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¿Qué es lo qué le pasa a Ivan Buhajeruk? ¿Cree que puede andar por ahí, acostándose conmigo, y haciéndose el perfecto, declarándose, y ahora besándome sin pretender que me afecte en nada?  

Oh, el y yo nunca nos habíamos besado, ni siquiera antes, este es mi primer beso con un hombre, mi primer beso con Ivan, mi primer beso de verdad, esté es el mejor. Que barbaridad.

No sé exactamente cómo las cosas marcharan después de esto, no sé que seremos Ivan y yo después de esto, no sé nada, absolutamente nada, excepto que esto sigue gustándome, tal y como la primera vez.

No estoy seguro si fue por mis nervios, pero Ivan se separó de mi, cortando el besó, que había sido tranquilo, nada parecido a algo que haya hecho antes, incluso no me parecía que haya venido de Ivan. Pero lo era, era de Ivan, y eso era increíble.

—Todo hubiera sido más sencillo si lo hubieras dicho...—No sé que decir, ahora mismo estoy sintiendo mucho verguenza, pero no me siento mal, no se siente como hace un momento cuando estaba atrapado en mis ideas. Pero... es que esto es tan nuevo, tan genial. Debo dejar de enredarme en mis pensamientos si quiero seguir sintiéndome de esta manera.

Ivan entrecerró sus ojos y sonrió levemente ante mis palabras.

—Nada es sencillo contigo, Rodrigo. Lo digo con seis años de experiencia como prueba.

—¡Pues si! Pero esto es...— Ivan
me interrumpió juntando de nuevo nuestros labios. El nuevo beso era diferente, dejando de lado toda la calma del anterior. Aferré mis manos a su camiseta cuando sentí de imprevisto su lengua tocando mi labio. Gire el rostro cortando el beso que no quería ceder. —¡No me interrumpas cuándo habló!

—Ibas a empezar a gritar...— Ivan recargó sus manos sobre la pared, dejándome ahora acorralado entre esta y su cuerpo.— Te ves mejor calladito...

—Te estás pasando, sé más respetuoso  conmigo...—Ivan río con fuerza en mi cuello, ni siquiera supe en que momento había metido su rostro ahí, pero las exhalaciones que comenzó a dibujar sobre mi piel me advirtieron de su cercanía.

—Suelo perder el respeto en ciertas ocasiones, en ciertas circunstancias....
con ciertas personas.—Ivan beso mi cuello, fundiendo el calor que ahí se encontraba con el suyo.

Intenté con todas mis fuerzas no temblar, no demostrar que cada beso que dejaba en mi piel se mantenía ardiendo como si fuera una quemadura. Pero todo se volvió mas difícil su lengua intervino, cuando después de dejar castos besos los probaba con la punta de su lengua como si desconociera el efecto tan fuerte que causaba en mí.

—¡No, no, no, no, ahí no, Ivan!...
—encogi mis hombros intentando apartar a Buhajeruk de mi cuando sentí sus besos en mi clavícula. Sentí un extraño apretón de placer en mi interior cuándo ejerció fuerza en mi contra y me mantuvo quieto contra la pared, ignorando mi queja, continúo con lo suyo. Su cuerpo pegado, tan cerca. Que difícil ser yo teniendo a Ivan restregándose contra mí.

—Rodrigo...—Ivan murmuró creí que todo andaba mal cuando sus manos sujetaron mis caderas, para que después una de ellas se frotaran contra la mía, con una destreza delirante.

Su tacto era tan perceptible aún con la ropa que me cubría de por medio, los movimientos que sus manos daban sobre mí eran tan bruscos y gentiles al mismo tiempo. ¿Cómo puede ser brusco y gentil al mismo tiempo? eso no es normal, pero me gusta tanto como lo hace...

Gemí, con voz mas aguda de lo que pretendía, mi interior estaba estremecido por el placer que me invadía, enrede mis brazos por su cuello para ocultar mi rostro; no quería que me viera así ante la luz del día, porque ahora no es de noche, y no es sexomne (la otra vez tampoco era, pero yo creía que sí), ahora esta frente a mi, y yo tan expuesto.

𝗣𝗔𝗥𝗔𝗦𝗢𝗠𝗡𝗜𝗔 (𝗥𝗢𝗗𝗥𝗜𝗩𝗔𝗡)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora