—¡NO! ¡estás idiota, descerebrado, mal programado, estúpido y de todo si piensas que aceptaré!
¿Pero cómo?... No puedo creer que casi acepto, es que eso está mal. De cualquier lado que lo vea (y trato de no verlo por el que me gusta) esto no es correcto. O sea, no te puedes andar por la vida así, cogiendo con tus amigos. No, no puedes. Simplemente NO PUEDES.
Iván soltó un suspiro pausado y se dio media vuelta, para dejarse tendido sobre el sofá de su sala de estar.
Claro, ignorando la gravedad de sus problemas y asumiendo que los demás tiene que cargar el peso de ellos... Tal y como lo haría Julio César con Carlagreta.
Estúpido Julio César, estúpido Iván.
Tomé aire profundamente cuando Iván desapareció de mi vista, dejandome ahí, parado en la entrada, como un estúpido saco en el perchero. Nunca he tenido un perchero, ¿por qué hago esa comparación?... como sea, soy un saco maltratado.
Piensa en algo, Rodrigo. Piensa bien antes de que todo tu enojo se esfume, te sientas acongojado y termines sintiéndote como una niña tonta desilusionada.
Ivan y yo nunca fuimos el tipo de amigos que discutieran seriamente es decir, si discutimos, es normal, pero jamas fue algo al extremo de ser serio.
¿Ahora se supone que estamos enojados? ¿No es al revés? Se supone que primero te enojas y luego va el sexo, no el sexo y que luego te enojes por haberlo hecho. Es una logica confusa.¿Qué es lo que deberia decir exactamente? ¿Qué pasa entre nosotros? ¿Deverdad esto me tiene tan angustiado? ¿¡por qué me pasan estas cosas!? ¡No puede ser tan mala mi suerte! Lo normal es reprobar, chocar el auto, olvidar ir por tu hermano menor al colegio, no sé, cosas comunes... ¡No tener sexo con tu mejor amigo! No.
Siento como si hubiese hecho algo
muy malo, tan malo, pero tan malo... Pero no sé porqué es malo, porqué lo hice, porqué si me gusto tanto no puedo sentirme de la misma forma ahora.—Rodrigo... — La voz de Ivan viajo hasta mis oídos, profunda, seria y simplemente perfecta.
Escuchar mi nombre salir de sus labios jamás me habia perturbado tanto. Me perturbaba porque me gustaba como se escucha, me perturbaba porque no debería gustarme como suena mi nombre nombre con la voz de mi mejor amigo,
me perturbaba porque hace recuerdo a lo que hicimos, su voz... como cuando lo escuche gemir mi nombre...¡Estupido Ivan! Por hacerme sentir esto, eres un estúpido.
Aunque probablemente este insultándolo a él porque mi enorme y perjudicial orgullo se niega a aceptar la verdad que el único estúpido aquí soy yo por estar tan enredado en pensamiento revoltosos y sintiéndome así... uhm, si soy un estúpido.
—¡Soy un estúpido!— después de gritar mi innegable para que se escuchará por toda la casa, ignoré el llamado de Ivan y me di la vuelta para caminar rápidamente hasta la puerta.
Tarde fue cuando me di cuenta que el seguro multifuncional instalado en la casa de Iván era demasiada tecnología para mí. Oh si, olvidé éste seguro, mi peor enemigo, el que nunca me deja salir de la casa de Ivan, el que nunca he aprendido a abrir. Que idiotez.
Tal vez si mi amigo no fuera sexomne y no hubiera tenido sexo, le hablaría para que gentilmente me abriera la puerta y me despidiera con un cálido apretón de manos y un “hasta luego hermano”
—No eres estupido...
La voz de Ivan a mi espalda interrumpió cualquier intento que yo hubiera tratado de hacer para forzar la puerta y salir huyendo como el cobarde que soy.
—Si lo soy, Ivan. Ahora abreme la puta puerta, quiero irme.
Me extraño escuchar lo que dijo; lo común hubiera sido que me contestará con un “Si, lo eres Rodrigo”
para que después se hubiera reído y hubiera terminado su frase con “pero así eres mi amigo” y los dos hubiéramos terminado riendo. Como siempre.
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𝗣𝗔𝗥𝗔𝗦𝗢𝗠𝗡𝗜𝗔 (𝗥𝗢𝗗𝗥𝗜𝗩𝗔𝗡)
Non-Fiction𝒫a͟r͟a͟s͟o͟n͟m͟i͟a͟! ★ (𝙍𝙊𝘿𝙍𝙄𝙑𝘼𝙉) ✧ 𝓣𝗋𝖺𝗇𝗌𝗍𝗈𝗋𝗇𝗈 𝖽𝖾𝗅 𝗌𝗎𝖾𝗇̃𝗈 𝖺𝗌𝗈𝖼𝗂𝖺𝖽𝗈 𝗊𝗎𝖾 𝗌𝗎 𝖼𝖺𝗋𝖺𝖼𝗍𝖾𝗋𝗂𝗓𝖺 𝗉𝗈𝗋 𝖾𝗉𝗂𝗌𝗈𝖽𝗂𝗈𝗌 𝖻𝗋𝖾𝗏𝖾𝗌 𝗈 𝗉𝖺𝗋𝖼𝗂𝖺𝗅𝖾𝗌 𝖽𝖾 𝖽𝖾𝗌𝗉𝖾𝗋𝗍𝖺𝗋. ☐ ...