1° Capítulo.

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—Bueno es que usted parece un idiota tomando como loco despechado ¡que horror!

—Hugo.... Hágame un favor... Mátame aquí y ahora.

—No sea bobo, el mundo no se le va acabar por esto, mejor déjese de sus peticiones suicidas y venga lo llevo a su departamento.

—No quiero... Al único lugar que quiero ir es donde se encuentra Armando— dijo recordando como su amigo se fue fascinado con unas modelos extranjeras.

El castaño volvió a tomar otro trago, ese bar había puesto musica romántica llenando el ambiente de parejas bailando y otras comiéndose por ahí en las mesas más ocultas y oscuras, todo eso le ponía muy mal a Mario; que daría el por estar así, en ese lugar con música lenta y bailar despacio con el hombre que le gusta, pero en cambio estaba ahí tomando como un despechado y con doña Huga regañandole.

—No entiendo cómo puedes estar muriendo por un hombre que no significas nada más que un amigo para él , que te grita y que prefiere cualquier mujer antes que a tí.

—Lo sé, soy un idiota enamorado del hombre más mujeriego de Colombia. No sabes cuánto desearía que se fijara en mí.

El diseñador vió atentamente la cara del castaño, ojos hinchados, cabello desordenado, cara demacrada, al parecer la invitación que le dio para hacerlo sentir mejor resultó todo lo contrario. Terminaron en un bar fino pero muy discreto en donde Mario se la pasó tomando y quejándose de como su mejor amigo estaba divirtiéndose con otras mujeres.

—¡Bueno ya! ¡No más!—Le arrebató el trago que tenía en sus manos antes que este volviera a beber más.

—¡Hugo! Un traguito y ya ¿Si?

—Esto tiene que acabar si no esto acabará contigo, ya no pienso aguantar su borrachera ni sus sollozos y si para eso tengo que ayudarlo a conquistar a su macho ¡Pues que así sea!

— ¿Usted ayudarme a mí? No pues, el consejero del amor está a mi lado. Con usted no conquisto ni a una fea

—Mire doctor Marito yo he sido cómplice de varias aventuras amorosas así que ignorante no soy. Lo que más sé en este mundo, después de diseñar, es voltear hombres "heterosexuales" así que usted confíe que Armando no será ningún obstáculo que no pueda superar.

—Jum! Pues déjeme decirle que hacer que Armando se fije en mi es como que Armando se fije en Betty... Aunque creo que hasta Betty tiene más oportunidad.

El castaño puso su cara de desánimo mientras miraba entristecido el suelo.

— ¡Bueno ya! ¿Quiere mi ayuda o va seguir tomando mientras ahorita Armando ha de estar disfrutando la noche con las extranjeras.

El vicepresidente no estaba seguro, él ya había intentado hacer que Armando se fijará en él siendo su cómplice y amigo incondicional en todo, pero lo único que logró fue el puesto de mejor amigo. De todas maneras no perdía nada si Hugo le ayudaba, al menos sacaría una buena anécdota y experiencia de eso.

— ... Hugo ayúdame por favor.

—¡Ya está! ¡Mesero traiga la cuenta!

— ¿Uh? ¿Ya nos vamos?

—¿Bueno usted quiere seguir de rumba? No, vamos a mi apartamento.

— ... ¿Su departamento?

Calderón lo vio con una cara dudosa y una sonrisa nerviosa imaginandose con que intención quería que fuera a su departamento.

— ¡Ay! Es para hablar bobo, usted siempre de malpensado, aparte yo tengo a mi novio y lo amo tanto como para hacer algo así.

Pagaron la cuenta y se fueron, Mario estaba emocionado por saber que tenía que hacer para poder gustarle al Mendoza y en el fondo sabía que Hugo podía hacer milagros así como los hacía con sus diseños. Esta era su oportunidad, no le importaba que tenía que hacer para tener al hombre que lo llevaba loco por años, le importaba un bledo si estaba con Marcela porque al fin acabo terminaría siendo suyo, Armando Mendoza el hombre más heterosexual del país se iba fijar en él si o si.

Hugo Lombardi, el consejero del amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora