Tres amigas, distintas cualidades, mismo camino. Guardar un enorme secreto las une, y es por eso que deben pasar desapercibidas y no llamar mucho la atención. Su plan era muy claro; no decirle su secreto a nadie y la regla número uno era muy clara...
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NARRADORA.
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Una mañana nueva, nuevos aires y el mismo panorama luego de aquella noche tan... rara.
Emma había vuelto a aquel lago junto a su hermano Cedric. Ambos siempre venían a nadar seguidamente ya que las aguas quedaban cerca a su hogar, exactamente a una colina, y amaban pasar el tiempo juntos.
— ¡El primero en llegar gana! —Anunció Cedric corriendo hacía el lago y dejando a Emma atrás.—
— ¡Oye! —Se quejó Emma, ya que no le había dado tiempo de procesar.—
Corrió detrás de su hermano y se sumergió al lago sintiendo su frescura, sus pies se movían manteniendo el equilibrio de seguir a flote.
— Te gané. —Le dijo Cedric a unos metros de distancia.— Tenderás mi cama hoy. —Cedric se fue nadando boca arriba cerrando los ojos y relajándose.—
— Eso fue trampa... —Se quejó su hermana frunciendo la boca molesta y su ceño se arrugaba poco a poco.—
Iba a nadar hacía su hermano que ya andaba muy lejos perdido en sus pensamientos pero, algo se lo impidió. Parecía ser una... ¿una aleta?
Por un segundo ella fue completamente agua y sus pies y piernas desaparecieron, efectivamente dejando en su lugar una aleta.
No sabía que hacer, como reaccionar o como huir. Pero no quería que Cedric la viera.
[🧜🏻♀️]
Seguía siendo muy temprano en la mañana y Cleo bajó las largas y numerosas escaleras de la casa Weasley; La Madriguera.
El señor Weasley se fue a trabajar muy temprano en la mañana mientras que la señora Weasley había salido al jardín a tender la ropa recién lavada.
