Prólogo

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Pao

Hoy es el quinto partido de la temporada, sigo yendo a ver los partidos por apoyar a Julian, a pesar de seguir en la banca me gusta apoyarlo. Tengo el tiempo contado para arreglarme y llegar a tiempo para sentarme en mu lugar favorito, atrás de la banca del club.

Me meto a bañar para salir corriendo a arreglarme. Busco mi playera del club, unos jeans negros y mis tenis negros, podría llevar los blancos, pero la última vez que los lleve un hincha del otro equipo me tiro la cerveza en los zapatos y me costó que le salieran el color amarillo, así que desde entonces llevo los negros.

Me termino de cambiar y agarro mi bolsa, mi gorra y la bandera, no llevo suéter porque es de día y esta soleado. Bajo corriendo las gradas para desayunar y veo a mi mamá cuidando a mi hermano.

—Buenos días mami, —digo y dejo un beso en su mejilla y uno en mi hermano.
—Come algo antes de irte por favor.
—Que si mamá, tu mejor que nadie sabes que no me voy a un partido sin antes comer algo.
—Sigo sin saber cuál es tu fanatismo por ese club
—No es tanto por el club, es por Julian, lo apoyo en todo y aunque este en la banca igual lo apoyaré.

Mamá no dice nada más y sale de la cocina dejándome sola mientras busco un par de tostadas que ha hecho con miel. Trato de comer lo más rápido para irme al partido.

Una vez estoy lista para irme, veo a mi padre llegar.

—Adiós papá, ya voy tarde al partido.

No escucho que me dice, solo salgo corriendo porque mi uber ha llegado. Le indico la dirección del estadio a donde voy y él se dedica a llevarme.

Llegamos en cuestión de minutos, hay unas cuantas personas han empezado a llegar, el sonidos de la gente haciendo la fila para comprar las entradas y otras que están esperando a que lleguen los jugadores.

Todo es un caos cuando se acerca el primer bus con los jugadores del otro equipo, las hinchas gritan pero se quedan en silencio cuando terminan de entrar al campo.

Si mis cálculos no me fallan, en estos momentos debe estar llegando el club en su enorme bus color celeste. El bullicio de la gente se ha convertido en gritos, empiezan bajando los técnicos y poco a poco van bajando los jugadores, no veo a Julian por alguna parte, estoy a punto de irme cuando lo veo bajar.

Se mira mucho mejor que el partido pasado. Él sonríe hacia las hinchas del club y justo cuando va pasando a la par mía, voltea su cara y me guiña un ojo.

Julian Álvarez me ha guiñando el ojo.

Un gol para Paola [Julián Alvarez]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora