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Hijo, ¿ Puedo pasar ?
Steven tocó la puerta del cuarto de su hijo, le preocupaba la forma en la que se comportó durante la comida, conocía a su hijo, y no era tan tonto como para no saber o darse cuenta que jamás probó ni un bocado de la comida, eso era extraño, viniendo de su hijo, usualmente, Silver se encargaba de dejar el plato limpio como si jamas le hubiesen servido.
- Pasa papá
Escuchó a lo minimo la voz de su hijo desde el interior de la habitación, Steven relajó su cuerpo, tomó la perilla girando de esta y empujar la puerta hacia adelante.
- Hola hijo, ¿ Cómo te sientes ?
Preguntó mientras la habitación se llenaba en silencio por minutos.
- Bien, solo un poco... Cansado
- Entiendo. Fue un viaje largo
Rió Steven esperando hacer reír a su hijo, sin embargo, Silver jamás emitió un sonido, ni siquiera una mueca que expresara disgusto. Simplemente nada, dejó de reír llevando su mano tras su nuca y tomar asiento a un costado de su hijo frente a la gran ventana. Algo estaba mal, y Steven lo presentía, pero tampoco estaba listo para intervenir en la vida personal de su hijo. Respetaba su privacidad, prefería y veía conveniente que su hijo le contara algo por su propia cuenta. Suspiró incomodo observando a detalle a su único hijo. Steven fruncio el ceño a ver con detalle a su hijo, el menor se veia mas delgado que el año pasado, sus puas habían perdido ese color gris claro a pasar a uno mas opaco, sus ojos parecian haber perdido ese hermoso brillo que hacian enamorar a cualquiera, no habian sorisas, ya no habian palabras que expresaran su emocion, y solo se encontraba en aquella posicion fatal que no era nada común en su tierno niño.
- Hijo... ¿ Que tal todo en Metrópolis ?
Preguntó Steven esperando con emoción que algo le contara su adorado hijo, pero solo hubo silencio
- ¿ amigos nuevos ?
- ¿ Amigos ?
Se cuestiono a el mismo con esa duda, ¿ amigos ?, jamas tuvo la oportunidad de hacer amigos, ojala pudiera sentirse tan seguro para poder hacer un amigo. Pero mas en cambio, solo logró tener depredadores que lo atormentaban en Metrópolis.
- Sí, no se... Un mejor amigo o amiga... ¿ Novia ?... Algo por el estilo, hijo
Pero de nuevo hubo silencio, Steven sintió su pecho oprimirse, sentía un dolor nunca antes visto, sus pulmones se sintieron oprimidos y su estomago de revolvió con brusquedad sintiendo su instinto interno de Padre alterarse por protección. Su instinto le insitaba a proteger a su pequeño de algo que no tenia idea.
- Hijo... ¿ Qué ocurre ?, Estas así desde que llegamos del Aeropuerto. ¿ Pasa algo ?, ¿ sucedió algo en Metrópolis ?
El corazón de Silver dio un brinco de total pánico, su Padre no podía sospechar de nada, sintió su vista picar y un fuerte escalofrío recorrer su espalda baja hasta la punta de los pies.
- N-no papá, todo esta bien... Es solo que... No fue un buen año
Respondió esperando con eso calmar a su Padre, podía ver la preocupación en los ojos de su progenitor, y no quería preocuparlo con sus problemas, no quería que se enterara, pero su conciencia interna le insistía sacar todo lo que le atormentaba. Silver negó repetida veces cualquier duda que estuviera en la mente de su Padre, una conversación que surgió de golpe, una actitud extraña ante la forma temerosa y rápida para el padre en el habla de su hijo, estaba seguro que algo estaba mal, sin embargo, lo dejaria pasar, aún si su curiosidad insistía, esperaría a que su hijo se sintiera seguro para hablar de ello. Cuando el menor terminó o al menos se detuvo mientras relajaba su respiracion y la ansiedad, Steven sonrió disimulando claramente su preocupación.
- Que... Interesante, me alegra saber que has hecho amigos, ¿ de verdad tu hiciste eso ?
- Bueno... S-si
- Ah jeje bueno... Debo ayudar a tu Tía, te dejo... Para que descanses
Sonrió Steven para pasar su mano sobre la cabeza de su hijo, acomodó su sueter y en silencio salió dejando a solas a Silver en la habitación, en cuanto la puerta se cerró, Silver ya no pudo contener el mar de lagrimas por el golpe de emociones que contuvo en ese instante, mordió su mano dejando escapar su llanto mientras se acurrucaba contra la esquina de la ventana mientras su celular vibraba con gran insistencia a la orilla de su cama. Secó sus lagrimas y tomó con prisas el teléfono para desbloquear y entrar directamente a ese chat, sus dedos deslizaban en la pantalla hasta terminar la conversación, sus ojos se llenaban de lagrimas mientras apretaba el dispositivo entre sus manos con el corazón latiendole a mil por hora.
