Crystal Salvatore luego de rendirse en buscar a sus hermanos, se casa con el Original Klaus Mikaelson, pero luego de muchos años juntos, regresan a Mystic Falls junto a su esposo para romper la maldición de la luna y el sol.
Novela del personaje Kla...
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⭑PRÓLOGO⭑
1920
Segui las pistas más recientes de mis hermanos, que venia buscando desde el dia que nos separamos, estas me llevaron a un pintoresco bar bailable en Chicago. Al llegar me percate de las ventanas rotas, de la gente corriendo, habia habido un ataque, venía siguiendo las pistas del destripador de Monterrey, que habia descubierto que era mi hermano Stefan sin humanidad. Al llegar me percate que ya no había personas fuera ni parecía haberlo dentro, el establecimiento estaba rodeado por policías.
Camine por las calles mojadas, la noche estrellada y la luna cuarto creciente que junto a las luces de las calles, iluminaban todo el lugar. Al pasar por en frente de una camioneta de la epoca, me llamo la atención un hombre que estaba por subirse de aquella camioneta, me acerque para poder saber que había sucedido y de paso, charlar con él.
—Disculpe— Lo llamé, se giró algo alterado— Perdoné, no quise asustarlo— Y le sonreí, me la devolvio junto a una risa.
—Oh tranquila, estoy algo paranoico— Y luego me miró a los ojos apoyándose en la camioneta.
Estaba muy bien vestido, parecia de clase alta, con su traje de buena tela, su cabello aplastado con gel, unos ojos verdes llamativos, la piel pálida y un acento lejano, no parecida haber nacido aquí.
—¿Que sucedió? Parece que he llegado tarde para la diversión— Y junte mis manos mirando en diagonal, hacia la puerta que daba al bar.
—Policias, cómo siempre, comenzaron a disparar hacia dentro en busca de unos delicuentes— Rodeó los ojos— Que lástima no haberte visto antes— Levemente levanté mis labios formando una sonrisa tierna.— Soy Klaus.— Estiró su mano en presentación.
—Crystal— Y acepte el apretón con elegancia.
—No tienes que perderte la diversión Crystal, la noche larga, acompáñame a visitar a unos amigos— Golpeó el capot de su vehículo.
Lo pensé, considerando que era un extraño, pero realmente dejo de preocuparme al recordar que soy. Aparte, no había cenado todavía, era una oportunidad que no podía perder.
Con una sonrisa asenti y rodee el vehículo, me siguió y me abrió la puerta, subí por el escalón y me senté, el dio la vuelta e hizo lo mismo.
—¿Klaus? ¿de dónde es?— Abrí una conversación mientras conducía a las oscuras, lo único que iluminaba era los faroles de este.
—En realidad es Niklaus, es Griego y significa Victoria de la gente— Respondió mirándome por milisegundos.
—Que bonito, me gusta Niklaus y Klaus— Halague sincera.
