concubina ; soojun

concubina ¡!

I

Apenas el verano iniciaba y eso quería decir que pronto habrían eventos muy importantes para su dinastía, como la noche de la luna de plata donde volvería a intentar con su emperatriz tener un heredero porque sino esto iba a hundir a la dinastía totalmente.

De por sí la mayoría de los viejos tanto del bando derecho e izquierdo empezaron a sugerir que tuviera una concubina cosa que se negó pero y si ¿SooMin era infértil?

Estaría acabado.

― Su majestad ― ingresó su esposa haciendo una reverencia.

― Querida ― terminó de colocarse la corona para acercarse a su esposa ― ¿Lista?

― Claro que si su majestad, la reina madre quiere que la visitemos ― sonrió levemente.

Ambos salieron de sus aposentos y caminaron hacia los aposentos de la reina madre madre, ingresaron y tomaron asiento no sin antes hacer una reverencia.

― SooBin ― pronunció la abuela del emperador de forma cariñosa ― ¿Cómo va todo en la sala de reuniones?

― Bien, están arreglando las cosas para la luna de plata ― mencionó mientras su esposa servía el té.

― Uhm ―asintió mirando a su nuera ― Creo que deberías irte por la otra opción que te dijeron el otro día.

― ¿Otra opción? ― habló SooMin.

SooBin la miró con seriedad, no podía comentar nada si la reina madre no daba autorización así que rápidamente la emperatriz pidió disculpas a la abuela de su esposo.

― Abuela, después hablamos de eso ― sonrió levemente para ir comiendo.

― Bien ― dijo para comer.

Pero SooMin tenía la duda de la otra opción.

✧* ੈ

―Su excelencia ― llamó su secretario.

― Dime TaeHyun ― levantó la vista de los rollos que estaba leyendo.

― La Reina Madre ha pedido que vaya al salón de eventos ― agachó la cabeza.

SooBin suspiró y se levantó para salir con dirección al salón de eventos mientras que su secretario TaeHyun lo seguía a su lado para guiarlo con cuidado debido a la oscuridad
nocturna.

El hombre rubio ingresó al salón de eventos donde estaba su trono y había mucha decoración.

Una vez que tomó asiento alzó la ceja curiosamente al no ver su abuela, el sonido de unas arpas, pequeñas guitarras y tambores llamaron su atención ya que diversas mujeres salieron de los pasillos bailando.

Eran 5 mujeres que bailaban de manera coqueta al ritmo de la música, las prendas ajustadas, cortas y traslúcidas llamaron la atención del emperador quien soltó una risa.

Lo habían tomado por sorpresa lo de la otra opción, esta mujeres eran parte del plan de su abuela pero no podía negarlo, eran preciosas.

― Su alteza ― todas detuvieron sus movimientos para saludar y dar una reverencia.

― Ya que estoy aquí ― habló mirando a todas las mujeres descubiertas de sus rostros a excepción de una ― bailen y bailen, y tú ven.

Señaló a la que tenía su cara cubierta, las demás estaban un poco celosas pero un poco de movimiento y las cosas mejorarían. La mujer encubierta se acercó y tomó un plato de uvas para dárselas al emperador.