Monster ( vkook ) - Segunda Temporada

one

¿Quieres jugar ajedrez?

Diez años después

Jungkook alzó su rostro hacia el cielo, el sol impactó en su semblante pálido y soltó un suspiro que sus pulmones agradecieron. Se incorporó de su asiento con una sonrisa en su rostro y avanzó al escenario, saludó a su director y posó para la fotografía que su molesto primo insistía en tomar, pero que no replicó el gesto. El azabache borró su sonrisa al volver a su asiento y miró tristemente el lugar vacío del público en la galería, donde debería estar él.

El recién graduado frunció el ceño cuando Jin tomó una fotografía sin consultarle. Se acercaron hasta Yoongi, que junto a sus padres los esperaban a unos metros más adelante. Lo recibieron con una sonrisa y un abrazo, diciéndole lo orgullosos que estaban de él.

— Felicidades, Jungkook. ¿Quién diría que eres inteligente después de todo? —se burló Yoongi, el ahora rubio ceniza. Jungkook rodó los ojos y resopló, ignorándolo. La señora Min negó suavemente y acarició sus hombros con gentileza.

— Estamos orgullosos de ti —susurró Jin, melancólico. El azabache le sonrió suavemente como respuesta, en el fondo era lo único que podía entregar—. Ya es hora de irnos. Debemos celebrar esto, no todos los días se obtiene un título universitario, menos en leyes.

— Es increíble tener otro abogado en la familia —dijo el señor Min con orgullo.

— ¡Es por eso que hay que celebrar! —exclamó Yoongi.

— ¿Por qué no lo hablan con Jungkook? Debe estar cansado —dijo la señora Min. YoonGi frunció el ceño sin creer lo que oía.

— ¿Cansado de qué? ¿De estar sentado dos horas solo para recibir un cartón? —respondió con ironía. Jin rodó los ojos junto a la señora Min—. Ni loco, vamos a celebrar.

— No creo que sea posible —la voz de Jungkook llamó la atención de todos, Yoongi y Jin lo miraron con sorpresa mientras que el señor y la señora Min se abrazaban entre sí, como si supieran lo que estaba a punto de decir—. Volveré a Seúl mañana.

Seúl solo podía significar una cosa, o más bien alguien, y el simple hecho de saberlo resultaba extraño, como si hace mucho tiempo no hubieran escuchado ese nombre porque nadie se atrevía a pronunciarlo, no frente a Jungkook.

El azabache interpretó su silencio como un nudo en la garganta, fue así como la tarde se basó en equipaje y ordenar un poco su departamento para volver a su antiguo hogar. Yoongi y Jin lo ayudaron a empacar, ambos tan serios que no fueron capaces de pronunciarse, siquiera de recordarlo y darle un poco de apoyo.

— No me miren así —Jungkook los enfrentó, quizás no a ellos sino también a él, a su miedo y curiosidad, después de todo no podía culparlos, él los hizo sentir así—. Tarde o temprano sabían que esto iba a pasar. No puedo quedarme aquí sentado esperando a que él vuelva.

Claro que sí, ninguno lo ponía en juicio. Todos estos años lo vieron con sus propios ojos, cada cumpleaños de Jungkook, cada navidad y cada treinta de diciembre, era como si el tiempo no quisiera que lo olvidaran, de todas formas era imposible hacerlo.

— Lo sabemos —soltó Jin de repente, tomando a Jungkook por sorpresa. El castaño alzó su rostro y lo miró fijamente, con esa típica mirada llena de convicción que lo caracterizaba—. Lo sabemos más que nadie.

— ¿Entonces por qué no me apoyan? ¿Por qué actúan como si lo hubieran olvidado? ¿Por qué ninguno de ustedes quiere hablar del tema? —murmuró entre dientes, decepcionado.