Chapter OO1

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Corea del Sur, Daejeon-dong

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Corea del Sur, Daejeon-dong.

Ver como metían el balón en el cesto, entre que se movían de un lado al otro mientras reían con sus amigos o entre ellos mismos, una estúpida sonrisa acompañada de una risa vaga pasa por mí, entonces, me doy cuenta de que nunca voy a volver a jugar sin que me dé una punzada en el pecho. Era una de las cosas que me llegaban a molestar muchísimo, sin embargo, me bastaba con observar a mis amigos divertirse, era lo único que quería recordar cuando llegue mi tiempo de irme de este mundo, bah, al cabo ya no me gustaba seguir vivo.

— ¡Bebé, vámonos!

Oí la voz Lim Joodam.

La cual era mi novia desde el instituto, solo verla sonreír moviendo su mano en el aire con esa sonrisa radiante, me ponía muy feliz, pero a la vez me daba pena que siga con un hombre que en semanas o meses, dejará su vida, no quiero que se ponga triste cuando me vaya, la verdad, ella se merece mucho y yo no estaba en esa lista.

Me levanté de los ladrillos donde yacía para acercarme a mi novia, quien besó mis labios, dejando unos picos sobre toda mi cara, ocasionando una risa ante aquello. En verdad era muy comprensiva, linda, coqueta y considerada conmigo, cualquiera ya me hubiese dejado, estaba muy seguro de aquello. Eché un suspiro.

Nuevamente, dirijo mis ojos a mis dos amigos jugando al baloncesto, mientras se burlaban entre ellos, sonreí al verlos, así que agarro la mano de mi novia caminando lejos del parque, entre que caminábamos, solamente, la veía hablar. Necesitaba verla una vez más así, no quería perderla, en verdad que no quería, no obstante, a veces el destino es un hijo de puta con las personas buenas y yo estaba de acuerdo con aquello, ya me había dado por vencido, si soy sincero.

Entonces, la dejé en la puerta de su casa.

Joodam se había ofrecido llevarme a mi casa ante mi estado, sin embargo, no la dejé, claro que no dejaré que después ella se vuelva sola, nunca se sabe qué demoniaco se encontraba fuera de las casas dispuesto en atacar.

— Te amo.

— Yo también, Joodam-ssi. —contesté, dejando un pequeño beso en su frente.

— ¿No te quieres quedar? No quiero que te vayas solo, Yoongi-ssi.

— Estaré bien, esta cosa aún funciona. —respondí, dando leves golpes en mi pecho izquierdo.

— ¡Oye! No hagas eso, no quiero que lo termines rompiendo más.

— Estaré bien, Joodam-ssi. Ahora debo de irme, antes de que mi madre sepa que su apreciado hijo no está en su casa.

— Está bien, pero me avisas cuando llegues. Apenas entres, eh.

— Sí, jogi. —reí, besando sus labios una vez más.— Te amo.

— Sabes que te amo muchísimo más, pero, por favor, llega —pude ver sus ojos brillosos.— a tu casa sin inconvenientes, Suga.

꒰ 𝖼𝗈𝖾𝗎𝗋 𝖻𝗋𝗂𝗌𝖾́ ꒱ ଓ mygDonde viven las historias. Descúbrelo ahora