La enfermera que estaba a mi cargo entró esa mañana con una sonrisa en el rostro, era bastante bonita y se veía amable, así que le devolví la sonrisa como pude. Noté que llevaba un carrito sobre el que tenia una frascos con pastillas, gasas, unas cremas -creo-, una jeringa con su aguja, un frasco el cual supongo que contenía el liquido que debía de inyectarme. Además de claramente, mi desayuno.
Llevaba ya una semana en el hospital y Rosie -el nombre de la enfermera- era bastante amable y linda conmigo, también nos llevábamos muy bien sinceramente. A ella le encantaba hablar y a mi escuchar sus historias. Una relación perfecta.Más allá de la enfermera nada se encontraba fuera de lo normal, los gritos habituales del hospital al estilo: "¡Hay que hacerle RCP!" "No respira" "¡Llévenlo al quirófano!". Las visitas del doctor, el tener que tomar medicamentos o que me los inyecten, ir ciertas salas del hospital para los Rayos X y ver el avance de mis huesos fracturados -los cuales fueron dos costillas superiores izquierdas, tres derechas inferiores, la segunda, la tercera y de la sexta a la decima vertebra del área dorsal de mi columna (los doctores dicen que realmente fue un milagro que no quedara invalido o con daño de postura irreparable ya que cuando llegue las vertebras ya se encontraban en proceso de curación, incluso nombraron la palabra prohibida por mi tía y tío; ellos dijeron: "Es tan extraño y curioso este comportamiento por parte del cuerpo humano que llega a parecer magia." Es muy chistoso ver como a mis tíos les da un escalofrío cada que oyen esa palabra); y dos dedos de mi mano derecha-. Todo lo normal de un hospital. Lo único que podría destacar de todo lo sucedido es que los Dursleys venían a visitarme desde que entre al hospital, siempre a la misma hora, y claro, por compromiso -sin contar lo sucedido mi primera noche con la lechuza-. Además de así evitar que los trabajadores del hospital descubran la verdadera razón por la que estoy en este estado. Los Tontorleys no son tan tontos como se ven.
Después de lo ocurrido con la lechuza la noche de mi internación al hospital, llegaron muchas más lechuzas a la ventana de mi habitación designada. TODAS con la misma estúpida carta. Al tercer día y que más de diecisiete cartas llegaran a mis manos, me comencé ha abstener de abrir la ventana por lo que, poco a poco, las lechuzas comenzaron ha amontonarse frente la ventana y ya en poco más de 48 horas habían más de CUARENTA lechuzas del otro lado del vidrio. ¿Por qué alguien se tomaría la molestia de enviar cuarenta lechuzas a una habitación especifica de hospital para hacer una broma?. No alcanzaba a comprenderlo, pero no importa quien fuera, porque realmente era un maldito hijo de puta. Él o ella y su asquerosa broma. Y eso que no estoy contando las otras veinte que llegaron los siguientes días hasta hoy, acumulándose junto a las demás.
Los funcionarios del hospital no importaba cuentas veces las ahuyentaran siempre regresan -con compañeras nuevas, por cierto- y por más que intentaran quitarles las cartas para saber el porque se encontraban aquí, ninguna se lo permitía a nadie. A nadie que no fuera yo, Harry James Potter. La situación realmente ya era irritante y asombrosa, pero sobre todo MUY irritante.-°-
Ya era la hora de la merienda y me encontraba disfrutando un pure de manzana con un poco de cacao dulce en polvo por encima -cortesía de Rosie-, junto a un bollo con mantequilla de maní y una vaso de leche mientras Rosie me contaba como fue que decidió convertirse en enfermera.
Resulta que cuando ella tenia diecisiete años uno de sus amigos de la infancia se vio afectado por un ataque cardio-respiratorio, y si no hubiera sido por la ahora enfermera que decidió aplicar RCP muy básico que había aprendido gracias a unas clases extras de Maniobras de Auxilio que su madre le dijo que no estaría mal tomar ya que nunca se sabe cuando ese tipo de conocimiento te puede ayudar a salvar una vida. Obviamente no logro despertarlo, pero si gracias a sus acciones el pulso de su amigo volvió levemente, y con solo eso fue suficiente para darle tiempo a la ambulancia y paramédicos de llegar, terminando el trabajo que ella había comenzado.
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TODO
FanfictionHarry James Potter, un pobre chico maltratado y usado por sus familiares. Él pensaba que su vida jamás mejoraría, pero entonces conoció a aquel hombre de cabello largo y negro. El cual le dio información que cambiaría su vida para siempre. Todo su a...