Rinsagi Shorts

1. Plan Maestro

Advertencia: Lenguaje vulgar leve.
Au: Escolar, todos los chicos están en la misma escuela y no juegan fútbol profesionalmente.
¡Disfruten de su lectura!

☆

Rin ha estado actuando de forma extraña las últimas semanas. Si de por sí es reservado, ¡ahora parece vivir en las nubes! No se inmuta ante nada, a menos que menciones la clase 3A. Shidou, harto de la situación, decidió tomar cartas en el asunto y averiguar qué es lo que preocupa al menor de los Itoshi.

—Pastelito, ¿no has notado algo raro a tu hermano estos días? —preguntó.  

—Primero que nada, vuelve a decirme pastelito y lo único dulce que tendrás de mí, será mi recuerdo —bufó Sae, fulminando con la mirada al moreno—. Y segundo, Rin siempre actúa como un bicho raro. No le prestes atención.

La respuesta de su novio, puso la mente de Ryusei a trabajar. El pelirrojo tenía razón, Pestañas Junior se comporta como un imbécil la mayor parte del tiempo. Tiene una impresionante falta de educación, considerando el estatus de su familia. No conversa con casi nadie y lo único que hace en su tiempo libre es jugar al fútbol.

Viéndolo desde fuera, Rin sí que era un poco extraño. Pero para Shidou, uno de sus (pocos) amigos, su manera de ser es completamente normal. La preocupación del moreno viene desde el día que el Itoshi menor falló un tiro de esquina. ¡Un tiro de esquina! ¡Rin Itoshi! 

Fue como presenciar el renacimiento de Jesús. 

A partir de aquel momento, Ryusei notó algo inusual en el pelinegro. Está en su mundo más de lo habitual, suda con frecuencia (incluso sin realizar ningún esfuerzo físico), tiene las pupilas dilatadas todo el tiempo y jura que hace poco lo vio sonreír.

El rubio está convencido de que todo esto tiene que ver con la clase 3A. Cada vez que pasan por ahí, pestañitas se convierte en un manojo de nervios. 

Ideó el "plan perfecto" para descubrir de una vez por todas cuál era el problema de Rin con dicha clase y demostrarle a Sae que tenía razón. El único inconveniente del plan es que tendría que sacrificar sus primeros minutos de descanso para llevarlo a cabo.

Lo que sea por un amigo, ¿no?

—Seño, ¿puedo ir al baño, por favor? —Shidou sonrió mentalmente al hacer esa pregunta, puesto que, con aquella inocente oración, dio inicio a su plan maestro. 

—No, el descanso es en cinco minutos. Espérate. —decretó la maestra sin quitar su vista del pizarrón. 

¿Qué? ¿Cómo que no? ¿Quién se cree esta para negarme el permiso de salida? 

Estupefacto con la negación de su superior, el moreno tuvo que idear otra alternativa rápidamente. Salir corriendo. 

No se escuchaba como la mejor idea del mundo, pero serviría. Agarró todo el valor que pudo, se preparó mentalmente, repaso tres veces el plan, pensó en Sae y que pasaría si lo expul- 

A la mierda, olvídenlo. Ya está corriendo. 

Aceleró el paso cuando divisó el aula 3A. Llamó a la puerta varias veces hasta que el profesor de esa clase le abrió.

Una vez teniendo vista al interior del salón, empezó a escudriñar con la mirada en busca de algo que pudiera poner nervioso al gran Rin Itoshi. Distinguió varias caras conocidas, pero nada fuera de lo común. Escritorios, sillas, libros, lápices, murales, Isagi Yoichi, hojas, estudiantes, un mocoso de pelo blanco.

Nada fuera de lo común. 

—Ejem —carraspeó el maestro—. ¿Qué necesita, joven Ryusei? 

—Eh, la profesora Anri… pregunta si usted tendrá algún marcador azul que le preste.