DE SU BAILE A MI DESEO

37 2 0
                                    

El teatro no es algo en lo que me guste involucrarme, las molestias de tener que arreglarme y mostrar una apariencia fina ante aquellos ojos críticos a la expectativa de algún error mío, me causaban hasta cierto punto incertidumbre y si fuera mas valiente para expresarlo un poco de miedo.

Sin embargo, ahora estaba buscando mi asiento junto con Aegón el cual vino siendo arrastrado por la molestia de hacerme prometer algo que no deseaba, nuestra querida hermana Helaena había sido aceptada en una academia de baile y era su primera presentación, si me hubiera preguntado la hubiera acompaño tal vez escondido entre el personal para evitar todas las miradas de esos adultos que hasta cierto punto si ponía atención algunas miraban de una forma más bien morbosa.

- Al parecer estamos en la parte del palco, espero no haya mas gente o al menos no alguno que parezca un depravado.

Aegon a pesar de ser el mayor, parecía cómodo con su forma de hablar, que en palabras del abuelo era un tanto vulgar, lo cual no lo separaba de aquellos que solo fingen estar en una posición mas acomodada sin tener un linaje puro.

- Vinimos a ver la presentación de nuestra hermana, no estamos aquí para socializar o enfocarnos en otras personas, además debería hablar de una mejor manera o a este paso te confundirán con cualquier mesero.

No podía evitar molestarme con él, por ser el mayor siempre será el primero en obtener todo y será el que solo obtenga sobras y aun así pareciera no interesarle en absoluto.

- Wow suenas igual que nuestro abuelo Aemond, a este paso espero que aquella que decida estar contigo haya disfruta su vida.

Encontramos nuestro en los palcos, para nuestra suerte solo estaban otras dos personas, un chico de cabello castaño y a lado una chica con rizos que llamaban la atención por su tono platinado.

Como era de esperarse mi hermano se sentó a lado del castaño como si solo hubiera venido para socializar y yo me senté a lado de la chica quien solo sonrió y paso en cada presentación poniendo una atención demasiado meticulosa, en mi opinión algo obsesiva.

El turno de nuestra hermana empezó, un ballet representando la trágica historia de romeo y julieta, tenia que admitir que era buena bailando, por algo obtuvo el papel principal e incluso no sabia que la danza podía ser tan expresiva, había escenas que aunque no hubiera palabras y el único sonido era las melodías que pasaban de ser tranquilas, a ser de alguna forma dolorosas y realmente me quede absorto de lo que veía, en ese momento hubiera deseado que ahí acabara la presentación de la academia, pero no fue así.

Al terminar aquella pieza, todos se levantaron aplaudiendo, incluso con dificultad yo también lo hice y un poco apenado escuche a mi hermano gritar que ella era talentosa, posiblemente todo el público lo escucho.

El teatro se volvió oscuro, y después de el agradecimiento de el grupo de baile, el telón fue puesto, todos volvimos a nuestros asientos y al parecer el chico a lado de Aegon le comento algo que no pude oír con claridad, al parecer el siguiente grupo era liderado por un novato de un talento indescriptible, pero ya saben que es necesario ver para poder creer.

Y así empezó aquel baile, con un chico de cabello castaño usando una camisa roja un poco floja y un pantalón negro ajustado que hacia notar su cuerpo de alguna forma delicado, los movimientos de su baile fueron salvajes, parecía que había sido hipnotizado por aquel muchacho que destacaba al estar rodeado de chicas pero ninguna captaba mi atención como el lo hacía, de alguna forma me sentía seducido por su baile y en mi mente pareciera que por primera vez se presentaba aquel impulso de ir y preguntar de quien se trataba esa silueta tan fina y a la vez tan firme.

Una vez terminado el baile mi cuerpo reacciono solo y me levante del asiento para ser el primero en aplaudir después de percatarme que los demás no lo hacían, sentí mi cara ardiendo como si la vergüenza mas grande del mundo fuera escrita para mí, el chico a lado de mi hermano también se levanto y aplaudiendo, dando inicio a una cantidad inmensa de aplausos seguidos, pude ver la mirada del chico puesta en mi y con una sonrisa solo vi sus labios moverse, no me importaba lo que intentara decirme, en ese momento lo único que me interesaba de sus labios, era probar de ellos sus besos y comprobar si así como bailaba podía seducirme de otras maneras.

.

.

.

.

.

.

.

.


.

.

.


El premio es tenerloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora