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El suspiro más fuerte salió de su boca al dejar las puertas de la compañía y respirar el aire fresco de Estambul. Es como si se hubiera quedado sin aire desde el momento en que sus ojos se pusieron sobre él, hasta ahora, aún no podía salir de su asombro.

Buscó con la mirada el auto de Ceren para poder alejarse de Onur y toda aquella intensidad lo más pronto posible, al visualizarlo se dirigió allá y entró de forma inmediata, dando un portazo más fuerte del que pretendia, pero aún se encontraba aturdida por ello, algo que nunca imaginó, mucho menos hoy.

—¿Estás bien? Parece que has visto un fantasma—Ceren preguntó, frunciendo el ceño hacia ella, el rostro de su amiga se encontraba pálido y desencajado, parecía que algo le hubiese sucedido, lo único que podía imaginarse luego de que el jefe quisiera hablar con ella, es que no le haya gustado el diseño—. No puede ser, ya te dijo que no nos dará el trabajo, ¿no es así? Maldita sea, ¿qué pudo haber sucedido?—exclamó con frustración.

—No, no es eso—Lale negó con la cabeza.

—¿Entonces qué sucedió? ¿Qué te dijo?

Lale no pensó muy bien en las siguientes palabras que salieron de su boca, porque en realidad no era algo que quería que alguien más supiera, sólo sus hermanas, pero de alguna forma fue inevitable no decirlas, es como si simplemente se le hubieran escapado debido a la sorpresa que aún bailaba en su cerebro.

—Me acosté con él.

Ceren juntó sus cejas en confusión, sin entender nada.

—¿Te acostaste con quién?

—Con él, con el dueño de la compañía, con Onur Sarihan.

Los ojos de su amiga se ensancharon en sorpresa, sin poder siquiera entenderlo.

—¿Qué? ¡Pero si sólo tardaste unos cinco minutos allí! Vaya—exhaló sin salir de su asombro—, te confieso que me esperaba más de él, imaginaba que tendría más aguante.

Lale la observó rápidamente desde el lado del copiloto.

—¿Qué? No, no en este momento. No ahora—dijo, aclarándolo—. Fue hace unos tres meses, lo conocí hace tres meses en una cita a ciegas a la que se suponía que debía ir con Onur, pero confundí sus nombres y terminé con este Onur que ahora será nuestro jefe, bebimos demasiado de más y terminamos en la habitación de un hotel, prometimos no vernos nunca más luego de eso, hasta ahora, que justo lo he encontrado aquí y me entero que es el dueño de la compañía—enterró su cabeza en sus manos que estaba a la altura de sus piernas—. Dios, ya no sé qué hacer.

—Espera espera, déjame ver si entiendo—Ceren hizo un gesto con sus manos—. Tú estás saliendo con un doctor que se llama Onur, ¿no es así?—Lale asintió—, pero, en la cita en la que debían conocerse en realidad conociste a Onur Sarihan, quién creías que se suponía era el doctor, pero no fue así, ¿voy bien?—Lale asintió nuevamente—. Terminaste en un hotel con él luego de una noche un poco desenfrenada, ¿y ahora se acaban de reencontrar justo antes de la presentación?

—Exactamente así—dijo Lale avergonzada, no esperando jamás que la reacción de Ceren fuera soltar una estruendosa carcajada.

—¡Oh por Dios! ¡Esto es como una historia de telenovela! Por eso estuvieron viéndose de esa forma cuando chocaron en el elevador—siguió riendo a cántaros, dando leves golpes al volante—. Quién lo diría, Lale Yenilmez eres una pícara—molestó a su amiga sin dejar de reír.

Hace mucho que se conocían, desde la universidad, y a pesar de que Lale por supuesto que sí ha tenido novios y no se le puede llamar inexperta en el tema, no es del estilo de tener aventuras de una noche, así que por supuesto que no perdería la oportunidad de molestarla por ello.

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⏰ Última actualización: Mar 05 ⏰

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Habitación 309 (Un plan del destino) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora