Capítulo 3: El Forastero

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23/9/1959

Su perro no era normal.

Normal en el sentido estricto de la palabra. O dicho de otra forma,no era como los otros.

A los de sus amigos les gustaba sacar la cabeza sobre la ventana, corretear por el campo o donde sea. Pensaba que era algo innato en ellos.

Bobby no era el caso.

Su madre se lo obsequió hace dos años en Navidad,riendo como si fuese una broma privada que solo ella conocía.

- Un perro mamá?,no tengo lugar en este departamento. Además ¿para que quiero uno?. Si solo duerme,come y defeca.

- Ahora me entiendes. - dijo su madre. El hizo como si no lo hubiese entendido.

Pero al final se equivocó.

Bueno, tenía razón cuando dijo que no hacía nada,pero resultó ser una buena compañía mientras escribía sus artículos y la mayoría de las chicas que acabaron en su cama fueron gracias a el.

Aunque sean contadas con los dedos.

Divisó al primer vehículo que apareció luego de varias horas. Se aferró al volante con una sonrisa en el rostro.

Había tenido mucha suerte.

Su jefe siempre le ordenaba redactar artículos que relataban cosas insignificantes.

Como cuanto busto tenía Marilyn Monroe,o como iba a ser tu día según las nubes que había en el cielo.

El sentía que podía escribir detalladamente y de forma clara un asesinato,un análisis económico o lo que fuese. Había estudiado para eso,no para los artículos que aparecían en la esquina inferior,si es que lo publicaban.

Pero todo cambió el día de ayer.

- Señor Mawson, el editor lo quiere ver ahora. -dijo la secretaria de éste.

- Gracias Greta.

Abrió la puerta de la oficina del editor. No se encontraba sentado como de costumbre,sino que se paseaba de un lado a otro.

- Patrick,toma asiento por favor.

- Si es por no haber terminado lo de las cucarachas, es porque...

- No es por eso- le interrumpió,y acto seguido le explicó lo que tenía que hacer.

Salió de allí siendo el hombre mas contento del mundo.

Primero,obtuvo un Chevrolet Bel Air por todo el tiempo que quisiera. Y si todo salía perfecto,hasta podrían regalárselo.
Segundo,obtendría tanto dinero y reconocimiento que la esquina inferior seria historia.

Además aprovechaba y sacaba a Bobby a dar un paseo.

Nada podía ser mejor.

Tenía que admitir que los viajes en auto no eran lo suyo, pero el ruido del motor,el aroma del coche que evocaba ciertos recuerdos,la radio sonando Rock and Roll pudieron con el.

Miró de reojo el indicador de gasolina, que parecía bajo,así que descendió luego de varias horas en la primera primera estación de gas que visualizó.

Pensó en sacar a orinar a Bobby,pero seguía durmiendo,así que lo dejo en el auto.

La gasolinera era un oasis en medio del desierto. Estaba rodeado por árboles y árboles,del tipo que solo hay en los cementerios.

La puerta chilló cuando la abrió. El olor a humedad se impregnó en su nariz. No parecía haber nadie,así que presionó el timbre que estaba en el mostrador. Segundos después una mujer ni muy mayor ni muy joven salió con el cejo fruncido,como si tener clientes no fuese habitual.

-Buen día caballero,como se llama?- preguntó la señora al recuperar la postura.

-Patrick ,y usted es...

- Bridget, Bridget Wadlow. Usted no es de por aquí verdad?.

-No,estoy haciendo un reportaje,soy periodista.- mintió. O casi mintió,en poco tiempo lo sería.

La señora abrió los ojos,dio un paso atrás y con una voz muy diferente a la anterior dijo: - Y que necesita?

-Bueno,eh,algo de gasolina para el coche,ah y un baño.

Luego de orinar se sintió increíblemente bien, casi renovado.

No asimiló que su perro se había ido solo después de colocar el gas. La puerta estaba abierta. Casi seguro había huido hacia el bosque.

Se maldijo por no haberlo sacado a hacer sus necesidades.

Se adentró en el bosque. Gritó su nombre hasta que su garganta quedó hecha trizas. Dio dos pasos y pasó a la absoluta oscuridad.

Y era media tarde.

El aleteo de un ave en medio del silencio provocó que se pusiera a la defensiva. Ya no veía nada,y no escuchaba nada.

Aunque no era un silencio común,sino era provocado por algo.

Se palpitaba la tensión.

Su prioridad ahora era salir de allí,pero luego de varios minutos se da cuenta de algo.

Estaba perdido.

Intentó correr,pero se cayó varias veces.

Una sensación de que algo estaba detrás suyo preponderó en ese momento.

El solo se limitó a quedarse quieto en medio de la negrura,esperando.

No transcurrió mucho tiempo cuando una mano lo tocó en la espalda.

Patrick,cegado por el miedo,corrió tanto que cuando se cayó sintió el gusto salado de la sangre.

- Oye,chico,levántese. -dijo la voz de la señora Mawson. Por primera vez dio gracias a la oscuridad por no dejar ver su semblante de alivio. - Ven,sígueme. Y tranquilo,no es el primero que se pierde en este bosque.

- Que les sucedió a los otros?. - preguntó para pasar el rato.

- Una señora se hizo su amiga y los mató. -exclamó al momento que le clavaba un cuchillo en el estomago.

- Chico!. - escuchó que gritaba la señora. - levántese,vamos,tiene que salir de aquí.

Patrick caminaba pero no estaba consciente. La señora Mawson casi lo arrastró hacia la estación,lo sentó en una silla, y le asestó un puñetazo.

Patrick despertó aunque no estuviese dormido.

- Aléjese de mí! - dijo. Se palpó su estómago y noto que no había marca alguna,entonces comprendió que todo había sido un raro sueño.

- Chico,en serio no lo sabes?.

- Saber qué? - la señora se limitó a sacudir la cabeza y decir:

- Y por cierto,tu perro está carretera arriba.

Patrick con movimientos casi mecánicos se subió al auto y aceleró. No alcanzaba a comprender lo que había pasado.

El alivio que sintió cuando vio a su perro a un lado de la autopista era indescriptible.

Descendió del vehículo y llamó a su amigo,pero este se limitó a quedarse donde estaba.

El cejo se le arrugó cuando leyó lo que estaba mirando.

" Bienvenidos a Churchil. Población 1043 habitantes"

La Muerte No Es TodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora