Capítulo 3: Sensaciones.

317 38 3
                                    

Tras dar varias vueltas por el colegio finalmente se rindió en su misión de encontrar al alfa -aunque realmente no sabe porque lo está buscando- para cuando regresa a la cafetería la mayoría de las mesas están vacías, incluyendo la suya, tal parecía que las chicas eligieron irse a clases antes de esperarlo. Salió tras un agradecimiento por la comida y evitar mirar a los ojos a los raritos que aún permanecían en aquel lugar, caminando por el pasillo le pareció ver a lo lejos al alfa causante del todo alboroto anterior, ese que estaba esparciendo rumores sobre él.

No lo pensó mucho cuando corrió hacía él dispuesto a darle la golpisa de su vida, el primer golpe fue certero y duro, directo en la mandíbula del alfa que sólo retrocede un par de pasos sosteniéndose de la pared; la sorpresa se veía en la mirada de aquel grupito de descerebrados que lo seguían cual perros falderos, estos miraban de él al alfa en un movimiento sincronizado que casi lo hace reír. El siguiente golpe fue una patada que hizo caer al más alto dejándolo completamente indefenso el tiempo suficiente como para que se trepara sobre él en un solo movimiento comenzando a golpear el rostro de aquel tipo.

Los golpes que pudo acertar en el rostro del mayor fueron varios antes de ser golpeado duramente en el costado - cosa que lo obligó a salir de encima del alfa- reconoció la voz del mejor amigo y casi inmediatamente sintió otro golpe casi en el mismo lugar, sabía que este chico era realmente fuerte aquel tipo tenía fama por enviar al hospital a varios alfas sino quería ser uno más en la lista debía obligarse a seguir y así lo hizo, levantando las manos en una postura de pelea se colocó frente a todos dispuesto a tirarles algunos dientes.

Los golpes iban y venían algunos encestando en el lugar deseado otros cuantos esquivados y aunque estaba muy cansado se mantuvo en pie cuando el líder de aquel grupito se levantó más furioso que nunca antes, este fue veloz cuando golpeó su estómago y mostró la superioridad de fuerza cuando lo obligó a mantenerse en el suelo, su mano lo sujetó del cuello con la fuerza suficiente como para dejar su mejilla pegada al suelo.



- ¡Te crees muy valiente Winchester! - grita esté tan cerca que sus oídos duelen.

- ¿Te duele el orgullo por la paliza? - pregunta riendo y aunque sabe que lleva las de perder busca provocarlo hacerlo enojar lo suficiente como para que lo suelte y pueda terminar con él de una vez.

- Te dolerá más a ti maldito omega - y contrario a los golpes que pensó obtendría en su lugar puede sentir la mano libre del alfa subir desde su espalda en una caricia que le revuelve el estómago.

- ¡Suéltame maldito loco! - grita al sentir la palma del contrario entrar bajo su vieja camisa de franela.

- ¿A dónde se fue tu valentía? Maldito omega estúpido - habla con cierto tono de suficiencia que lo obliga a intentar soltarse de nuevo de su agarre.



Siente su cuerpo tensarse tras una lucha infructuosa que solo lo hizo sentir más estúpido; el alfa parece divertirse con sus maldiciones cada vez que siente sus manos sobre su cuerpo y eso lo enfurece tanto como para sentir sus dientes rechinar de la fuerza con la que cierra la mandíbula en busca de no dejar escapar ningún otro sonido.

Siente su cuerpo llenarse de repudio por cada toque, lo siente esparciéndose desde su estómago denso y helado llega hasta las puntas de sus dedos y lo hacen desear no estar ahí. El tacto del alfa desata sensaciones de creía olvidadas y sin poderlo evitar comienza a respirar con prisa sintiéndose de pronto encerrado en aquel húmedo sótano, cada toque le quema como si apagaran contra su piel la colilla de un cigarro -aunque eso podría ser un recuerdo también- se siente mal, intranquilo, y eso lo obliga a respirar escandalosamente porque el aire no está llegando a sus pulmones y eso es lo que le hace lagrimear.

Un alfa para Dean Winchester  (Destiel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora