Nuevas Oportunidades

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Al siguiente día, Mark y Jisung se habían levantado temprano. Mark le secaba el cabello a Jisung con una secadora mientras el más pequeño llamaba a su padre y Mark decidió apagar la secadora.

—¿Que me dijiste, mi amor?— Mark dejó la secadora a un lado del lavamanos.

—Mi cabello se secó por completo.— Contestó Jisung.

—Ay, si, es verdad, hijo. Déjame verte las uñas voy a recortarlas un poco.— Mark comenzó a buscar el cortaúñas.

—Papá, no necesitas cortar mis uñas y no puedes hacerlo, tienes tus dedos lastimados.— Jisung miraba sus uñitas.

—Te enseñaré a que tu lo hagas, ya eres lo bastante grande, ya te cortarás tus propias
uñas.— Mark acomodaba algunas cosas que estaban esparcidas por el lavamanos.

—Es para no ir abajo. ¿Por eso has tardado en bañarme y en secarme el cabello?— Preguntó Jisung curioso.

—Hoy decidiste volverte en un sabelotodo, ¿eh? Vamos hijo, debes ir con tu abuelo.— Mark terminaba de arreglar a Jisung.

—Pero tu también tienes que venir.— Dijo Jisung en un pequeño grito.

—Ya, si voy a ir.— Mark contestó a su hijo de forma molesta.

—La primera vez que fuimos a la casa de mi papá ¿Que dijiste?— Después de decir esto Jisung, Mark recordó cuando anteriormente le dijo a su hijo que fuera fuerte y que no se avergonzara de lo que era. —Oye, debes demostrarme que tu eres mi papá. Agáchate un poco, acércate.— Jisung se acercó a su padre y este se posicionó a la altura del niño, Jisung dibujo una sonrisa en la cara de Mark.

—Jisung, ¿me puedes decir de dónde viene esa necedad, hijo?— Mark se rindió y siguió al pequeño hacía la puerta.

—De ti!— Contestó Jisung con una risita y Mark copio su tono. El mayor abrió la puerta, haciendo que Haechan se cayera de espaldas, quien estaba cuidando la puerta.

—Buenos días.— Dijo Haechan en el piso.

—¿Haechan? ¿Qué estás haciendo aquí todavía?— Preguntaba Mark confundido por lo que veía.

—Estaba cuidándolos, para que Kun no los molestara.— Haechan aun estaba en el piso.

—Mi padre también se quedo sentado frente a la puerta.— Jisung miraba a Haechan en el suelo.

—Ah, que bien, que tengan a su servicio a los mejores hombres.— Haechan por fin se levantó del suelo. —Ahora es momento que bajen con los demás.— Haechan acercó sus manos para que fueran tomados por los otros dos, pero sólo Jisung acepto.

—Bueno, cinco minutos nada más. Los saludaré y me iré. Me ayudaras a encontrar un empleo.— Respondió Mark firme.

—Muy bien, Mark. Te encontráremos algo.— Haechan respondió rápidamente dejando que Mark bajará las escaleras.

En el comedor se encontraban Kun, Taeil, Doyoung, Jaehyun, Jungwoo, Renjun y Xiaojun tomando el desayuno. Mark llegó acompañado de su hijo y Haechan. Se notaba incomodo.

—Ve. Quizá no sea de aquí, pero mira la valentía que tiene al presentarse, ayer se sentía mal, pero hoy renació.— Quien había hablado en susurros era Doyoung, captando la atención de su esposo, Jaehyun.

—Buen día.— Dijo Haechan ya en el comedor, de la mano de Jisung y Mark por detrás.

—Jisung. Amor, mi niño.—Kun se levanto de su asiento para abrazar y besar a su nieto quien aceptaba los cariños gustoso. —Te extrañe, me hacías tanta falta pero ya estás aquí. Me acostumbre a tenerte, te fuiste y la casa se sentía tan vacía pero ya estás aquí.— Kun seguía con los cariños, Mark miraba todo con un nudo en su garganta y Jungwoo se acercó.

El Hijo Del Embajador - JohnMarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora