Zjarrit estaba saliendo del trabajo cuando de repente recibe una llamada de un número desconocido.
—¿Hola? —responde con desconfianza.
—Hola, —la voz que escucha le resulta familiar— ¿puedes venir a casa? Acaba de aparecer...
—Hola, parece que te has olvidado de mí, me costó mucho encontrar dónde vives —dice Azazel que le había quitado el móvil de Bella— y parece que tu amiguita no sabía en los negocios turbios en los que estabas.
—Déjala en paz y arreglamos esto los dos solos —dice cortándole.
—Ya lo intentamos arreglar en su momento, y ahora que he encontrado dónde vives, me pagarás todo lo que me debes de una forma u otra.
Zjarrit ahora ardía de furia, tanto que casi se transforma en frente de todos.
—Vale, en el mismo sitio de siempre...
—No, aquí, en tu casa —le corta de repente— ¿Cuánto tardas en llegar?
—Diez minutos.
—Tienes cinco para llegar, si no, despídete de tu amiguita —cuelga.
—Hijo de puta —dice en bajo mientras corre hacia el piso que comparte con Bella.
~ • ~
En el piso, Vellam está aterrada sentada en una silla cuando Azazel cuelga guardando de nuevo la pistola, lo que hace que empiece a tratar de coquetearla de vez en cuando y ordenándola a traerle cosas como un vaso de agua o comida.
A los cinco minutos de la llamada con Azazel iba a divertirse un poco con Vellam, cuando llega Zjarrit.
—Vaya, pensé que la ibas a dejar morir... ya veo cuál es tu punto débil —ríe Azazel.
—Ella no es mi punto débil —dice.
—Ya veo, por eso estás aquí cuando te llamé hace justo... —mira el reloj en su muñeca— cinco minutos.
—Esto no tiene nada que ver con ella, así que déjala ir.
—Antes quiero hablar contigo y que ella esté delante. —Saca la pistola y la deja en la mesa.
—Vale.
—¿Por qué no estuviste en el lugar acordado a la hora acordada? —pregunta de repente.
—Estuve, solo que no llegaste.
—¿Cómo que no? Mi informante me dijo que no estabas en lo que estaba llegando.
—No. Siempre quedábamos en el mismo lugar a la misma hora y tú no estabas ahí, así que no me vengas con...
—¿Con qué? —le anima para que siga con la historia
—Con estupideces, no estabas, yo sí —dice en tono amenazante.
—¿Crees que estás en condiciones de amenazar, Z? —Juega con la pistola en la mesa.
—Mm... no sé, tal vez, ¿quién sabe?
—¿Me estás vacilando? —se levanta amenazante.
—No —responde de inmediato.
—Entonces, deja de vacilarme.
—Vale.
—La verdad es que no he venido a que me dijeras dónde estabas...
—Sí, sé a por lo que has venido.
—¿Y? ¿Lo tienes?
—No.
—¿No? Pues dile adiós a...
—Lo tenía, pero lo usé para pagar otras deudas.
—¿Con quién?
—Con quien no te interesa. Ahora largo.
Azazel ríe.
—¿Me estás echando? ¿Crees que estás en condiciones de echarme?
—¿Crees que me asustas preguntandme "crees que estás en condiciones de..." y algo que te haya dicho? No, no me asustas. Así que lárgate y no vuelvas.
—Con que no te da miedo morir... —le apunta con la pistola.
—Dispárame aquí —dice poniendo la pistola en su boca—. Venga, dispara. —le anima.
—Antes quiero que me devuelvas el lo que me debes, medio millón de euros, luego acabaré contigo. Mientras tanto, me la llevaré.
—Ni de coña no te la puedes llevar.
—¿Por? ¿Es importante para ti?
—No.
—¿Y por qué no me la puedo llevar?
—Porque paga todo en esta casa, es... —piensa una manera de decirlo sutilmente sin que Bella se moleste, pero no lo encuentra—, es como la criada.
—Entonces, con más razón, si ella paga todo te verás en la calle y solo me tendrás a mí para ayudarte —sonríe triunfalmente.
—¿Y eso de qué va a servir para pagar todas las deudas?
—Yo sí que creo que me va a servir para pagar todas las deudas.
De repente, por la ventana se escucha a sirenas de policía y Zjarrit sonríe diciendo:
—¿Crees que vine aquí sin hacer nada? Sé que eres un camello muy buscado por la policía, te investigué antes de comprarte nada.
—Mierda —susurra para sí—. Por esta vez te libras, Z, solo por esta vez —dice a Zjarrit saliendo por la ventana.
—Mejor que no me vuelvas a hablar si no quieres acabar en la cárcel —dice cerrando la ventana después de que salga.
—Me... —empieza a decir, pero alguien en la puerta toca.
—Policía, abran la puerta —dicen desde fuera.
—Mierda... —dice saliendo por la ventana y yéndose por la salida de emergencia.
—Abran o tiramos la puerta —vuelven a decir desde el otro lado de la puerta
Cuando Azazel ya está lejos, Zjarrit abre la puerta.
—Ya se fue, ya podéis dejar de ser policías.
Las dos personas que hay fuera miran dentro y ven solo a Bella y a Z en la estancia.
—¿Está todo bien, amor? —dice uno a Z.
Bella mira a las dos personas que acaban de entrar y luego a Z.
—Perdón que aún no os he presentado, él es Oliver, mi novio, y él es un NPC
—ríe y la persona que no ha presentado le da un codazo.—Soy Axel, el mejor amigo de Z —dice.
ESTÁS LEYENDO
• • ENTRE EL AGUA Y EL FUEGO • • chica x chica • •
Romans¿Qué pasaría si te dijera que se puede juntar el agua y el fuego sin que pase nada? Seguramente me tomaríais por loque, ya que siempre fueron enemigos. Pero una generación lo puede cambiar todo, los hijos del ser de agua y del ser de fuego... Dos el...