rojo ¡!

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Aquel día tan esperado por la rubia había llegado, los dos meses de espera habían válido la pena pues ahora estaba con sus damas quienes la ponían más bonita para llegar al altar y convertirse en la esposa y emperatriz del emperador Choi SooBin.

Sus ojos avellana tenían una capa de una sombra rosa pastel, sus labios rojos con un ligero rubor en sus mejillas, YeonJun no necesitaba tanto maquillaje para ser más bonita de lo que ya era. SooBin ya estaba listo solo que estaba jugando con su hijo quién no paraba de llorar por tanto movimiento en el pasillo donde iba a salir.

— Ya Seungho, pronto vendrá mamá y te dará muchos besitos — dejó a su hijo a cargo de HeeWon quien se lo llevó.

Las trompetas sonaron indicando que ingresará al campo abierto donde al frente suyo habían muchos escalones, se arrodilló y realizó una reverencia primero a donde estaba su trono y el trono de la emperatriz para luego girarse y realizar otra reverencia al pueblo.

La segunda trompeta sonó indicando la llegada de la pelinegra. Portaba un vestido muy resaltante y único con detalles de dragones dorados plasmados a la vez, su corona hecha por el propio rubio adoraba su cabello hermoso.

— Vamos — dijo SooBin con una sonrisa  para empezar a caminar juntos y subir las escaleras.
Todos observaban dulcemente a la pareja de enamorados subir escalón por escalón manteniendo sus espaldas derechas en todo momento mostrando también el dibujo de la dinastía Choi.

Cuando llegaron a la cima se miraron a los ojos con un rubor en sus ojos y proseguir con las palabras de budista.

— Que la paz los acompañe como tú eterno amor sus altezas imperiales — deseo el hombro entregando dos anillos de esmeralda.

SooBin tomó el anillo verde para dárselo a YeonJun de una forma algo peculiar, se arrodilló besando la mano de la aún concubina expresándole su amor y felicidad que le tenía para poner aquel lindo anillo especial así como la corona de loto a la pelinegra.
Era un acto que jamás se había visto nunca en el período de la dinastía Choi y otras. YeonJun continuó tomando el anillo arrodillándose igualmente pero con la cabeza abajo poniendo la mano del emperador en su frente y después el anillo.
Se giraron haciendo una reverencia de 90° grados la gente del consejo y el pueblo empezaron a celebrar de alegría la nueva era dorada de la dinastía Choi.

✧* ੈ

— Alteza, la emperatriz ha llegado — llegó HeeWon haciendo una reverencia.

— Hazla pasar — sonrió de espaldas esperando que su pelinegra ingresara.

Pudo oír las pisadas en la habitación haciendo que tomará la decisión de girarse y ver a su ahora esposa vestir una prendas para nada tradicionales.

SooBin pudo observar con claridad por las velas el cuerpo de YeonJun delgado con los pechos atrapados en la tela roja de arriba y su rostro tapado.

— ¿Lo recuerda su Alteza? — YeonJun se acercó quedando a poco centímetros del emperador  —Tiene boca alteza así que dígame algo.

— Mierda — maldijo acariciando los cabellos dorados de su esposa — Es como un deja vu, tus prendas son casi iguales y esa tela ocultando ese maravilloso rostro.

YeonJun se sonrojó levemente ante la confesión del mayor, pasó sus manos por el cuello del mayor quedando a centímetros de los labios rosados y peligrosos. SooBin por su parte retiró la tela que cubría el rostro pálido de su bonita esposa, madre de su hermoso hijo.

Sus labios se juntaron disfrutando el beso aún no tan apasionado los roces y sonidos que se producían por el beso causaban que ahora sí poco a poco tanto como YeonJun y SooBin sintieran calor en sus cuerpos. La pelinegra se separó retirando el velo rojo de su cabeza y su rostro por completo y lanzarlo por una parte de la habitación mientras que SooBin se acercó sentó en una silla de madera que había allí tomando asiento y ver a su querida emperatriz con una sonrisa coqueta en el rostro. Sus caderas empezaron a moverse lado a lado cautivando a su esposo ante aquellos movimientos que una vez hizo cuando se conocieron en aquella peculiar fiesta privada mandada por la reina madre, las joyas y adornos en su cabeza fueron desapareciendo poco a poco así como las prendas ser azabache que ya se hallaban en el piso.
Las manos del rubio atendían la erección ya instalada en su cuerpo con tan solo observar esos movimientos eróticos de YeonJun, las prendas que tenía la de ojos cafés también se habían ido dejando en vista su cuerpo desnudo ante los ojos negros del hombre.
Su lengua lamió su labio al ver cómo las tetas de su querida habían incrementado con el nacimiento de su hijo, pero eso no había hecho que su figura se perdiera.

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⏰ Última actualización: Apr 04, 2023 ⏰

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concubina ; soojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora