XVI. El chico y su lobo

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"He esperado cien años,
Pero esperaría un millón más por ti,
Nada me preparó para lo que haría,
El privilegio de ser tuyo".

Turning page — Sleeping At Last

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Adaptarse a su nueva rutina fue difícil.

La primera semana fue caótica tratando de incorporarse a la universidad, mas aún acostumbrarse a un nuevo lugar. El dormitorio proporcionado por la universidad, solo era para él, no tenia compañeros.

Por una parte eso le gustaba, así podría dejar fluir libremente sus emociones o tener llamadas telefónicas calientes con Toji, porque sabía lo coqueto que era el hombre.

Terminar el papeleo de la universidad, conocer la ciudad y hacer que su habitación logrará ser un espacio acogedor, había resultado ser algo estresante.

Le agradecía profundamente las tediosas clases de inglés a Satoru, ya que había logrado dominar el idioma bastante bien, facilitándole la comunicación con el resto.

Ahora se encontraba en su cama, abrazando el peluche que Toji le entregó, permitiendo que el aroma herbal que lo cubría, lo transportará a los bosques en los que solía pasar tiempo caminando en compañía del mayor.

Hizo un puchero, se suponía que leería uno de los libros que consiguió en la biblioteca como apoyo en una de sus clases, pero se sentía tan cansado y necesitado de cariño.

Yuuji sabía que la vida no sería fácil, más aún si extrañaba al amor de su vida.

Yuuji sabía que la vida no sería fácil, más aún si extrañaba al amor de su vida

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Los días transcurrían con rapidez, sin darse cuenta de que se transformaban en meses.

Las clases eran difíciles y su tiempo cada vez era más acotado, sus noches estaban destinadas al estudio y a una taza de café.

Casi no había tiempo para distraerse, sin embargo salía a correr en las mañanas e iba a museos, como también había comenzado a frecuentar una cafetería después de clases, para transcribir apuntes y estudiar.

Yuuji solo quería dar lo mejor de sí mismo.

Apreciaba cada mensaje o llamada que tenía de sus amigos. Nobara había creado un grupo de chat, permitiendo que todos interactuarán en las conversaciones.

Mensajes de ánimo e incluso algún regaño por parte de Sukuna, que traían la nostalgia y tristeza por estar lejos de ellos.

A veces mantenía conversaciones con Satoru debido a que el hombre le preguntaba por su estado y si es que necesitaba algo. Si bien el albino estaba pagándole la universidad, el dinero que había ahorrado con su trabajo en la cafetería le permitía costear su estadía y la comida, como también libros u otro material para sus estudios.

El chico y su lobo | TojiItaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora