Por él

V: Un paso más cerca

Messi miró a su amigo y a Luka Modric hablar al finalizar el partido 3-0 a favor de Argentina con dos goles de Julián Álvarez y uno que él mismo había hecho. Podía notar la mirada de tristeza en la cara del croata pero una sonrisa que parecía tener la intención de tranquilizar al fideo Di Maria que si no fuera por las cámaras estaría pidiendo perdón casi que de rodillas pero debido a que estaban rodeados de un montón de periodistas y de miles de espectadores en un país donde los omegas no podían jugar (el cual fue un tema muy polémico pues había muy pocos omegas (normales o dominantes) registrados como jugadores de fútbol por ejemplo Julián Álvarez y hay varios que no están registrados (generalmente los que juegan desde hace más de una década por ejemplo Messi o Modric) debido a que antes era ilegal que el omega pueda ejercer la profesión de futbolista profesional y muchos se hacían pasar por betas o alphas recesivos)

—Perdon, perdon—susurraba el Alpha recesivo al omega dominante

—Ambos hicimos lo que debíamos de hacer, así que no te disculpes, te lo mereces, mi ángel—aceptó el abrazo con una sonrisa de derrota pero al mismo tiempo que dejaba en claro que lo decía enserio, después de todo ambos sabían que esto iba a pasar tarde o temprano pues todo el equipo de albiceleste había mejorado desde el último mundial del 2018 pero aún así se alegraba que estuviera pasando a la final pues no quería volver a repetir lo que habían pasado luego de la final del mundial del 2014 con Alemania.

Ambos empezaron a caminar hasta los vestidores mientras el resto caminaba intentando mostrar respeto hasta por lo menos llegar a los vestidores de su selección para festejar a lo grande antes de empezar a preocuparse por la final que pronto tendrían contra un rival que aún no estaba muy claro.

Dibu abrazo a su novio con una sonrisa mientras daba pequeños saltitos de felicidad mientras pequeñas risitas salían de sus bocas ante la felicidad de haber ganado ante Croacia. Los demás de la Scaloneta estaban en la suya festejando haber llegado a la final mientras tomaban y cantaban las clásicas canciones que todos los hinchas argentinos cantaban para apoyar a su propia selección y darse ánimos durante los estresantes minutos que duraban los partidos y que si llegaban a ganar eran usados para festejar.

—Che, mil disculpas pero me lo robo un par de minutos—hablo Angelito mientras tomaba por el brazo al mayor de edad mientras se disculpaba con la mirada, separando a ambos hombres.

—Si, si, si, anda tranqui solo devolvémelo que si no lo voy a dar como desaparecido—bromeo mientras se separaba con delicadeza mientras los otros dos se iban a quien sabe donde mientras el iba con el resto a molestar a alguno aunque era más probable que fuera el Papu Gomez.

—¿Y?—pregunto esperando la confirmación de lo que le había dicho.

—Si, tenias razon, pero no me podes culpar si Emiliano fuera de otro equipo pensarias lo mismo—dijo tratando de defenderse y no aumentar el ego de su amigo más de lo que ya estaba.

—Mmh tal vez pero como no es así no lo vamos a saber—río con el pecho inflado de orgullo.

—Sos un hijo de puta—le dio un sape con cariño por haberle subido los ánimos antes del partido.

—Ay, qué cariñoso que sos, boludo—dijo para luego irse casi corriendo a salvar a Gómez que era molestado por el Dibu.

—Dios dame paciencia porque si me das fuerza los mato—pensó Messi al verlos pelear cuales nenes chiquitos en un cumpleaños por la piñata.

Cuando al fin se separaron los tres fueron por su lado, el más alto y el más bajo se fueron con tranquilidad a su mundo un poco alejados de los demás que ya estaban terminando de celebrar para irse al hotel a descansar luego de aquel partido en donde el respeto había reinado haciendo contraste con el anterior partido.

Dentro de su nido se sentía todo más tranquilo, pero algo en el pecho de Messi le indicaba que algo estaba seriamente mal. Pero las caricias de su alpha le hacían relajarse y por momentos olvidarse de esa sensación en su pecho de que algo estaba mal. 

—¿Paso algo, pulguita?—preguntó notando que el aroma de su omega se volvía levemente amargo.

—No se, está todo bien pero hay algo que me hace sentir que algo está mal—Emi beso su cabeza.

—No te preocupes, todo va a estar bien—aunque el tambien sentia esa sensacion de que algo malo iba a suceder pero prefería no asustar más a su omega de lo que ya estaba por la final del mundial y la reciente amenaza que había tirado uno de esos jugadores.

Unos fuertes golpes en la puerta los sobresaltaron.

—¡Déjenme pasar, porfavor!—la voz preocupada de Julián hizo que ambos se separaran lo más rápido posible.