oliver, se nota a kilómetros que estás cansado, ve a ducharte, deja que tu Omega te mime de vez en cuando, ¿si, Alfa? -Barry le dedicó una sonrisa suave y cariñosa, se encaminó a la oficina de Oliver para dejar las cosas-.

Oliver sin palabras y con un calor reconfortante en su pecho siguió la indicación de su novio, sonrió sintiéndose amado, el hombre más feliz del mundo y fue a ducharse para quitarse el cansancio diario que llevaba encima tomando una decisión.

[...]

Luego de salir de la ducha aseado y totalmente relajado, fue hacia la planta baja donde su novio lo esperaba en el comedor con la cena recién servida, al hacer contacto visual los dos se sonrieron con cariño.

Cuando Oliver ayudó a Barry con su silla y se sentó en la propia cenaron en un ambiente cómodo, con la luz de las velas, una charla amena, coqueteos, sonrojos y risas. Después de comer, Barry fue por su almohada preferida, una manta, y helado napolitano para acurrucarse y ver una película en el sofá.

-Oye. -Oliver llamó-.

-¿Sucede algo, Ollie? -El menor se giró, poniendo su atención en su novio-.

-Está creciendo. -El Alfa respondió en un jadeo asombrado, acariciando la casa providencial de su cachorro-.

El menor rió con ternura y diversión-. Tienes razón, ya no puedo esperar a tenerlo en mis brazos. -Puso su mano donde el mayor estaba acariciando-.

Lactafilía [Olivarry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora