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Caleb:

— Si aún quieres irte está bien, cariño — Dice mamá al ver como mis manos sostienen con fuerza el afiche que ella me había dado.

— Está bien, mamá — le respondo en afirmación y ella sonríe.

Decidí inscribirme en las clases de música que mamá me había comentado, únicamente no sólo enseñan música, también pintura, danza costura y esas cosas.

Sam me había dicho que quería aprender a coser, creo que le diré sobre este lugar.

Y cuando creemos que nadie va a atendernos al ver la mesa de recepción vacía, una chica aparece y nos saluda con una gran sonrisa que me asusta.

— ¡Hola! — Agita su mano en señal de un saludo — ¿Vienes por las clases de música, verdad? — Y de repente estampa la palma de su mano contra su rostro — Que tonta, claro que estás aquí por eso.

Mamá pone una mano sobre mi hombro y se adelanta a presentarse a la chica.

— Mi nombre es Lilian, tesoro — Dice mamá siempre sonriente ante la chica. — ¿Me recuerdas verdad?

— Un gusto — asiente de ls misma manera — Y si, si la recuerdo — observando bien a la chica puedo ver qué también toca la guitarra, pues en éstos momentos le cuelga en la espalda.

Luego, sus ojos color miel me miran de inmediato.

— ¿Vas a inscribirte? — Abro la boca para responder, pero ella no me deja hacerlo ya que dice algo más — Nadie más que yo toca la guitarra... Muchos dicen que no saben cómo hacerlo — Comenta con cierta tristeza — Es muy aburrido ser la única.

— ¿Cómo sabes que vengo por eso? — Se me sale preguntar.

Ella se encoje de hombros y ríe con culpa.

— Tu mamá me lo dijo — Mi cabeza se gira tan rápido hacia mamá que creo que me fracturé el cuello, ella baja sus hombros igual y me sonríe.

— ¿Entonces? — Vuelve a mirarme.

— ¿Entonces, qué? — Espetó con dureza, tal vez demasiada.

— ¿Cómo te llamas?

— Si, vengo a inscribirme  —Ignoro por completa su pregunta anterior, y la veo sonreír, está chica es muy rara.

— ¡Genial! — Luego de eso, se acomoda la manga de su guitarra sobre su hombro.

Se acomoda el cabello y vuelve a sonreírme.

— ¡Soy Katie por cierto! ¡Bienvenido!  — Abre sus brazos con intenciones de abrazarme, así que, rápidamente doy un paso hacia atrás y le extiendo mi mano, ella se detiene y sus ojos bajan hasta mi mano extendida — Sin abrazos, entiendo.

Finalmente ella toma mi mano extendida y la estrecha suavemente.

— Gracias, Katie — Dice mamá apartándo un mechón de cabello de la chica.

— Por nada — Sacude su mano despidiéndose de ambos.

— Cariño no seas tan amargado — Mis cejas se hunden de inmediato, me siento ofendido con eso.

— Mamá...— Llame casi con súplica. Exhalo pesadamente y me rasco la nuca ya incómodo— Gracias por acompañarme, mamá — Digo volteandome hacia ella y luego a la puerta de salida.

Ella sonríe y asiente.

— ¿Nos vamos? — Pregunta ella con ese tono suave.

...

Tú Júrame Que Volverás (Editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora