Lale se vio suspirar en el reflejo del espejo de su habitación. Mentiría si dijera que no se encontraba nerviosa por exponer esta presentación, la cuál sellaría un futuro trabajo en aquella empresa. Hace unos dos años que se había graduado de arquitectura en la universidad, y hasta ahora sus trabajos fueron varios, pero sobretodo arreglar desastres de los hombres a cargo, sin llevarse nada del crédito y servir los café que quisieran como si fuera asistente, además de tener que soportar los comentarios inadecuados cada tanto, era tan difícil ser una chica a veces.
Esta vez ella tenía un muy buen presentimiento sobre esta empresa, que era una de las más importantes de construcción en el país, el diseño de pisos minimalistas que había creado junto a una compañera, fue seleccionado entre muchos para exponerse y presentarse, si todo lograba salir bien y podían demostrar que el diseño es viable, cerrarían el trato y recibirían un contrato como arquitectas fijas de la compañía. Era algo realmente emocionante y enorme paso en su carrera.
Bajó la escalera de su casa para ver a su madre cocinando el desayuno.
—Buenos días, cariño. ¿Preparada para tu presentación?—dijo con una sonrisa, sin embargo casi de forma inmediata su tono de voz cambió—Lale, ayúdame a llevar el desayuno, ¡Nergis!—gritó con fuerza hasta la parte de arriba.
Lale evitó reír ante la actitud de su madre. Ella siempre era así, como una mezcla de amor y regaños, a veces se hacía difícil poder lidiar con ello, pero al final de todo las tres terminaban acostumbrándose. No podía negar que muchas veces extrañaba que Nilufer viviera con ellas, se llevaba bien con Nergis, era su hermanita menor, siempre han estado la una para la otra y podían convivir juntas sin ningún problema, aún así, las cosas eran más divertidas cuando estaban todas. Son como las tres mosqueteras desde que eran unas niñas.
—Buenos días a todas—su hermana menor pasó hasta la cocina con una sonrisa en su rostro. Estaba completamente vestida y maquillada, con un vestido que francamente se hacía demasiado para ir a la florería, pero así era ella.
—Buenos días, reina de la casa—dijo su madre con sarcasmo—, ¿acaso es mucho pedir que puedas ayudar a poner la mesa del desayuno?
—Claro que no, madre. No te preocupes por eso, ya voy—ella respondió como si no hubiera notado el tono de voz de Songul—. Hermana, ¿cómo te preparas para la gran presentación?—preguntó a Lale mientras ambas ayudaban a llenar la mesa del comedor.
—Estoy nerviosa, pero bien—Lale respondió con calma—. Ceren va a pasar por mi en su auto y ambas nos iremos juntas hasta la empresa.
Ceren era su compañera y amiga desde la universidad, ambas han estado en muchos trabajos distintos, pero desde que se propusieron crear el diseño de pisos minimalista, han estado muy comprometidas en ello y finalmente parece que todo empieza a dar sus frutos.
—Aún no puedo creer que vayas a trabajar en Sarihan's Holding, tienes que darme todos los detalles de cuando conozcas al dueño, he visto fotos de él y no sólo está entre los hombres más millonarios de Turquía, sino que además es muy guapo.
Lale volteó sus ojos. Siempre el dinero y el físico eran los más importante para Nergis, y la verdad es que se había evitado el ver las fotos que quiso mostrarle del dueño de la empresa, sólo para molestarla, también debe admitir, porque no le interesaba, podía ser todo lo guapo que quisiera, pero eso no era relevante para ella, sólo podía esperar que fuera un buen jefe y por lo que había escuchado, así era. Aparentemente muy joven, pues heredó la empresa y aunque no tiene fama de amigable, sí de justo y serio.
—Estoy saliendo con alguien, Nergis, ¿lo olvidas? Además, estás hablando del hombre que será mi jefe. Siempre tan fuera de lugar.
La gran realidad es que Lale sabía que quizás la relación que estaba empezando no llegara a ningún futuro, o puede sí, Onur es un hombre agradable y atento con el que ha tenido buenas conversaciones y se lleva bien, además, es doctor, así que su madre está en el cielo, pero por alguna razón aquel sentimiento que tiene ese algo, no ha llegado a aparecer. Quizás con el tiempo, de todas formas, de los hombres nunca se podía esperar demasiado.
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Habitación 309 (Un plan del destino)
RandomAU. El destino los une una vez más, Lale y Onur tuvieron un encuentro que ambos quisieron olvidar, después de tres meses sus caminos se cruzan nuevamente, la atracción magnética de ambos se hará presente, y quizás se vuelva tan fuerte que será difíc...