The perfect girl

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Capitulo 1: La condena de la cuál no puedo escapar. 


La extravagante decoración y el grito embravecido de las personas le dio la bienvenida. La plebe los recibió a las afueras de su carruaje, mientras los nobles se encontraban dentro del castillo, expectantes. 

El fuerte agarre de su padre le brindó la confianza suficiente como para adentrarse en tan embravecida multitud, todos queriendo un poco de su atención.

— Compórtate. — susurró el rey.

Se abrieron paso por la elegante alfombra roja entre aplausos. Suspiró para calmar sus nervios. La reina los espera al final del recorrido.

La banda tocó en su honor, dando ambiente y alegría. 

Finalmente había llegado el día, su cumpleaños número dieciséis. Para su pueblo era una fecha muy importante, no solo porque en esta fecha era cuando los omegas se declaraban como adultos, sino que también se trataba de su amada princesa, la omega más amada de la región. 

Y también la más deseada por los alfas. 

Ambos se sentaron en sus respectivos tronos, con Enid en el centro, su madre a la izquierda y su padre a la derecha. 

No pudo evitar intimidarse ante tantas miradas, aún así, su padre absolutamente ignorante de sus inseguridades, se puso de pie y empezó a monologar sobre lo especial que era aquella noche. Pero Enid estaba inmersa en su mundo, presa del pánico. 

— ...y es por eso que durante el transcurso de esta semana de celebración, detendremos nuestros conflictos con el reino vecino, en busca de paz y reconciliación... y también... ofrecer la mano de la princesa en matrimonio. — Las palabras del rey retumbaron en sus oídos, apretó los puños. 

¿Eso significaba ella para su padre? 

¿Un tratado de paz? 

¿Una ofrenda para un reino extranjero para detener una absurda guerra? 

Sus ojos se pusieron llorosos, quería irse, huir de allí, escapar de todas aquellas miradas juzgadoras y expectantes de cada una de sus acciones. Se sentía muy mal, sentía unas profundas nauseas y se su piel se estaba tornando más pálida de lo normal, a pesar del maquillaje. 

— Enid. — Miró a su madre, quién seguía con su vista fija en la multitud, sonriente, hermosa y perfecta. Pudo sentir como tomaba su mano en un fuerte agarré y suspiró. 

"No me vuelvas a decepcionar". 

Irguió su postura y recuperó su sonrisa. 

No importaba que significaba ella para los demás, solo debía cumplir con sus expectativas. 

[...]

Sonríe, sonríe eternamente bella Enid. 

Sonríe como solo tú sabes hacerlo. 

Sonríe como una flor antes de marchitarse. 

[...]

Una por una, pasaron todas las familias de nobles con sus respectivos regalos, Enid había recibido desde una tropilla de purasangre, hasta joyas de oro y diamantes. Pero ninguno de estos regalos era suficiente como para llenar el vacío en su pecho, después de todo no eran para ella, eran regalos para satisfacer el ego de su padre... podía verlo en los ojos de todos esos presuntuosos hombres. Viejos alfas que babeaban al besar su mano. 

Guardó sus ganas de vomitar para después. 

Una vez que todas las familias habían saludado a la princesa como era debido, Enid había pensado que por fin se había terminado, que su hora de respirar había llegado. 

No podría haber estado más equivocada. 

— Luego de años de conflicto y de pugna, tenemos la suerte de recibir en total ambición de paz, a una representante directa de la Corona Italiana. Princesa Wednesday Friday Addams. Es un placerte tenerte aquí. — Exclamó su padre mientras una joven de delgada contextura se abría paso con total glamour. 

Era raro que su padre fuera el que presentara a los invitados, pero al ver de quién se trataba, la chica pudo entenderlo. Era probablemente su prometida, la chica irradiaba "auras alfas" a toda la vista. Seria, de físico envidiable, de tez morena y bellas pecas adornaban sus mejillas, aunque llegaba a parecer adorable, las cicatrices en su rostro daban a entender de que no se trataba de cualquier persona. 

A sus espaldas le seguían altos hombres que al igual que la princesa, portaban renegridos uniformes con adornos de plata y cada uno con sus respectivas medallas de honor. 

— Rey William. Reina Esther. Princesa Enid. — Tanto como la princesa como sus soldados se arrodillaron ante las altezas. — Es un honor que nos hayan podido dar la oportunidad de visitar su reino en ambición de paz, mis expectativas han sido sobrepasadas ante la amabilidad de los habitantes y por supuesto por el recibimiento dado. — La mirada de la joven se encontraba fija en su padre. 

Otra persona buscando la aprobación de su padre, una más del montón.

Pero su mirada era vacía, sin vida. De igual forma, una notoria cicatriz que abarcaba desde su ceja hasta su mejilla había logrado captar la atención de Enid. Demasiado vistosa para su gusto.  

— De pie. — Ordenó su padre y Enid pudo ver como el mismo hombre que siempre había estado ausente en cada uno de sus cumpleaños, que nunca le había dirigido una palabra de aliento, que jamás la hubiera abrazado, ni siquiera se dignaría a verle a los ojos. Ahora mismo estaba abrazando a aquella extraña, como si fueran amigos de toda la vida. 

No la conocía y aún así podía sentir como el odio florecía en su pecho. 

— Mi querida hija. — Oh por favor. — Tenemos la suerte de tener aquí presente a una de las alfas más confiables que puede existir, gracias a ella es porque estamos aquí. Una soldado capaz de olvidar la rivalidad y así salvar a cientos de nuestros guerreros. — Todos aplaudieron embravecidos por la exclamación de su padre, pero ella seguía con su misma cara de seriedad. 

¿Realmente se casaría con aquella estoica mujer? 

¿En serio dejarían que alguien tan escalofriante se la llevara como si nada?

¿Tan poco valía Enid para sus propios padres? 

No podía evitar sentirse desahuciada. Definitivamente su vida estaba yendo a peor. 

O eso creía Enid, que desde su ignorancia juzgaba a aquella chica "perfecta". 


...


Eu qué ondis? 

Para que vean que los muertos si reviven aquí estoy jajaj

Disculpen si me demoré, he estado teniendo algunos problemas. 

Principalmente no me gustaba nada de lo que escribía, nada quedaba lo suficientemente bien. Así que el día de hoy me decidí a escribir lo que me salga del corazón y que sea lo que tenga que ser jajaj

Toda la historia que tenía armada antiguamente la descarté porque ya no me ilusionaba así que iré formulándola en el proceso.  Yo sé que no es la forma correcta pero es que sino no escribo nada porque nada me queda bien. Es por eso que el cap de hoy es cortito porque sé que después me voy a arrepentir. 

Si quieren hablar me escriben, me vendría bien ♥ 

Te quiero personita random que se toma el tiempo de leer esta cagada. 





Paint it Black //wenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora