ʜᴇʀᴇᴊᴇ [ ᴋᴏʟ ᴍɪᴋᴀᴇʟꜱᴏɴ ]

[ 006 ]

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"You would ruin my plan, so I had to intervene..."

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Cada hermano se encontraba en sus respectivas habitaciones. Stefan se estaba vistiendo, debía salir un momento a visitar a Caroline, en cambio Damon, estaba... Lanzando halagos al espejo por ver su propio reflejo.

—Que guapo eres. —soltó con arrogancia, mientras guiñaba un ojo.

El vampiro bajó al salón buscando una botella de Borbón, aprovechando que su hermano se había ido. Este la sacó del mueble donde todo el alcohol estaba guardado y salió al patio, sentándose en su pequeño muro.

Ya tenía media botella vacía, cuando empezó a notar pasos rápidos, Damon de inmediato escondió la botella, para que Stefan no cogiera.
Esperaba que su hermano se sentará a su lado y le explicará el estado en el que estaba Caroline, pero en cambio de eso, sintió un pinchazo en su cuello y una punzada de dolor en la cabeza. Desde el muro cayó al suelo, intentó moverse pero su cuerpo estaba paralizado. Solo le importaban sus ojos al escuchar que alguien se acercaba a el, quería abrir sus ojos y ver al responsable de aquello, o, y matarle cuando su cuerpo reaccionará.
Damon sintió un golpe en su nuca y de inmediato quedó insconciente.

Caroline estaba sentada en su cama mientras hablaba con Stefan, bueno más bien quejándose, por no poder asistir a la graduación, aquello era muy importante para la rubia porque ese día solo se podía vivir una vez y ella no podría.

—Caroline, olvídalo. —colocó una mano en el hombro de la chica y la miró con paciencia. —Veamos una película, si?

La Forbes mostró una mueca de indignación y dramática.

—¡Stefan! Hay mucho tiempo para ver películas, pero, para la graduación? —Stefan rió levemente, divirtiéndose como reaccionaba su pareja. —Nunca tendré una graduación.

—¿Y de la universidad?

—No cuenta, hablo de la graduación del instituto, además, quién me asegura que me podré graduar en la uni, dicen que es muy difícil.

Stefan sonrió negando, le alegraba aquello, que su novia fuera una dramática extrema, no como a otros que simplemente les daría dolor de cabeza, incluso lo rápido que hablaba con su tono agudo.

—Te prometo que tendrás tu graduación.

—¿A qué te refieres?

El castaño subió los brazos y los bajó, queriendo le decir que no sabía, cosa que Caroline no creyó.

—Hay cosas que no se deben de decir.