34- castigo

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34- castigo 

Las pajareras suelen estar vacías a primera hora del día o eso pensaba hasta que me encontré a Harry totalmente colorado y a una Cho Chang saliendo de allí.

No es que no quiera a Cho, en realidad no tengo nada contra ella, nada más que me hace acordar a Cedric y recordarlo me nubla el día, su muerte, es un recordatorio constante que no importa cuando ames a alguien te lo pueden arrebatar en un abrir y cerrar de ojos.

Harry me ve y trata de comportarse normal. Le doy una leve sonrisa y el silencio incomodo empieza a crecer.

- ¿a sirius? - le digo viendo que Hedwig no está aquí

- ¿Qué? - tarda en entender lo que digo, pero en cuanto ve la carta en mi mano el asiente- sí, solo quería ponerlo al día con un par de cosas. ¿tu?

-para sirius- replico, es mi tío al final del día o algo así- y para el señor diggory.

- ¿Cómo esta él?

Su mundo se ha caído a pedazos, su único hijo a muerto, pero no puedo decirle eso a Harry ya tiene una carga sobre él y decirle este tipo de cosas solo empeorarían su estado, pero tampoco he de mentirle.

-va a estar mejor.

- ¿crees que debería escribirle?

-no lo sé- le digo mientras le doy la carta a una de las lechuzas de allí- si quieres la próxima puedes mandarle una junto a la mía.

El asiente. Le digo a la lechuza sus destinatarios y bajamos hacia el gran salón junto a Harry, hablando sobre sus futuras evaluaciones, pero sobretodo sobre el castigo de umbridge.

Filch no intercepta por un supuesto pedido que Harry ha hecho de bombas fétidas, pero no puede comprobarlo y en todo caso Harry ya ha mandado la carta por lo cual no hay nada que filch y su vieja gata puedan hacer en su contra.

Nos separamos en cuanto llegamos a la mesa de gryffindor, yo me voy junto a mis amigos y Harry con ron y Hermione. A veces pienso en lo increíble que sería tener otra mujer en el grupo, alguien con quien hablar sobre lo que me pasa con George, alguien con quien poder reírnos, que me entienda, que entienda el ser mujer.

Los tres me saludan mientras hablamos, hoy no hay mucho más que hacer que el entrenamiento de quidditch. Dejo a los chicos en el medio del desayuno mientras camino hacia el despacho de la profesora McGonagall.

Toco su puerta y espero a que me deje pasar.

-oh señorita black, es usted- dice al verme- adelante por favor- me hace una seña para que cierre la puerta- ¿Qué la trae por aquí por segunda vez consecutiva? Debo decir que estoy sorprendida de verla por aquí tan seguido sin sus dos amigos al lado.

Suelto una pequeña sonrisa mientras lo dice.

-quería saber si es posible dejar defensa contra las artes oscuras.

Me ve extrañada.

-no pensé que lo decía de verdad anoche- pero era de verdad, no pienso ir a una clase donde la muerte de mi amigo es solo un mal entendido- déjeme ver- sale volando de una estantería una carpeta con mi nombre en ella, es una carpeta muy gruesa y estoy segura que más de la mitad de esa carpeta es por George y fred.

Me mira a medida que mira esa carpeta, ella fue quien me eligió como prefecta y más tarde como premio anual, debería de saber todo lo que dice ahí.

-sé que la profesora umbridge puede ser difícil- empezó diciendo- pero está arriesgando años de estudio por ella, usted tiene excelente calificaciones señorita malfoy.

Una Malfoy en Gryffindor (George Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora