¿Cliché? No, gracias.
No me gustan esas estúpidas historias adolescentes que se repiten continuamente en las películas y series, incluso en la literatura juvenil. Parece todo tan hermoso cuando entras en el último año antes de la universidad, que parece que se nos olvida eso: que es el último año antes de la universidad. Hay que estudiar, no hay tiempo para estar soltando hormonas como animales.
Mi colegio era uno de los más privilegiados del país, y yo una simple becada. Había estado los últimos años sobreviviendo a base de no dormir y dejarme el alma para sacar las máximas notas y poder continuar al año siguiente.
Aquí todos vienen de familias ricas, empresarios y gente que tiene el estatus social más alto que su propio ego. Todos hablan de cosas que parecen normales, pero que a mí me parecen absurdidades de multimillonarios.
¿Y eso de los populares? Nada, eso otro cliché americano.
Aquí cada uno es respetado por las notas que saca, por el dinero de sus padres y por el renombre de la familia de la que proviene. Yo solo tengo una de esas cosas, pero me vale para que los profesores al menos recuerden mi nombre.
Pero eso es todo.
No hay que romantizar la vida estudiantil demasiado, porque la gente se piensa que va a tener la película de su vida y van a ganar un Óscar en cuanto salgan de aquí, pero lo que pasa es que nos comemos vivos. La competencia se percibe en el aire.
Aquellos que tengan el mayor número de cosas en el currículum, además de notas perfectas, se llevan un diplomita extra a casa para exponerlo en la pared. ¿Y qué ganamos con eso? Pues que el propio colegio nos ofrece una empresa en la que comenzar a trabajar directamente mientras vamos a la universidad.
Bingo.
Mi punto, quiero ser yo la que reciba ese diploma, aunque me deje la vida en ello. Necesito pagarme la universidad a la que iré, ya que también es muy prestigiosa y privada, y solo con leer los pagos mensuales pensaba que me estaba dando un soplo ventricular.
El problema es que ya me costaba antes mantener el primer puesto en la mayoría de exámenes, cuando la gente no se lo tomaba muy en serio. Ahora que necesitan la nota para la universidad, esto va a ser Predator, pero a lo bestia.
Bueno, ¿preciosa introducción de mi vida? Nada, ya podéis olvidarme, cambiar de lectura y mandarme lejos de vosotros. Pero, la cosa es que no todo era tan directo y simple como pensaba.
No.
Tenía que estar él.
Después de los primeros parciales del primer trimestre, pensé que mi vida ya no tenía sentido y que me quería tirar por un acantilado. Yo había quedado segunda en todos y cada uno de los exámenes, a un solo punto de diferencia del primero, el cual sacó 100 en todo.
¡En todo!
Y encima era chico. Todos le admiraban y le aplaudían el día que el profesorado le dio la enhorabuena por sacar calificaciones perfectas ya de entrada la primera mitad de noviembre. ¿Y yo?
¿¡Y yo!?
Saqué 99 en todo, pero nadie si quiera me preguntó. Creo que ni se molestaron en relacionar la cara con el nombre que había escrito. Quizás todos me conocían de vista, por compartir misma clase o club, pero nadie realmente sabía que yo era de las mejores estudiantes que tenía este maldito infierno de colegio.
Todos los profesores eran muy exigentes, y mandaban trabajos y ensayos, exámenes y pruebas orales continuamente. Era la gloria el período de exámenes, porque no teníamos clase ni nada durante una semana entera.
¿Pero qué más da que te reconozcan? ¿No? Con conseguir el diploma bastaba. Pero eso ya era más difícil, maldita sea. Ya había alguien que estaba como candidato número uno para el diploma. Un rico que tiene la vida solucionada y se va a meter el diploma por donde todos estamos pensando. ¿Por qué desperdiciar semejante oportunidad en él? ¡Me tenían a mí! Una becada necesitada.
Pero el mundo no giraba entorno a mi existencia. Aquí tenía que solucionarme la existencia de alguna manera. Así que si perdí cierto porcentaje de probabilidad, podía recuperarlo yendo a más clubs o ganando algún concurso en algo. ¡Debía haber algo!
Tuve la idea de irme a la secretaría del colegio y preguntar por concursos o algo importante en el que pudiese participar antes de que el feo ese me ganase otra vez en los globales de diciembre.
-No, lo siento. Todos comienzan a partir de enero, después de los globales y la entrega de notas.
-Vale, muchas gracias. Disculpe las molestias- sonreí. Al girarme, corté la sonrisa de golpe. Esto iba a ser más que una pesadilla. Esto se convertiría en mi realidad como siga así.
-¿T/N?
Alguien dijo mi nombre. No, mejor dicho, alguien supo que la cara de ese nombre era la que estaba en ese momento pasando a su lado. Cuando lo pronunció, incluso hubieron unos cuantos que se giraron a mirarme sorprendidos. Claro, el nombre se lo sabían todos, lo que no se sabían era la cara.
Cuando me giré en dirección de la voz, casi se me va toda la saliva por la tráquea. Comencé a toser, aunque paré rápidamente.
-T/N, ¿verdad?
Era él.
-Sí- le miré, aunque creo que no muy dulcemente. Mi cara solía ser muy transparente con lo que pensaba o sentía, por lo que quizás le estaba transmitiendo demasiado odio.
-¿Creo que vamos a la misma clase? Te he visto en el puesto dos en todos los exámenes. ¡Felicidades! Seguro que te habrás esforzado mucho para eso-sonreía inocentemente.
''Claro que me he esforzado, maldito insolente''
-Soy Jeon Jungkook, encantado. No sé si habrás escuchado algo de mí.
''Posiblemente tu asesinato en breve.''
-Sí, el primero en todos los exámenes.
-¡Vaya! Sí que corren los rumores.
-No es que corran los rumores, es que respiro el mismo aire que tú todos los días.
-Ah, es eso. ¿Estás enfadada?
''Sí, te pegaría en la cara un puñetazo si no fuera porque tengo que mantener mi estatus de animal civilizado''
-¿No?
-¿Eso es una pregunta?
-¿Querías decirme algo importante? Tengo prisa y cosas que hacer.
-Bueno, había pensado que nos podríamos conocer. Al final, somos los dos mejores estudiantes de último año con diferencia. El tercer puesto tiene tan solo 89 puntos, y todos dicen que los exámenes eran muy difíciles.
-¿Perdón?
''¿Qué?¿Quería ser mi amigo ahora?''
-¿Te he molestado?
-Mira, Jeon Jungkook, no sé qué quieres, pero seguramente no estés muy interesado en mi triste historia de repente porque sí. Explícame sin rodeos qué quieres.
Comenzó a reírse de repente, mientras sus mechones despeinados se caían sobre su frente. Además de sacar buenas notas, tenía que ser guapo el desgraciado. Se sentó en uno de los sillones que habían en la entrada, al lado de secretaría, mientras su camisa del uniforme se estiraba de más debido al volumen de masa muscular que tenía. Parecía que en cualquier momento los botones iban a salir disparados. ¿No podía comprarse una talla más grande?
-Eres muy graciosa, T/N. Me imaginaba que serías más seria y tímida.
-¿Perdón?¿Y eso por qué?
-Porque llevas estudiando siempre y me imaginé que serías una más del montón.
–¿Y qué me hace diferente?
–No lo sé. Por eso quería conocerte más.
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School Love Affair [Jungkook x reader]
Fanfiction''Te quiero destruir, te quiero hacer sufrir. Pero no me dejas, y me frustras tanto.'' ''Ven e inténtalo. Ven y atrápame si puede.'' Donde T/N encuentra el mayor obstáculo que se hubiera podido imaginar para lograr su éxito académico.