emperador ¡!

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V

Poco a poco las sorpresas llevaban entre ellas el que la concubina pelinegra estuviese esperando una niña o un niño junto al emperador de la dinastía Choi. La concubina se la pasaba al lado del rubio sin despegarse en ningún momento por más que los consejeros lo solicitarán.

— Señor creo que todos sabemos que su concubina está esperando un hijo pero no es la emperatriz para venir a... las reuniones más importantes — dijo un anciano mayor con vestimentas rojas dando su posición izquierdista.

— La emperatriz sigue en el calabozo— habló acariciando la mano de su concubina.

La pelinegra suspiró levantándose de las piernas del emperador estirando su espalda para luego tocar su vientre abultado de 5 meses.

— YeonJun — llamó el rubio mirando a su concubina.

— Me retiro su alteza, puede buscarme en los jardines de mis aposentos — sonrió levemente para hacer una reverencia y retirarse del salón.

La rubia caminó acompañada de su dama HeeWon hasta sus jardines y tomó asiento en uno de los columpios que su majestad había mandado hacer para que se divierta. El silencio era bonito para la embarazada, los pájaros cantando y algunos conejitos saltando.

Sintió una leve patada haciendo que sus movimientos en el columpio de flores se detuvieran para tocar su vientre y sonreír. Su bebé estaba empezando a dar señales de vida indicando sus emociones, sus lágrimas adornaban su bello rostro ante la felicidad asustando a las damas quienes se acercaron para atender a la concubina real.

— Señorita.

— Ha pateado — sintió una patada llevando la mano de HeeWon y la señora a su vientre — Está pateando mi bebé.

— Ten mucho cuidado concubinita. — escuchó una voz femenina.

Giró su cabeza encontrando la figura de la emperatriz y sus ropas menos llamativas llegando hasta quedar a 2 metros de distancia. Cubrió su vientre ante la pequeña amenaza indirecta por parte de la esposa del emperador.

— Veo que has quedado embarazada de una bastarda o un bastardo.

— No le llame así al futuro heredero de esta dinastía, lleva la sangre azul. — gruñó levantándose de su columpio.

— No importa mi padre habló con su majestad SeokJin y me perdonó.

— Eres una corrupta, los regalos hacia su majestad no sirven verás que su alteza imperial hará algo al respecto.

— Espera no me digas que ¿Creíste que serías emperatriz por traer al mundo a un niño? — soltó una risa asustando a las damas de la pelinegra.

— SooBin dijo que sería así — caminó hasta quedar tan solo a un metro de distancia de su contrincante — Te irás de este palacio por ser inservible.

La castaña cerró sus ojos controlando sus emociones para soltar una sonrisa sin mostrar dientes.

— Uhm, ¿Sabes que es la adopción? Puedo pedirle a SooBin que adoptemos a tu hijo y veremos quién luego se va de aquí — miró por última vez a la concubina y su corona de loto arreglada para girarse — Alteza.

SooBin miró a su esposa retirarse como si nada hubiese pasado en los aposentos de su concubina, el hombre de alto rango se acercó pidiendo con su mirada que las damas se retiraran dejando a solas a la pelinegra y el rubio.

— Alteza — hizo una leve reverencia— ¿Terminó su reunión?

— ¿Por qué estaba aquí?

— Dijo que el consejero Jang habló con la reina Madre — hizo una nueva reverencia ligera sintiendo una nueva patada.

— ¿Está bien nuestro bebé? — cambió de pregunta acercándose al vientre.

La concubina tomó la mano del rubio llevándola a su vientre donde se sintieron leves patidas sorprendiendo al padre ante las primeras patas de su bebé en espera. La pareja se dio un pequeño abrazo con un beso rápido entre risas porque nuestro querido emperador no sólo se sentía amado y feliz por su concubina sino que también emocionado por ser padre.

— Sabes justo la abuela me estaba comentando en poder hacer un cambio con SooMin — le besó la mejilla.

Ambos ahora estaban sentados en el césped con mucho cuidado ya que SooBin estaba detrás de la pelinegra abrazando el vientre levemente mientras su espalda estaba apoyada por el tronco de un árbol que tenía sus iniciales, donde juraron amor día y noche como siempre.

— ¿Cuál? — se acomodó en el pecho del emperador.

— Que tú seas la emperatriz — tomó su mano abrazándola cálidamente — Sería en vano que SooMin intente adoptar a nuestro hijo, porque eres mi concubina además sería una humillación propia.

— Alteza no me atrevería, podría no sólo afectar mucho su posición sino también la de nuestro hijo, no quisiera que crezca pensando que me aproveché de su amor sincero porque no es así — agachó la cabeza acariciando nuevamente su vientre.

— Comprendo, pero también sería peligroso que SooMin intente algo con el bebé, escuché la amenaza— suspiró agotado del comportamiento de su aún esposa.

— Emperador — hizo una ligera pausa —¿Usted dejaría a la emperatriz por mi, por su familia?

— Sí, lo haría cariño, de qué me sirve tener alguien a mi lado que no me hace feliz, no me ama y ni siquiera muestra respeto alguno a los demás — besó la mano de ls pelinegra — El emperador te ama YeonJun, cada noche que te lo he dicho es de verdad
— Yo también lo amo alteza — se dejó dar cariños.

La diferencia entre la emperatriz y la concubina era que a la primera únicamente le importa su posición mientras que a la pelinegra le importa más amar al emperador y hacerlo feliz.

YeonJun era la mujer más noble que se podría encontrar en todo Joseon, el emperador Choi estaba muy seguro de ello.













actualizo por xia_owo :3

concubina ; soojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora