MI NUEVO YO

EN PAZ CON EL PASADO

Enero, 2023.

Cada día que despierto en la mañana es un día que agradezco.

Hace más de un año que no conozco la depresión. Mis manos ya no tiemblan, mi corazón palpita lento, no tengo vicios, me alimento lo suficiente, ya no hay noches de lagrimas, ya no bebo hasta no saber de mi, se que día de la semana es, no amanezco en emergencias por sobredosis de alcohol o por desnutrición.

No soy yo completa, una parte de mi murió en el 2021, era una parte de mi que realmente amaba y no se como traerla de vuelta.

Era esa parte la que amaba, la que se interesaba por los demás, que sabía que se sentía sentirse querida, que cuidaba a los demás. Esa parte de mi era la que me hacía sentir que las cosas estarían mejor. Ya no soy esa, ya no más.

Me he vuelto un tanto egoísta, hace mucho que no siento amor por alguien más porque ya no confío en la felicidad.

Esta parte de mi es más paciente, conozco más la paciencia, no me preocupo por los demás, no busca aceptación, dejo ir de mi vida a todo el que se quiere ir, no detengo amores o amistades. Esta parte de mi no recuerda la última vez que lloró por alguien. Siento que esta parte de mi vida pasa rápido pero solamente está interesada en si misma, nadie más.

Muchas noches cuando voy a dormir pienso y pienso, pienso en las cosas que me hicieron daño y que ahora no me causan ninguna emoción, las emociones que sentía, el dolor, todo se siente distinto y ajeno a mi nueva realidad.

Pienso en la persona que no valoré luego de mi decepcionante relación, no estaba preparada para estar con él y eso a esta fecha me enoja, me enoja mucho porque él es de las personas que pides a Dios todas las noches que coloque en tu vida, estaba demasiado dolida y tenía mucha rabia en ese momento por mi relación anterior como para estar con él pero por un lado me alegra que ya no estemos juntos, sólo podía causarle daño y él no lo merecía.

Luego pienso en mi ex pareja. Ya no pienso en los buenos momentos, pienso en cómo excusé todo lo malo que hizo basándome en los buenos momentos.

Recuerdo ese círculo vicioso en el que me tenía, meses, años después de que terminamos la relación. Cuando había algún conflicto en la relación que entró después de mi, cuando sentía que ya no lo necesitaba o no sentía algo más por él, él siempre volvía, siempre buscando mi atención, mi aprobación, queriendo alimentar mi soledad y sabía como hacerlo. Ya cuando tenía suficiente de mi atención, se desaparecía, por meses, luego de meses volvía a lo mismo. Pasaban los años y seguíamos así, luego lo entendí y se me salió del corazón. No cariño, no amor del pasado, no soledad que él deba completar.

Me hacía necesitarlo para salir huyendo a cualquier relación a la que él estuviera atado porque desde que nos dejamos no ha dejado de estar en una. Siempre corriendo de unos brazos a otro porque no sabe estar solo, a diferencia de mi, solo busco estar en paz con mi soledad.

Cada vez que me hacía necesitarlo, yo sentía esa necesidad de llamarlo, de escribirle para cualquier mínima cosa, ahí era cuando él entendía que era hora de irse de mi vida, ya había causado suficiente necesidad como para soltarlo hasta que entendí y aprendí.

Aprendí que era mejor desprenderme de cualquier tipo de sentimiento que me atara a él porque eso nunca me dejaría avanzar sentimentalmente con nadie. No importa si era cariño, no importa si era agradecimiento, no importa si era amor, ya no lo siento y por tanto la necesidad de buscarlo para cualquier cosa se fue con ese sentimiento.

Recuerdo que lloré una vez en frente de él confesándole algo que me dolía, hoy recuerdo su cara, no había ningún tipo de expresión en su rostro, no le importaba mi dolor. Ese fue mi error más grande, llorar en frente de él por algo que me hacía daño, nadie puede hacerte daño con algo que desconocen.

Y comprendí, comprendí que nunca le debes dar a nadie la oportunidad de traicionarte. Es mejor disculparte si sobrevives sin ellos que morir por confiar en quien no debías.

Así es como me desprendo totalmente de mi pasado doloroso, tomo un viaje al pasado cada vez que siento que no he sufrido lo suficiente y volteo a ver cómo era mi vida dos años atrás. Voltea a ver y mira si mezclar tu presente con tu pasado vale la pena.

Por cierto, Feliz 2023.