Dulce Obsesión

✧Chapter 2✧

Jimin se encontraba sentado sobre el lavamanos, mientras un concentrado Taehyung limpiaba sus heridas con algodones y un poco de alcohol.

Ardía como no había idea, pero ciertamente, ya estaba acostumbrado a ese conocido ardor, normalmente era lo único que sentía cuando llegaba a su ¿hogar? No sabía cómo llamarlo. La única diferencia ahora, era que alguien más se encontraba haciéndolo para él, sin ninguna clase de insulto o mal humor por ello.

—Listo —murmuró Taehyung mientras tiraba la última bolita de algodón. Tomó a Jimin de sus regordetas manos para poder ayudarlo a bajarse.

Le dio tanta ternura cuando él menor dio un pequeño brinquito para lograr su objetivo, para después acomodar su húmedo abrigo.

—Gra-gracias por todo, Taehyung hyung, no sé cómo agradecerle —inclinó de manera rápida y consecutiva su cuerpo, dando una muestra de respeto hacia su mayor.

—¡Oh! ¡Vamos Jimminie, somos de la misma edad y vamos en el mismo salón, y no es nada, no me agradezcas. Pero vamos, ya es tarde y ambos debemos ir a casa para descansar.

Ambos caminaron solo en silencio hacia la salida del instituto, listo cada uno para tomar su camino.

—¿Estas seguro de que no quieres que te acompañe? —preguntó Taehyung al ver que ya estaba oscureciendo, le daba miedo pensar que le pudiera pasar algo de nuevo.

—Si, lo estoy, gracias por su preocupación, Taehyunnie, pero estaré bien, no debe preocuparse más —una gran sonrisa se dibujo en sus labios, provocando que sus mejillas se abultaran aún más, creando de sus ojos unas pequeñas medias lunas.

~Es tan tierno. Fue el pensamiento que cruzó por la mente de Taehyung.

—Está bien, por favor ve con cuidado y cualquier cosa, puedes llamar al número que te di.

—También vaya con cuidado, hyung.

Ambos comenzaron con su propio camino, tratando de ir rápido para no llegar después que la tan fría noche.

༄☆༄

Dio vuelta en la esquina mientras tarareaba una canción infantil, el frío era insoportable, pero no podía ir más rápido, no cuando todo su cuerpo dolía horrores. Todo iba bien, o bueno, hasta cuando su cuerpo fue impactado contra la pared.

—¿Creíste que te escaparías tan fácilmente de nosotros, piggy? —pronunció esa gruesa voz que tanto odiaba.

Sus ojos se cristalizaron en tiempo récord.

—No, por favor, ya no —logró pronunciar, con voz entrecortada.

—A veces me das un poco de lástima, solo un poco, y hoy es una de esas pocas veces —su gran mano apretaba de manera brusca la parte interna de su hombro, soltó un chillido cuando la fuerza fue mayor—. Tienes solo 30 segundos. Corre.

༄☆༄

Sus pequeños pies apenas y podían hacerlo correr lo suficiente como para poder escapar de los bravucones de su escuela.

Sentía que por más que corriera ellos lo alcanzarían. Pero no podía permitir eso, por Dios que no.

Pero aún a pesar de todos sus esfuerzos, terminó tropezando y finalmente cayendo sobre el frío piso.

Para bien o para mal, había caído cerca de un árbol, por lo que solo se terminó haciendo ovillo, esperando que alguna entidad del más allá se apiadara de él y no permitiera que lo llegasen a atrapar.

Sus llantos eran dolorosos, era como escuchar a un ser divino llorar. A cualquiera que lo viera de esa manera se le partiría el corazón, aunque lastimosamente, no había nadie en la acera que lo pudiese ayudar en ese frío atardecer de otoño.

Eran sólo él y su dolor.

Ya no podía con eso. Él no había provocado nada, solo era un niño con un poco de sobrepeso, normal, con sueños y metas. Nada más.

Era demasiado pequeño como para poder entender el porque de los abusos hacia él por parte de sus compañeros de escuela y propios en casa.

Sus pequeños labios ya estaban tornándose morados por el fuerte frío que hacía, y más porque su ropa se encontraba mojada debido a la "broma" que sus agresores le hicieron cuando recién salía del baño.

Sus pequeños ojos comenzaron a arder más cuando sintió como un pie impactaba contra su ya frágil cuerpo, sumándose este y más golpes hacia él.

Si este era su fin, al menos deseaba que fuera rápido.

-¡Ey!​ ¡¿QUÉ MIERDA LE HACEN?!

Sus ojitos lograron captar levemente la sobra de una persona alta que corría hacia donde ellos estaban.

Sintió como el piso llegó a moverse cuando otro cuerpo, que no fue el suyo, impactó contra el piso. Mientras más golpes eran dados hacia alguien más.

Una pequeña mueca surcó sus labios cuando sintió como era abrigado por alguien, tal vez y solo tal vez, algo saldría bien después de todo...

༄☆༄

—Más les vale que no vuelvan a acercarse a él, si no quieren terminar peor que ahora.

Fue lo último que escuchó que dijo aquel desconocido, cuando fue suavemente levantado del piso donde yacía tirado. Se sintió tan liviano cuando aquel hombre lo sostuvo entre su fuertes brazos como si no pesara lo suficiente como para tener sobrepeso.

—Tranquilo pequeño, todo estará bien de ahora en adelante —un profundo sueño y tranquilidad lo invadió por completo cuando escuchó como era arrullado por esa grave pero tranquila y relajante voz.

Se apegó más a ese ancho pecho, tratando de obtener más de su varonil aroma, y dejando que aquel hombre lo llevara a quien sabe donde, la verdad no le importaba si ese hombre lo secuestraba o si lo llevaba a perder, no mientras lo siguiera tratando con tanto cuidado y atención. Tampoco le importaba llegar tarde a su casa y recibir más insultos por parte de la mujer que se hacía llamar su madre, no si podía llegar a conocer un poco más de aquel extraño hombre.

༄☆༄