Querido Joe.

26 de Diciembre

Después de convencer a mis amigas de no salir por un increíble tiempo. Me vi obligada a salir a festejar el cumpleaños de una de ellas, para no perder las pocas amistades que parece ser había perdido en estos últimos dos meses.

La costumbre que tienen las personas para preguntarte "¿Cómo estas?", "¿Cómo te sientes?". Debería ser solo si las otras personas de verdad están interesados en cualquier respuesta de esas dos. Era la regla que aplicabamos mis amigas y yo y solo si estábamos dispuestas a escuchar todo y como se sentía alguna hacíamos esas preguntas. Por lo que entendí que ninguna de mis amigas me mandaron mensaje para decirme que estaban tristes por mi dolor o para darme el pésame y hacerme saber que estaban conmigo en el duelo.  Simplemente no recibí nada de su parte absolutamente NADA ni siquiera ninguna de esas preguntas... No digo que vivan mi dolor conmigo o que sientan lo que yo siento pero se supone que los amigos se alegran por tus cosas buenas y te acompañan en las malas.

La reunión de amigas para festejar el vigésimo tercer cumpleaños de Alisson sería en el apartamento de Georgia. Es un lindo apartamento para ser sincera.
El apartamento se sentía como el departamento de un hombre soltero buscando mujeres para divertirse, pero ella no era soltera, ni vivía sola, ni buscaba divertirse.

Con suficiente alcohol para las tres y ganas de platicar sobre todo lo perdido comenzó a servir los tragos en el tiempo que esperábamos que Alisson llegará.

Georgia cumplió veinticinco años en noviembre y ella tenía casada desde los veinte, es la chica que usa ropa oscura pero no llegando al color negro. Con estatura de un metro cincuenta, su piel es morena canela y su cabello largo hasta las nalgas color café oscuro hermoso. Voz alegré y una actitud agresiva-agresiva. Puedo decir que es mi mejor amiga y mi persona, como dicen en esas series de médicos infieles.

Ibamos empezar a platicar cuando sonó la puerta.

—¡Hola¡ Pensé que no llegaba había mucho tráfico y el autobús tardo bastante.— oí decir a Alisson.

Alisson es la chica linda de crop, pantalones campana y estilo de porcelana en maquillaje, sombras rosadas y mejillas con rubor en exceso, su piel es blanca, su estatura es de un metro con cincuenta y cinco. Su voz es grave pero no tan estruendosa, su mirada es pesada, en su cabello se notaba el color rubio oscuro, liso, recién cortado a la altura de  los hombros y su actitud pasivo-agresiva. Lo ultimo que hablamos por mensajes de texto me contó  que había terminado nuevamente con su novio. Pero no decía nada porque quizá regresarían como siempre y solo era la ruptura de esta semana.

Georgia decidió que iriamos a beber un trago en las piscinas de los departamentos. Asi que nos apresuramos a tomar los vasos y lo cubos de hielo para las bebidas.

Mientras caminamos y bajamos escaleras para llegar a las piscinas que son para ciertos números de departamentos por ubicación del edificio. Sentí como se venía lo inevitable, mis amigas juzgando mis relaciones y mis decisiones.

Una alberca al frente de nosotros y camastros donde podíamos sentarnos y platicar, el aire calido pero al mismo tiempo por momentos fresco.

Después de minutos de silencio que yo disfrutaba pero al parecer ellas no escuché:

—¡Ay basta de mirar solo el agua!. ¡Dime como te va con Evan, ya estan bien o solo nos mentiste para no decirte nada.—dijo Alisson mientras me miraba con los ojos como buscando algo que indicará que estaba muriéndome.

Alisson estaba tan empeñada en que hablaramos sobre los hombres y cuanto había pasado en el tiempo que dejamos de vernos.

Ellas eran como animales carroñeros esperando que muriera para comerme entera y sacarme el corazón, cuando hablábamos de relaciones y de probables conquistas.