Ah, que dramatizacion!

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Me gustaría poder mirarte a los ojos y confesarte todo esto que hay en mi mente. Quiero mirarte y poder llorar sin que me sienta avergonzada o, mejor dicho, temerosa, por lo que puedas llegar a decir.

Tengo miedo de ser juzgada por tan maravilloso ser como tú. El nudo que tengo en la garganta me hace querer tirar la toalla y rendirme, para nunca más volver a intentarlo de nuevo.

Sin embargo, el sol ilumina tu mirada y me siento esperanzada. Es raro, demasiado raro. Creo que por mucho tiempo tuve miedo de lo que podría llegar a sentir.

De hecho, ¡tenía miedo de esto mismo! Miedo de no poder hablar y sentirme encerrada en un bucle de confusión y llantos. Pero, al final de todo, creo que he podido vencer esta rutina que me atormenta cada día.

Las flores nacen en el horizonte y puedo sentir cómo la brisa me alienta a vivir una nueva vida. El cielo azul me inspira y las nubes, tan bonitas, se me hacen que son prácticamente bellísimas.

Amarte, sin lugar a duda, fue uno de los peores retos en mi vida.

Tenía que dejarte ir, pero me dolía.

Finalmente lo logré. Mirame, he descubierto la felicidad en el mundo.

¡En paz podré vivir, caminaré por las transitadas calles sin temerle a la vida! creo que podré disfrutar un poco más de mi estadía en esta paradisiaca isla.

¿Quién diría que poder estar lejos de ti sería tan extrañamente lindo y tranquilo?

¡De repente, los colores son mucho más vivos!



Amore mio, amore yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora