Recuento: Andy (19.6)

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Me llamo Andy Valdez, edad 9; seguro te preguntarás ¿quién soy?, aunque eso ya lo habéis leído anteriormente, yo soy la encargada de la tecnología 3×4 en el sector betha y esta es mi historia.

Esto comienza cuando yo solo tenía cuatro años en la guardería "Taquitos del corazón", donde los adultos nos obligaban a trabajar picando y lavando lo necesario para el restaurante que servía al lado, yo nunca había sido muy fanática a que los tacos de carne le echaran soya, para complementar, era solitaria, verán las niñas que comemos mucho chocolate somos enviadas por las delgadas que desean tenerlo pero sus padres no les dan, yo era uno de los escasos a los que en casa el chocolate era agua.

Un día una niña tiro de mis largos cabellos castaños acto seguido de una patada en mi tibia, gritando insultos yo solo me hacia bolita mientras trataba de contenerme; de pronto una sombra observé avecinar detrás de ellas, valientemente dijo - ¡Déjenla en paz bravuconas!- sin dudar las desafió a una pelea.

Mientras que entre todas la acorralaron al otro lado del cuarto, yo trataba de averiguar una manera de ayudarla; desesperadamente armé un lanza piedras rudimentario con el que las detuve por un segundo, cual aprovechó la misteriosa niña para golpearle en el rostro a la líder, bastó para que salieran llorando con la encargada quien ese mismo día nos sacó de la guardería.

Expulsadas, tuvimos tiempo para elaborar un plan con el que logramos vencer a "señora taquitos", la dueña de ambos locales, incluyendo la liberación de todos esos niños resguardados en tanto sus padres trabajaban.

Luego de que llegó la policía a arrestarla, aquella niña sacó en su bolsillo frontal del oberól un chocolate de Hershy's sabor fresa con crema, versión limitada. Mis ojos se iluminaron al ver su perfecta envoltura luego de una gran batalla, la niña de ojos café, cabello oscuro rizado alborotado y piel miel se me acercó, en ese entonces mas alta que yo, miro a mis ojos, luego el chocolate, seguido de una tierna mirada sonriente diciendo -Toma es tuyo, disfrútalo- inmediatamente ataco una mordida cuya acaba con el chocolate aun en manos de la niña, mastico mientras siento su sabor fresa en mi boca y siento como mis enormes mejillas malvavisco se tornan de un color rosado -Veo que te gustó- suelta una pequeña risita con la que recuerdo y pregunto dulcemente - Por cierto, ¿cómo te llamas?, yo soy Andrea pero puedes decirme Andy- ella sonríe tanto que sus ojos se pueden ver como los de una japonesa -Soy Jessica, mucho gusto Andy- próximo a esto llegaron nuestras madres, mas por súplicas nos permitieron ir por último a la tienda consecuentemente deboraríamos los chocolates comprados, mientras nuestras madres platicaban. Pasada las seis de la tarde ambas nos pidieron separarnos, dicho esto nos despedimos, yo inconscientemente la ábrase con todas mis fuerzas diciéndole -Gracias por la maravillosa tarde y... Gracias por ser mí 1° amiga- al separarnos ella me decía adiós con su brazo extendido en el aire hasta que deje de ver el carro.

El tiempo corrió y yo todos los días pedía a mi madre que me llevara hacia su casa para poder volver a jugar. Hasta que en una ocasión ella preparaba la cena para su novio, estaba demorada y yo insistía que en vez de quedarme con ella debería llevarme con mi amiga, cosa que la sacó de quicio gritando -¡Ya Andrea, ella está muerta!- se dio cuenta de lo echo al ver como mi enorme sonrisa pasaba a un triste labio, llevo sus manos a su rostro mas antes de que dijera algo más salí corriendo a mi habitación donde pensaba en ese día en el que jugamos y prometimos unirnos a KND.

Logré llegar a la conclusión de que mi meta sería esa, así que todo ese año lo utilicé estudiando y practicando toda la tecnología 3×4 de KND, consiguiente a esto presenté un examén que obviamente pase en el que era aceptada al grupo de introducción y preparación de KND.

En lo menos esperado la ceremonia llegó, me encontraba con las únicas que habían logrado pasar las pruebas mentales, físicas, entre otras. De las presentes solo pude reconocer a dos, una de ellas era la niña con la que jugaba en la cuadra. Dania Soriano, con quién pasaba el tiempo peleado en las máquinas de vídeo juegos, a quién por cierto siempre ganaba, sin presumir claro, me alegraba que vaya a estar junto con migo, tal vez así tenga oportunidad de ganar más de una partida. Tengo entendido que es una niña algo inteligente, por ello se le entrenó para técnicas de guerra pero sobre todo combate; recuerdo haber oído que noqueo a un adolescente, fue por ello que fue reclutado; a pesar de su extraña apariencia escuálida y un tanto nerd que combina perfectamente con su corte de cabello recto a los hombros, y su lacio cabello castaño claro, todo en conjunto no ayudan mucho a llegar a pensar de lo capaz que es esa niña.

Por otro lado esta Yazmin, la capitán del equipo; ella me hacía recordar a alguien un tanto borroso en mi memoria, como si esta misma no quisiera recordarlo, sus ojos mestizos coreanos inundaba mi curiosidad, sin embargo no había tiempo para distraerme en recordar a alguien que seguro nunca existió.

Nuestro primer reto como equipo fue crear nuestra casa del árbol, obviamente en un punto medio entre nuestras casas, y como de costumbre la seleccionada fue Yazmin, quien pronto organizó lo mejor que pudo y con torpes palabras que incluso contenían faltas de ortografía. Fue así como en varias visitas a todo tipo de basurero y almacenes hogareños de artículos antiguos que llamaban nuestra atención, al igual que a una semilla especial, solo posible de encontrar en el Amazonas; contestando de una vez su duda, sí, fuimos al amazonas en un helicóptero casero hecho por "mua" la más grande de las técnicas 3x4; volviendo al Amazonas, un lugar lluvioso, húmedo y caluroso, dónde nuestra preciada semilla se encontraba rodeada de trampas mortales, entre ellas una fosa repleta de serpientes, alimañas y cualquier otro depredador que se les ocurrió al cuartel con el fin de evaluar nuestras habilidades, obviamente una prueba que pasamos con éxito. Proseguimos por sembrarla en la casa de Yazmin, esta en menos de un segundo creció y ramificó por toda la casa, los padres de ella no se percataron del cambio, nosotras ordenamos y construimos nuestra casa del árbol.

Pasados los meses las irregularidades entre nosotras nos fueron separando a tal grado que en las misiones íbamos fallando, hasta que un día pasó lo imposible...

Bueno queridos lectores, este es el nuevo capitulo del sector Betha. Lamento no haber escrito mucho, solo que como casi nadie lee, no le tomé mucha importancia; y si tomamos en cuenta que me acabo de graduar de preparatoria... Fueron muchos contratiempos... Espero al menos este nuevo episodio les traiga un momento de relajación y aventura a su vida. Por el momento es todo, hasta luego "chico (a) del barrio"

KND: Sector BethaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora