Se sentía nervioso, estaba sudando temeroso como si fuera algo tan grave. De pronto sentía que su oficina era más agobiante y sudaba como si estuviera en pleno verano. Recuerda la última vez que se sintió así fue cuando recién empezaba a salir con mujeres, todavía no tenía la seguridad suficiente para ser tan atrevido y recordaba perfectamente que sudaba horriblemente como lo hacía en ese mismo instante.
" ¿Es tan malo tenerlo como vicepresidente financiero? "
Rondó en su cabeza una y otra vez.
Por si no fuera poco se encontraba tan sometido en sus pensamientos que no había notado que Daniel ya se encontraba en su oficina.
—¿Te encuentras bien?
— Daniel.
Tartamudeo regañándose en silencio por haber sonado tan estúpido.
—Vayamos al grano con esto. Hoy es la junta directiva y sigo sin haber obtenido ni una sola respuesta. Mario, ¿Tanto me quieres en esta empresa?
—Daniel lo que me pides es un capricho absurdo, tú no puedes pedir algo así.
—No sabía que era tan desagradable para ti salir con alguien como yo... Ya veo, no te obligare a nada, pero si me aseguraré de que mi empresa esté a salvo.
Antes de que el Valencia pudiera retirarse el castaño lo detuvo.
—Espera, Daniel... ¿Sólo es una cita?
—Solo una.
—Está bien, pero no esperes que pase algo inapropiado, todo esto lo estoy haciendo por...
—¿Por Armando? Ya sé, precisamente estoy tomando provecho de eso — antes de irse lo volteo a verlo de pies a cabeza— Mario, te sienta muy bien la corbata roja, justo mi color favorito, espero que tengas ese detalle mañana a las 8, sé puntual.
≫──────•°•°•❀•°•°•──────≪
La junta directiva pasó y salió todo a la perfección, Betty maquilló muy bien las cifras y todo estuvo curiosamente tranquilo, sobre todo porque Daniel no hacía ningún cuestionamiento, al contrario, su atención estaba centrada en el vicepresidente comercial que también era vorazmente asesinado por la mirada de Armando, como si de pronto los dos peleasen por ese empresario castaño sin saberlo.
—Doctor ya terminé el papeleo ¿Me necesita para algo más?
—Betty, llámeme al doctor Mario Calderón y retírese por favor
El comerciante pasó hacia la oficina del presidente de manera tímida, como si nunca hubiera estado ahí.
—¿Me necesitabas Armando?
—Vas a alguna parte ¿no es así?
—Yo tengo una cita importante.
— ¿Con quién?
—Y-yo prefería reservarme detalles.
— ¡Mario por dios! ¿Qué le sucede? ¿Por qué se comporta de esta manera? ¿Quiere volverme loco con lo reservado que se ha vuelto conmigo?
Se movió de su asiento para estar más cerca del castaño, ese olor fuerte lo invadió, olía magníficamente a su perfume, sabía muy bien que su amigo solo se ponía ese perfume cuando eran reuniones importantes ¿Por qué la usaría en una simple cita?
Mario... ¿Que me ocultas?
Antes de que Mario pudiera responder la ejecutiva de puntos de ventas entró felizmente plantándole un beso a Armando, para Calderón fue como un golpe de realidad, de pronto recordaba que su amigo jamás se fijaría en él y no estaba celoso de él, solo quería volver a recuperar su atención más no lo veía como algo más.
—Mi amor, hoy la noche está increíble ¿No quieres que nos vayamos a mi departamento?
—Marce realmente me gustaría, pero.
Evitaba la mirada de la mujer para ver al hombre que tenía a un lado suyo, sentía que me debía algo y no sabía porque, Marcela notó eso.
— ¿Qué pasa mi amor? ¿Acaso ibas a pasar la noche con Mario? No me digas que prefieres estar con él que conmigo. Ya sabes que él no te puede satisfacer como yo lo hago.
Otra vez fue atacado por los comentarios ofensivos de la ejecutiva, sentía una mezcla de desilusión y odio, pero esta vez no se iba quedar callado, ya no era el buen amigo de Armando Mendoza no tenía por qué aguantar más de esos tratos.
—No te preocupes Marcela, no voy a pasar la noche con tu querido novio, la voy a pasar con tu hermano. Espero que ambos pasen linda noche como la pasaré yo con Daniel. Chao, Marcela, y nos vemos pronto Armando.
La pareja se quedó sin palabras, Marcela pasó de sonriente a una cara de repugnancia y Armando estaba más cabreado que nunca. Mario se fue de inmediato de ahí, lo único que quería era olvidar todo.
—¿A dónde vas? ¿No creerás que lo que dijo es cierto verdad? mi hermano no es gay, jamás saldría con un hombre.
Trato de detener al mayor, pero este solo se comportó indiferente.
—No quiero ir a tu departamento esta noche, Marcela, tengo que irme.
Se marchó de su oficina dejando sola a su prometida.
≫──────•°•°•❀•°•°•──────≪
Palabras: 766
Publicado: 07/07/2024.
Ayuda, no sé qué hacer con esta historia mi idea era hacerla corta y ahora ni sé cómo concluirla😔✍️
ESTÁS LEYENDO
Hugo Lombardi, el consejero del amor.
RomancePorque aparte de diseñador era el cupido de colombia, y cómo todo un ser de luz y color estaba dispuesto a ayudar al papasito de Mario. Porque 𝗛𝘂𝗴𝗼 𝗟𝗼𝗺𝗯𝗮𝗿𝗱𝗶, 𝗲𝗹 𝗰𝗼𝗻𝘀𝗲𝗷𝗲𝗿𝗼 𝗱𝗲𝗹 𝗮𝗺𝗼𝗿.