𝕽𝖆𝖋𝖆 𝖝 𝕾𝖔𝖓𝖎𝖈

𝚄𝚗𝚊 𝚊𝚐𝚛𝚊𝚍𝚊𝚋𝚕𝚎 𝚜𝚘𝚛𝚙𝚛𝚎𝚜𝚊

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Rafa sentía una mirada realmente penetrante y fija sobre él, que no lo dejaba dormir en lo que resta de la madrugada. Estaba realmente aterrado, pensaba constantemente qué tal vez podría ser un acosador o algún ladrón.
Había algo que él no recordaba, y era que en su escuela Secundaria había un chico llamado Gael acosándolo constantemente.

Así que aterrado, Rafa decidió levantarse de su pieza y dirigirse a su ventana, ahí cerró con fuerza sus ojos.
—Quién sea que este aquí... puede irse a la perfecta mierda.— fueron las palabras que lograron salir de su boca, lo dijo sin más, sin titubear, pues por alguna razón tenía la sensación de que ese alguien se encontraba molesto, pero recibió una respuesta un poco macabra e incluso agradable, por parte de una voz que parecía... ¿de su edad?

—Oh chico, tranquilo.— dijo el desconocido con una voz tranquila.
—Te conozco y tú me conoces.— se escuchó algo sonriente dejando a Rafa un tanto confundido.

Rafa aún con los ojos cerrados y sin mirar atrás le recorrió un gran escalofrío por todo su cuerpo, decidido abrió los ojos, pero no había nada solo quedaba un ambiente un poco tenso en su habitación.
Hasta que sintió una presencia detrás de él.

—¿Q-Quién eres?—preguntó temeroso, pues no había peor sensación que tener un desconocido detrás tuyo, sin saber qué tal vez podrá estar esperando a que voltees para hacerte algo horrible.

El desconocido dejó mostrar su mano.

—¿Guante?—preguntó extrañado y analizando todo. Lo veía imposible, pero a su sorpresa decidió finalmente mirar atrás.

Hasta que vio lo que en realidad era una agradable sorpresa.

Rafa sin creerlo analizó de pies a cabeza al extraño ser; que por cierto, no era ni siquiera humano.

Guantes blancos, púas azules, ojos verdosos, una sonrisa egocéntrica y a la vez relajada, tenis rojos con un broche amarillento luminoso con destellos dorados, y finalmente, unos brazos al color de la piel humana color beige.

Rafa quería hablar, pero las palabras no salían de sus labios... algo se lo impedía. No lograba identificar que era, tal vez era ¿miedo?
Miedo y felicidad, quizás demasiada que se encontraba en un horrible shock.

—¿Con que estás asustado, Rafa?—dijo sonriéndole con la típica sonrisa engreída, para después empujarlo sobre su cama, seguido de eso pasó a montarse encima de él.—Tranquilo... yo te haré sentir mejor.

Dicho esto, el Héroe de Mobius empezó a besar al aterrado humano que tenía debajo de él. Rafa tardó en reaccionar, pero finalmente le correspondió el beso. Comenzó como un beso tranquilo y lleno de romance, hasta pasar a uno un tanto agresivo y fogoso.

Mordía y succionaba los labios de Rafa, mientras que tocaba y acariciaba sus piernas hasta llegar a sus muslos, en los cuales empezó a acariciar por fuera para tentar un poco al humano.

—Y-Yo ...— Rafael muy apenas podía hablar, pues le era imposible formular una frase coherente cuando tenía a ese ser encima suyo, tocándole, besándole, mientas que él estaba en shock sin poder hacer mucho por su cuenta.

Así que solo se limitó a dejarse llevar, no podía hacer demasiado en ese estado.

— [Hasta que correspondiste.]— pensó el erizo para sus adentros mientras su lengua era introducida entre los bordes de la boca del contrario, empezando a saborear más a fondo. Todo daba un sabor perfecto y endulzado a fresas.
Era tal y como saborear un yogurt de fresa, con la diferencia de que ese yogurt... eran los labios de Rafa.

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