(JAMIE'S POV)
La verdad es que me acuerdo de pocas cosas de cuando era niña. Sé que nací un día nevado, con un cielo blanco angelical. Sé que este mismo me saludo con el cariño que solo sabe darte el invierno, al estar en el interior de tu hogar con un buen libro en la mano y un café en la otra.
Sé que mis padres me amaban. Recuerdo la risa de mi padre y la sonrisa de mi madre, pero no mucho más que eso. Cuando pienso en ellos veo a una pequeña mujer de cabello y ojos morenos junto a un hombre de colores similares, con la diferencia del color de ojos, que en él eran pardos. Recuerdo que nunca se soltaban las manos y que siempre había amor en sus gestos.Pero no veo mucho más que eso.
Lo que recuerdo de aquel día gris es el ruido de dos disparos, el oscuro armario y luego la humedad del exterior. Ese insignificante punto en la historia del universo fue lo que dio un giro a lo que se tenía esperado de mí.
Abrí los ojos con el sonido de mi alarma. Siempre he odiado aquel sonido, así que lo apague y cerré los ojos por un momento.
-¡JAMIE!
Oh no.
-¡JAMIE SERÁ MEJOR QUE ESTÉS LEVANTADA!
Mierda.
Escuche sus pasos acercarse y ya era demasiado tarde.
Sophie me miraba con furia.
Corrí lo más rápido que pude al baño y cerré la puerta.-¡SIEMPRE ME HACES LLEGAR TARDE MOCOSA!-gritó desde afuera.
Sólo reí. Odio las mañanas. Odio tener que poner buena cara y hablar estupideces cuando solo quiero dormir...
Prendí la llave del agua y escuche el sonido de esta. No espere a que se calentara, ya que el frío es mi cosa preferida. En cosa de minutos ya estaba lista.Bajé las escaleras con profunda delicadeza para no alertar a mi hermana, pero no fue suficiente.
-La pereza es una grave enfermedad, lo juro- dije seriamente. Sophie no me miraba con cariño.
-¡Come el desayuno que prepare y calla!- dijo con su destacable -e irritante- tono de voz, para luego irse refunfuñando.
Después de acabar el delicioso desayuno tenía que hacer mis ''necesidades básicas'' así que corrí al baño más cercano.
-Muy tarde, hermanita- dijo con la sonrisa del Joker.
Estúpido Ben.
Hubo un silencio aterrador que significaba sólo una cosa: guerra.
Corrí lo más rápido que pude para lograr mi objetivo, pero por las leyes de la lógica, Ben llegó primero.
-Tranquila, no todos somos buenos atletas- dijo con arrogancia- deberías entrenar más. ¿Sabes que el chocolate no es el único alimento?- estaba a punto de contradecir lo dicho, pero este me interrumpió- el helado tampoco- Auch. Me callé.- El azúcar está empeorando tu estado físico, el cual ya de por sí sólo es bastante malo.
-Por lo menos no me gana ''mi hermanita pequeña'' en pelea, querido Ben- este me miro mal- ¿Qué?, deberías entrenar más ¿sabes?- dije repitiendo sus propias palabras.
Lo dicho dio fruto a un nuevo enfrentamiento. Ben empezó con una hábil zancadilla, tirándome al suelo, pero desde abajo logre empujarlo e hice una llave perfecta.
La lucha duro bastantes minutos, con algunos: ''YO soy el mejor'', ''nunca me ganaras, imbécil'', '' ¡el baño es mío!'', entre medio.
Sophie, pasó por nuestro lado y se metió al baño.
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INFINITO Y LOS CUATRO ELEMENTOS
FantasyEsta es la historia de cuatro adolescentes que buscan, con la ayuda de una sombra llamada Bastian, recoger a un reino llamado Casta de las profundidades del olvido, pero no será tan fácil. El gran enemigo llamado Astaroth, el duque del infierno, tie...