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El timbre sonó avisando la llegada de alguien, un nuevo visitante se asomaba por su sótano próximamente. Preferiblemente prefiero ahorrarme todas estas cursilerías y encantos de conquista superficiales con mis amantes, sin embargo, es totalmente inevitable no hacerlo. El ser busca cariño, protección, amor, algo cálido que sea duradero, que sea por siempre; y ellos para mí iban a existir por siempre en mi interior, en mis entrañas, en mi profundidad, en mi memorias, lo que quiero decir es que ¡Nos uniremos! Eso es lo más hermoso que se puede esperar.

La unión sincera de dos personas ante una comida inigualable, con partes de ambos, con partes de uno solo dándolo todo, ¡dando todo de su ser! Que increíble era el amor.

Apresurado me dirijo hacia la puerta para recibir a mi compañero, esta noche sería nuestra cuarta cita, allí daría fin a lo superficial y comienzo a una nueva unión. Por lo general espero cuatro días, ¿quien dijo que tenía que contar hasta tres? El cuarto es perfecto para ya haber replanteado todo lo que puedo lograr en el tres.

bienvenido cariño - lo abrazo con mis brazos alrededor de su cuello para alcanzar su mejilla y depositar un cálido beso - te estuve esperando.

Un poco nervioso por la cercanía toma mi cintura tímido y confundido, pronto se le pasaría todo eso cuando lo tenga debajo mío.

yo también esperaba verte patito - de nuevo ese estúpido apodo, solo porque su apariencia fuera así no significaba que le gustará ser llamado de esa forma. Lo odiaba.

Con amargura le tomo de la mano y lo guío a mi cocina, mi preciada cocina con la que comparto tantas recetas y manjares para el humano, con ingredientes frescos y vivos.

te gustaría...

– ¿Ayudarte con el postre?

Muevo mi cabeza con alegría, me encantaba que entendieran mis órdenes y peticiones, eran mis mayores halagos. Me agaché para sacar la batidora y algunos moldes para los pastelillos, tratando de verme lo más natural en mi inocencia que no era conciente que mis movimientos provocaban cierta reacción en el chico.

Al voltear lo noté nervioso, sudando y mirando a otro lado. Oh tonto, era tan hermoso, realmente lo amaba demasiado ¿Cómo terminar algo como esto así? En un plato, en mi boca, en mi paladar, en mi ser.

Me acerqué con ternura para acercarme hasta su oído hablándole en un tono juguetón.

con qué postre te gustaría empezar - mi mano fue directo a su entrepierna restando importancia al sonrojo que se asomaba poco a poco al cuello, orejas y mejillas de mi pareja. - sabes... puedo empezar con una pequeña entrada si así deseas.

Rápidamente sus labios fueron a parar en mi, el beso era intenso. Estaba desesperado, los dos estábamos desesperados para que esto acabará de la mejor forma posible. Deseaba a este hombre, lo quería en mi interior.

Abrí mi boca para poder darle espacio a su lengua, ya sabía lo que quería, todos eran iguales. Los hombres definitivamente eran tan predecibles si te ponías a pensar. Por alos había estado observando su comportamiento y definitivamente a comparación de las mujeres se quedaba con los hombres. Eran más fáciles de manejar, de seducir y de llevar a la cama ante el deseo de más por el simple motivo que ellos gritaban a los cuatro vientos: " es mi necesidad porque soy hombre "

En un movimiento rápido tomó mis muslos para sentarme en el planchón, insistí en el roce de nuestros penes por encima de la ropa y que más daba, aún había algo que quería. Con desespero repartió besos y marcas en mi cuello, yo solo sentía el placer y adrenalina de la situación, lo pegaba más a mi, quería un poco más de él.

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