OBSESSION/BAKUDEKU

Solo tuyo

Era viernes por la tarde y los pasillos de la universidad estaban repletos de estudiantes, algunos regresando a casa después de una semana de clases y otros simplemente conviviendo. Bakugou aún estaba en su dormitorio preparando sus cosas para regresar a casa por la noche, prefería ese horario pues evitaba toparse con demasiadas personas.

Mientras terminaba una que otra tarea sus amigos entraron a su habitación haciendo que la vena de su frente saltara de enojo.

– Maldición les he dicho que toquen antes de entrar.

– Vamos Bro, ni que estuvieras manoseándote con alguien. – dijo Denki recostándose en la cama del peli-cenizo quien ya lo veía muy molesto.

Kirishima por su parte entro con una sonrisa para luego acomodarse a un lado del rubio – ¿Te iras hoy Bakubro?

El mencionado tuvo que inhalar una buena bocanada de aire para no mandarlos a la mierda en ese momento – La vieja me quiere en casa.

Kirishima hizo una mueca – Mina y Sero también se fueron hoy, así que estaré solito en el campus, que aburrido. – dijo alargando la última silaba y tirándose por completo en la cama.

– Kiri, quejarse no es muy varonil. – dijo Denki a un lado.

– Y comerse las papitas de tu amigo tampoco lo es. – respondió el peli-rojo quitándole la bolsa de patatas de Bakugou.

– ¡AH! son unos idiotas.

Ambos rieron, Bakugou era una persona muy fácil de irritar y ellos lo sabían perfectamente – Hey Bakubro, vamos a comer antes de que tú y Denki regresen a casa.

Bakugou respondió al instante – No.

Quien diría que Bakugou pasaría esa cena en compañía de dos idiotas que lo amenazaron con ir a su casa el próximo fin de semana si no aceptaba ir con ellos. Que patético se dijo mentalmente.

Mientras Kirishima y Denki iban abrazados diciendo cualquier estupidez que se les ocurriera, el tercero solamente escuchaba, hasta que algo llamo su atención. Una cabellera verde caminaba a unos pocos metros de él, Bakugou no logro apartar la mirada cuando vio a donde se dirigía. Un callejón detrás de los comedores.

Él no era chismoso, mucho menos metiche, pero esa noche insistió en sentarse cerca de los baños donde obtenía una clara imagen del callejón.

Midoriya caminaba tranquilamente hacia el comedor, se iría esa misma noche, pero sabía que llegaría muy tarde para prepararse algo. Su teléfono vibro y en la pantalla se reflejó una notificación.

(Dabi) – Veámonos en el callejón detrás de los comedores. Ahora.

Okey. –

Cerro la cremallera de su suéter y a paso veloz se dirigió al lugar, escucho unas risas muy conocidas por detrás, pero en ningún momento le intereso voltear hacia ellas.

Antes de entrar en el oscuro callejón miro a todos lados, al estar seguro de que nadie lo seguía o veía entro por completo.

En el instante unas frías manos se posaron en su cintura. El otro individuo empezó a acercarse poco a poco hasta dejarlo entre él y la pared.

– Hola – dijo el chico muy cerca de su oreja.

Midoriya trago duro – Dabi... estamos en el campus.

– ¿Y? – el peli-negro empezó a subir su suéter, podía sentir la fría mano viajando desde su cintura hasta su espalda – El otro día no te importo. – dijo empezando a besar el espacio entre su cuello.

Si le preguntaran a Midoriya en qué momento había perdido la decencia no podría decirlo con exactitud, tal vez fue la vez que llego a la habitación del peli-negro por primera vez, o el día que Dabi lo beso en el baño, o en la biblioteca. Realmente no le importaba en donde la dejo, porque cada vez que el peli-negro lo tocaba su cuerpo reaccionaba al instante.

Como en esta ocasión, cuando su cuerpo estaba casi suplicando que el chico siguiera tocándolo sin parar.

– Vamos, no me digas que ahora eres tímido.

– No soy tímido, pero... cuando me tocas así, mi cuerpo no me obedece. – respondió con dificultad y eso hizo que Dabi sonriera de lado.

Sin perder más tiempo alzo el rostro del menor y cuando las esmeraldas se encontraron con los azules orbes, todo dejo de importar, sus labios fueron apresados en un candente beso. Dabi lo presiono más contra la pared y eso hacía del momento más placentero.

La boca del peli-negro no le daba espacio para protestar o pedir que se detuviera, pero tampoco era como si quisiera que eso terminara, menos cuando la pierna del oji-azul empezó a moverse en su entrepierna y las frías manos recorrían su pecho.

El calor empezaba a subir y Midoriya no sabía cuánto más aguantaría, porque esos labios besando su blanquecina piel, esas manos tocando sus pezones y la pierna rozando su parte hacían que quisiera pedir a gritos ir a un lugar más privado, pero el ambiente le daba una sensación de rebeldía y placer que lo consumían.

Dabi dejo de besarlo para seguir dejando marcas en su cuello.

– Ah≈ Dabi. – el mayor amaba esa voz, cada vez dejaba más marcas, movía su pierna de un lado a otro haciendo que la fricción aumentara, tocaba y pellizcaba los rosados pezones. No le importaba una mierda si estaban en un lugar público o no.

La visión de Midoriya se empezó a empañar por el placer que tenía, pero a lo lejos unos rubíes lo veían con cierto enojo y desprecio, en el pasado hubiese alejado a Dabi y con vergüenza extrema saldría huyendo del lugar. Pero eso era cosa del pasado.

Regreso su mirada al peli-negro y alzo su barbilla – ¿Qué sucede...? – intento preguntar, pero Midoriya lo beso tan desesperadamente que no logro ni terminar la oración.

Bakugou veía de lejos, la escena no era tan clara, pero podía distinguir la espalda del peli-negro y las manos del oji-verde en su cabello. Se estaban besando, con tanta desesperación como un día ellos lo hicieron.

Capitulo Piloto. (Futuros arreglos) //faltas ortográficas y gramaticales//

Aclaraciones.

En este fanfic Midoriya tiene 21 años y Dabi 23.

Este fanfic tendrá mucho contenido +18 o escenas muy subidas de tono, si no es de tu gusto deberías dejar de leer desde ahora.

Los shipps los encuentras en la descripción.

Si el capitulo piloto tiene popularidad subiré los demás.

Nos leemos. Voten si quieren más. :3