25-si George puede tener secretos a mi espalda yo puedo hacer lo mismo

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25-si George puede tener secretos a mi espalda yo puedo hacer lo mismo

Si los miras cuidadosamente, Fred y George son totalmente distintos. Si son gemelos y les gusta hacer esa cosa espeluznante de hablar al mismo momento, pero en realidad, son totalmente distintos, Fred es quien lleva a George, este suele ser más tranquilo, estar más en sí mismo que en el mundo. Fred por otro lado es un torbellino, pero ambos se complementan.

George es el corazón y Fred la razón, con Lee solo somos adornos en sus vidas, las decisiones que creen importantes la tomaran entre ellos, por eso casi no hablan de sortilegios Weasley con nosotros o ni siquiera nos dicen a quien le mandan cartas.

Los miro, están hablando entre ellos mientras escriben algo en una de sus libretas. Lee ni siquiera está aquí, debe estar con la chica de la otra vez, y Fred y George parecen estar en su propio mundo. Se ríen y niegan con la cabeza mientras tachan cosas o dibujan otras. Y de pronto me siento sola y me siento culpable por sentirme sola.

Me levanto del sillón de la sala común y salgo por el retrato de la dama gorda y empiezo a caminar sin rumbo alguno, solo queriendo sacar este sentimiento de mí. Veo a Draco a lo lejos y le sonrió, esta con su sequito de admiradores así que ni siquiera me devuelve la sonrisa.

Respiro hondo, y trato de ser razonable, pero no hay pensamiento razonable que me ayude a sentirme a mejor en un domingo.

- ¿enana? - escucho a cedric, lo que me hace abrir los ojos para verlo. Esta junto a otro hufflepuff's que me saludan a verme y yo les devuelvo el saludo. Cedric les dice algo y sus amigos siguen caminando mientras él se queda a mi lado. - ¿estás bien?

Asiento.

-mentir es algo terrible. Pero ¿mentirme a mí? Me siento dolido- dice dramáticamente mientras se acerca para abrazarme.

-gracias- le digo en el medio del abrazo, donde sus brazos me agarran fuertemente no dejándome caer.

- ¿quieres hablar que te pasa? - su voz es dulce y me siento cómoda donde estoy, cedric me cuida como nunca me han cuidado, es un amor familiar que nunca había tenido y eso me hace sentir peor.

-no- digo con la voz medio quebrada. - pero podríamos caminar.

Él asiente y me acompaña en la caminata, saludando a todo aquel que lo saluda, pero siguiendo a mi lado en total silencio. No sé qué sería de mi vida sin cedric, él siempre está ahí, es la única persona que termina de entender mis silencios.

-cedric- digo y me presta atención como si todo alrededor desapareciera- ten cuidado en la última prueba.

-mientras no te metan nuevamente como objetivo estaré bien.

Yo me rio ante lo dicho, pero él esta serio.

-no enana, en serio. Ese día estaba enojado contigo porque no sabía dónde estabas, no fuiste a saludarme ni desearme suerte y estaba dolido porque yo lo hubiera hecho si hubiera sido al revés. – es la primera vez que hablamos de la segunda prueba- pero cuando llegué al lugar y te vi ahí casi me desmayo.

-lo lamento- digo sin saber que decir realmente.

-no es tu culpa, Andy. Siempre voy a protegerte y el verte ahí rodeada de sirenas me hizo pensar que por mi culpa estabas en peligro. Ni siquiera me fije quienes estaban allí, no me importaron los demás solo quería salvarte a ti. – ambos nos sentamos en el pasto- eres más que mi mejor amiga, eres mi hermana, no hay nada que no haría para protegerte.

-cedric, no participes de la tercera prueba- le imploro. Miro para ambos lados antes de hablar- alguien me dijo que voldemort quiere volver, la tercera prueba no es segura. Por favor, no la hagas.

- ¿se lo dijiste a alguien?

-Dumbledore- le digo sin más- me dijo que ya lo tienen controlado.

-entonces no hay nada que temer. Si esta todo controlado no hay nada que pueda pasar en la prueba enana. La terminare y luego una semana más aquí para finalmente irnos de vacaciones juntos.

-si te pasa algo, diggory- le digo seriamente- te mato.

Me tira pasto que estuvo cortando mientras hablaba, iniciando una pequeña guerra de pasto que termina en risas. Ambos respiramos fuertemente cuando terminamos de tirarnos pasto, nos vemos el uno al otro y le sonrió.

-no sabía que la habías pasado tan mal en la segunda prueba. Perdón por hacerte sufrir.

Se acerca a mi hasta poder abrazarme por el hombro mientras que apoyo mi cabeza en su hombro.

-solo si alguien te dice de participar en la tercera di que no. Por mi salud mental.

-dudo poder negarme, pero lo intentare.

Extiende su mano alargando el meñique y yo hago lo mismo uniendo nuestros meñiques. El lleva en su mano la pulsera que le regale por su cumpleaños y sé que algunas personas tienen un corazón tan grande como para usar la pulsera más horrible que su amiga le pudo haber dado.

Cuando vuelvo a la sala común veo que ninguno de mis amigos se ha movido de su lugar, pero la diferencia está en que George me sonríe al verme llegar para enseguida volver a lo que estaba haciendo con Fred.

Una chica hermosa se acerca a Fred, poniendo sus manos sobre sus hombros.

-George- dice ella tratando de llamar su atención.

-ese es Fred- le digo antes de que los gemelos reaccionen.

-creo que conozco al gemelo con el que me estoy viendo- dice ella segura. Saliendo. La palabra me descoloca miro a George, pero él está mirando el piso.

-pues parece que no, porque ese es Fred.

-George dile que eres tu- le exige la chica a mi amigo.

-en realidad, Andy tienen razón. Yo soy Fred, él- dice señalando a su gemelo- es George. En general aceptaría la confusión, pero no quiero nada serio por ahora.

La chica abre su boca y la cierra de inmediato, ve a George que está bastante colorado, casi tanto como su pelo. La chica le dice algo al oído y ambos se van de la sala común. Fred me mira y yo a él, levanta sus hombros dándome a entender que no le importaba.

Así que ahora se sienta a mi lado, mientras los dos miramos a la chimenea apagada frente a nosotros. Me pasa el cuaderno en el que estuvieron todo el día. Lo miro realmente para saber si me da el permiso para verlo y asiente.

Dentro está lleno de ideas de bromas, estoy alucinada, hay ideas increíbles como el chicle moco o el caramelo que te hace vomitar sin parar. Pero hay incógnitas por todas partes, ingredientes faltantes.

- ¿Por qué me lo muestras?

-porque si George puede tener secretos a mi espalda yo puedo hacer lo mismo. Ahora no puedes decirle que viste el cuaderno.

Y se va sin más y ahora tengo un secreto que guardar de mi otro mejor amigo, quien tiene sus propios secretos de nosotros.


Una Malfoy en Gryffindor (George Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora