Capítulo 1: Aromas.

841 45 0
                                    

Tener que estar ahí esperando, por alguien que todos sabían no vendría, era sin duda la manera más estúpida en la que los adultos a su alrededor usaban para perder el tiempo, ya era un bonito momento durante la semana - notese el sarcasmo - en donde debía estar en la sala de profesores mientras su padre "aparecía" aunque claro con todas las veces en las que eso nunca pasó en esos momentos solo se hallaba ahí para cumplir un castigo, que perfectamente podría ser escuchar a las secretarías coquetear como gatas en celo con su profesor de cálculo pero no, también debía resolver diez ejercicios -que era obvio no haría- mientras el tiempo pasaba.

Y la única razón para todo aquello siempre era la misma: los estúpidos alfas sin neuronas y solo porque a estos se les hacía tan fácil llegar y golpear su trasero o gritarle obscenidades por los pasillos, por supuesto que se defendería, Bobby muchas veces le dijo "Si alguien te molesta muchacho, un buen golpe en las pelotas vence a cualquiera"

Aunque ese día había sido distinto su castigo fue por "inmoralidad y falta de pudor" y esta vez no podía quejarse pues lo habían descubierto a punto de hacerle una mamada a un chico un año mayor, no los habrían descubierto si aquel chico tan estúpido hubiera mantenido a raya a su lado alfa que gustaba de rociar todo con su aroma cual ambientador de auto.

Contrario a lo que todos pensaban de él, está era la primera vez que hacía algo como aquello, normalmente se mantiene alejado de alfas y betas varones para evitar esta clase de problemas, pero esta vez su lado omega había tomado el control por un momento -puede que el desliz fuera porque su celo está cercano- y terminó detrás de las gradas a punto de hacer un oral. Agradeció a cualquier ser que su profesor estuviera más ocupado con las secretarías que interesado en llamar a su padre.

El castigo duraría dos horas una vez las clases terminaran por lo que llevaba ahí una hora cuando entró un chico azabache de no más edad que la suya, esta no era la primera vez que se topaba con aquel tipo, su nombre realmente nunca le importo, para él era el chico raro de la escuela, aunque este título oscilaba entre él y los que de verdad son tan raros que dan miedo, este chico -desde su punto de vista- no es más que un mal intento de alfa, suele ser molestado por otros alfas por su manera de ser y actuar, entre los chicos se rumorea que en realidad es un omega tratando de ser un alfa y otros cuántos dicen que es un alfa que le gusta ser follado, él sinceramente solo cree que es anticuado.

¿Cómo los llama Charlie?...¡Ah un alfa de cuento de hadas! Hasta cierto punto puede ver a Sammy en ese chico, ambos son alfas que se niegan a ser violentos o unos pervertidos de mierda, tal vez es por eso que él no contribuye a los rumores que corren en torno al azabache. Sin embargo no puede evitar pensar que es un desperdicio de habilidad de alfa, como le llama a todo lo positivo que conlleva ser uno.

El azabache camino hasta el profesor y pronunció un par de palabras antes de mirarlo - cosa que lo hizo saltar en su lugar - el resto de palabras que cruzaron el alfa azabache mantuvo su mirada sería fija en él, fue solo cuando el profesor habló que este lo miro de regreso con un rostro un tanto más relajado.


- ¡Winchester! - grito para llamar su atención que hasta ese momento se mantuvo en el alfa azabache - Puedes retirarte para tus asesorías.

- ¿Asesorías...? - estaba a punto de preguntar a qué se refería cuando una voz baja y dura que fue directamente a sus entrañas lo hizo callar.

- Apresúrate Winchester - la voz del alfa se asentó de forma extraña en su estómago, su cuerpo fue recorrido por una pequeña corriente fría que lo obligó a quedarse en su lugar - Vamos, y gracias profesor.

- Está bien, todo sea porque este pequeño delincuente incremente sus calificaciones - contestó el profesor con una sonrisa amable.

Salió de la sala detrás del alfa azabache, preguntándose qué demonios estaba pasando pues hasta donde sabía él no asistía a ningún tipo de asesorías y menos con el contrario, ellos nunca se habían dirigido la palabra a pesar de verse algunas veces por el pasillo o en la sala de profesores.

Un alfa para Dean Winchester  (Destiel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora