• • ENTRE EL AGUA Y EL FUEGO • • chica x chica • •

• • CAPÍTULO 4 • •

Tras haber hablado con la heredera del reino de las cenizas, Vellam no esperaba ningún cambio por parte de su compañero de piso. Por el contrario, Zjarrit sí que espera va conseguir un cambio, aunque no se notara casi nada... esperaba que al "pagar" lo que le debía a esa chica que no debería tener más de 25 años por toda la droga que había consumido, se olvidaran de ella y que no le hicieran nada a ella ni a su compañera de piso.

El día después de haber la conversación, Zjarrit se encontraba en un callejón sin salida, sin el dinero que le debía al chico que le había vendido las drogas, pero dispuesto a enfrentarlo si hacía falta. El chico no apareció a la hora que habían acordado, pero él yacía ahí, inmóvil, sin mover ni un solo músculo...

Al fin y al cabo, era ella quien era la que estaba más interesada, ya que no quería que le "vivir con miedo" a que le hicieran algo a sus "seres queridos" ya que no había querido nunca a nadie, ni como amor ni como amigo y mucho menos como familia.

Su única familia era la Vatra, la reina del mundo de fuego, que nunca estaba con ella y tampoco la considera su madre. Para él, es solo una figura de autoridad que lleva su mismo fuego.

Su única amiga era Bella, que al parecer no era mutuo el sentimiento, al menos desde la percepción de Zjarrit.

De primeras, Zjarrit de primeras creía que a Bella primero como una persona para joderle la vida el tiempo que estuviesen conviviendo, pero después de la charla, a medida que pasaba el tiempo, al ver cómo le trataba, pensó que podía ser un gran aliada contra la gente de agua, ya que, aunque no fuera un ser de fuego, podría servir de escudo para que no les atacaran y, además, no le podrán dañar, ya que los seres humanos necesitan agua para vivir. El fuego sí que les dañaría, pero el agua no.

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Una semana después de ese encontronazo con Z, Vellam buscaba un cambio de su parte, pero no esperaba nada de lo que, estaba por llegar. Z le estaba pidiendo dinero, y claro, él no se lo iba a dar porque sabía muy bien para qué lo quería, puesto que él era el único que trabajaba para mantener a ambos.

-Por favor, solo por hoy, dame quinientos mil euros prometo que te los devolveré cuando pueda... -rogaba Zjarrit

-Pues ponte a trabajar si tanto los quieres. -Estaba enfadado ya que era la enésima vez que se lo pedía.

-Lo necesito para mañana, pero te juro que te lo devol-

-Que no, y ¿de dónde piensas que voy a sacar tanto dinero en tan poco tiempo? Estás loca.

Zjarrit piensa que loca es poco y estaba a punto de decirlo cuando recordó que él no sabía su verdadera identidad. Aún tenía que ocultarse, al menos hasta que sepa que es de fiar, ya que puede ser un ser de agua que ha venido a vigilar que no haga nada malo.

Lo que no sabía era que Bella en realidad era Vellam, la princesa del agua.

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Vellam, en cambio estaba muy centrada en sacar el estudio sobre el ser humano, ya que era un estudio de campo obligatorio para todas las personas del planeta de agua, más para la realeza, y no estaba atento de lo que hacía Z.

La heredera del reino del agua iba a todas las clases y sacaba muy buenas notas. A ella le daba igual lo que hiciera su compañero de piso, siempre que no interfiriera con sus estudios, lo que hizo que hablara con él fue el tener que ir a la policía a las cuatro de la madrugada, cuando se iba a ir a dormir porque estaba terminando de hacer un trabajo a esa hora, ya que él se lo tomaba muy en serio. No como Zjarrit, que Vellam no recordaba que pisara la universidad en ningún momento, y mucho menos haber cogido un libro.

Tal vez sea porque el princesa del agua hace una vida diurna y el del fuego hace una vida nocturna y coja algún libro por la noche, lo lea y lo devuelva, pero eso no era así, pues también había un estudio de campo para las personas de fuego que era estar con los humanos, estudiar su comportamiento y aprender sus costumbres, pero nada de estar en una universidad humana, ya que, si nunca fue al colegio en su mundo, no iba a cambiar en un mundo donde no iba a la escuela.