-- Listo!!-.- exclamó Jeon eufórico, reclinandose en su silla, sentía que había avanzado mares por conseguir el nombre del peligris.
Ahora que lo pensaba su lista parecía ridícula pero no perdía nada en intentarlo.
Tomo las llaves de su coche y salió de su oficina, quien diría que un hombre de treinta años, empresario, dueño de media ciudad pelu... Aha. No no, guapo, cuerpo de infarto y millonario tendría que recurrir a un método tan estúpido para conquistar a alguien.
-- Kookie-.- lo llamo una voz chillona, una que odiaba-.- mi carro no enciende, podrías llevarme a casa-.- pregunto la peliroja, haciendo un puchero ridículo.
-- Lana, puedes pedir un taxi, es más si quieres yo te lo pago, pero a mi auto no subirás -.- siguió su camino.
-- Por qué eres así conmigo? A todos los tratas bien y a mi me ignoras-.- pregunto la mujer
Jeon quería decirle que le caía mal, que no soportaba su voz de pito y sus pendejadas, pero era un caballero.
Estaba tan arrepentido de haber bebido ese día, de no ser por qué se encontraba totalmente alcoholizado jamás la hubiera besado, por qué si, solo fue un beso y la chica desde ese día no lo dejo en paz.
-- No te ignoro, solo que tú vives en otra dirección a la mía y para llegar a tu casa hay que cruzar ríos y montañas Lana, mi auto no es para esos caminos-.- la mujer lo miro ofendida
-- Mil pretextos, pero está bien, gracias Jeon -.- el castaño se dió la vuelta para salir del edificio.
-- Pero vaz a caer Jeon, vas a caer -.- susurro Lana para su misma.
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Jeon llegó a su casa sonriendo, se sentía feliz por conseguir el nombre del peligris.
-- Y a ti que mosca te pico -.- pregunto su padre
-- El del amor papá, el del amor-.- un suspiro salió de sus labios
-- Y se puede saber quién es el o la afortunada?
-- Recuerdas el repartidor de pizzas del sabado-.- su padre asistió-.- el pa', el es, solo que nos soy bueno en eso de la conquista.
-- Puedo ayudarte -.- Jeon nego repetidas ocasiones, si el era pésimo para la conquista su padre era peor, tanto así que fue su madre la que se le declaró
-- No gracias, tengo que hacerlo solo-.- dijo Jeon decidido.
-- Tu te lo pierdes, un casanova como yo, en un día conquistaba a las chicas - .- Jeon soltó una carcajada burlesca.-.- de que te ríes pendejo? - .- el castaño se agarraba el estómago y limpiaba sus lágrimas -.- vete a la mierda Kook, ojalá y el repartidor no te de bola-.- le dió un zape y se fue.
Jeon dejo de reír, el estómago le dolía y apenas y podía respirar, de un momento a otro se puso serio y puso los codos en las rodillas entrelazó sus manos descansando la barbilla en ellas, imaginó la cara de Jimin y sonrió.
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-- Es que lo vieras Yoon-.- el peligris suspiro-.- está como me lo recetó el doctor, todo guapo y musculoso.
Jimin estaba encantado con su cliente frecuente, pero sabía que alguien como Jeon, no tendría interés en alguien como el, siempre se sintió menos, todo eso a causa de que cuando era niño sufría bullying por qué tenía sobrepeso, pero su pasión por el baile lo ayudo bastante, hizo dietas rigurosas y hasta peligrosas.
-- Y por qué no lo invitas a salir?-.- pregunto el pelimenta.
-- Jamás, no creo ser su tipo-.- hizo un puchero demasiado tierno.
-- Eso nunca lo sabrás si no te arriesgas -.- dijo Yoon animando al peligris.
-- Veremos que pasa, ahora me voy, tengo el tiempo justo para llegar a la academia-.- se levantó y se despidió de su amigo.
Camino hacia su asunto pensando en lo mucho que le gustaba el castaño, pero no quería pasar de nuevo por un corazón roto.
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Era sábado y a Jeon le picaba los dedos por marcar a la pizzería, era noche de películas y sus padres había querido pedir comida china pero el hizo berrinche de niño chiquito, su madre no podía creer que su hijo siendo todo un hombre, se comportará como un chiquillo.
Namjoon y Tae que hoy los acompañarían, solo reían de lo infantil que podía llegar a ser Jeon.
-- Vaya que te traen loco Kook-.- dijo Tae con burla en sus palabras.
-- Para que negarlo si es la verdad -.- se encogió de hombros restándole importancia.
Jeon tomó su teléfono y marco.
-- Buenas tardes, pizzería Min.
El castaño hizo su pedido y quedó a la espera, la pizza llegaría en treinta minutos, se le hacía eterno, miraba su reloj una y otra vez, hasta que por fin el timbre sono.
-- Hola--.- saludo en peligris.
Y Jeon siguiendo perfectamente su lista, se dispuso a preguntar
-- Hola, tardes buenas, día como va tu?-.- si, Jeon hablo todo al revés.
Jimin lo miró confundido.
-- ¿Disculpa?
-- Oh, perdón yo.. yo solo quería-.- Jeon suspiro derrotado -.- ya no importa, gracias!!-.- iba cerrar la puerta y el peligris lo llamó
-- Oye!-.- el castaño emocionado abrió de nuevo .
-- Si ¿Dime?-.- dijo sonriendo como idiota.
-- No me pagaste -.- Jeon se puso rojo de vergüenza .
-- haa perdón -.- rasco su nuca nervioso -.- toma-.- le dió el dinero y Jimin se fue.
Jeon quería que se lo tragara la tierra y lo escupiera en el Sahara.
De pronto unas carcajadas se escucharon a sus espaldas.
-- Si estás bien pendejo hermano -.- dijo Nam agarrando su estómago.
-- ay ya déjame en paz-.- camino molesto hacía la sala.
-- Espera!-.- Taehyung casi se cae por alcanzarlo -.- ¿Es de la pizzería Min?-.- dijo dando saltos como colegiala enamorada -.- ahí trabaja el amor de mi vida-.- suspiro.
-- Hermano, ahora estamos juntos en esto-.- Jeon y Tae chocaron sus manos mientras Nam rodaba los ojos.
-- Ahora entiendo por qué se llevan tan bien-.- pronunció Nam.
-- Kook, ahora yo también haré una lista, los conquistaremos -.- dijo dándose ánimos.
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Listo!! Veremos cómo sale está historia.
Cualquier falta de ortografía me la hacen saber.
Nos leemos después... Besitos 😘
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Enamorando al repartidor en 20 pasos
HumorJeon Jungkook queda totalmente enamorado del chico del bar con el que paso una noche inolvidable, pero ni siquiera le pidió su nombre, mucho menos su número. ahora no sabe cómo hacer para contactarlo. pero el es Jeon Jungkook y Jeon Jungkook nunca...