56 (Capítulo final)

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El canto de las gaviotas volando encima de nosotros, a si como el sondo de las olas de mar. Me hicieron despertar de golpe, tomé asiento y enseguida me percaté que mi esposo no se encontraba durmiendo a mi lado.

¿A donde habrá ido?

Lo busqué con la mirada como si fuera un escáner infrarrojo. Lamentablemente no vi señales de él. Enseguida me levanté de la arena, avanzando rumbo a la ruta que nos dirigió a esta zona de playa, cuando a lo lejos observé un cuerpo tirado sobre la arena, justo a la orilla del mar.

Oh, no. No puede ser... no puede tratarse de él.

Me lancé a correr, tomando los bordes del vestido entre mis dedos, sintiendo mi corazón hacerse añicos con forme me iba acercando. Caí de rodillas al llegar a su cuerpo cubierto con arena seca y humedecido por el agua salada, que golpeaba la planta de sus pies.

—¡Chris!—exclame, sacudiéndolo de los hombros con desesperación —Chris...

Nada, ni un solo gruñido o muestra de vida, literalmente. Mis ojos empezaron a humedecerse, no podía perderlo, no de esa manera. Esta vez tomé su rostro con ambas manos y sin saber que hacer o a quien acudir, ya que la zona estaba completamente vacía; sintiendo un nudo en la garganta me dispuse a reanimarlo, o por lo menos hacer el intento. Cuando menos lo imaginaba, me hizo soltar un chillido.

—¡Ursulaaa¡ —gritó Chris, estallando a carcajadas.

Le doy un manotazo fuerte en el abdomen, comenzando a llorar como magdalena. Él se lleva la mano al pecho mientras intenta bajar la calma.

—¡Eres un completo idiota! —otro golpe sobre él, esta vez mas suave. Respiro profundo y estallo en un alarido —¡QUIERO EL DIVORCIO!

Su sonrisa de diversión se esfuma, sin embargo me levanto secando mis lagrimas con el antebrazo y me alejo dándole la espalda.

—Esperaa —corre y toma mi antebrazo, tirándome hacia su pecho, después me rodea con ambos brazos presionándome como cuando Sullivan abraza a Boo, antes de despedirse para siempre —no fue mi intención amanecer bromista, te juro que esperaba de todo menos esta reacción.

Sigo chillando en silencio sobre sus pectorales.

—¿Todavía quieres el divorcio? —recarga su barbilla sobre la coronilla de mi cabeza— ¡Que irónico! no han pasado veinticuatro horas después de la boda y ya me han pedido la ruptura—bufa con dramatismo.

Debo admitir que me sacó una sonrisa inesperada, corta, muy muuy ligera, pero lo hizo. Finalmente, separo la frente de su pecho, elevando la mirada para admirarlo mejor.

—Tonto...—musito sorbiendo la nariz. él inclina su cabeza y plasma un beso en mi frente.

—Te amo.

Ti imi.

—Vayamos adentro ¿si? —nuevamente tomo los bordes del vestido e intento retroceder, pero él reacciona antes y me toma en brazos, no dice nada solo se mantiene mirando al frente. Cuando ingresamos al jardín del evento, varios tipos se encuentran tirados en el suelo, otros sobre los muebles y uno que otro bebiendo tranquilamente sobre la barra. Afortunadamente ningún conocido se muestra a la vista, Evans me baja al suelo cuando salimos a la entrada principal.

—No se donde dejé mi móvil, debemos volver a casa, en taxi —resopla mirando ambos lados de la desolada carretera.

—Chris Evans, si es otra de tus bromas, te dejaré calvo.

—No, no lo es. Esperam no, mejor ven conmigo, capaz te encuentras con Henry Cavill y te vas con él, porque probablemente tenga un auto —me toma de la muñeca, devolviéndonos al jardín de eventos.




—¡Dos horas! —exclama Taylor del otro lado de la linea telefónica —no puede ser, ¿por lo menos no habían paparazzis cerca?

—Afortunadamente, no. Pero adivina quién ha quedado como langosta rostizada —bromee guardando algunas prendas para el viaje.

—No quiero imaginar cuanto te ha de arder la piel — a lo lejos se alcanzaba a percibir su madre conversando con otras personas.

—Debo colgar. Salúdame a tu mamá —inquirí cerrando la maleta, ambos nos despedimos y colgamos.

Te preguntarás si...¿Chris recuperó su celular? si, si lo hizo. El muy distraído lo había dejado enchufado en el contacto de la sala.

—¿Estás lista? querida —asomó su cabeza por la entrada de la puerta.

Asentí con una sonrisa.
—Lista, capitán.

Bajé la maleta al suelo, desplazándola con las ruedas hasta salir de la habitación. Chris me contempló de abajo a arriba, haciendo notar el brillo de sus ojos.

—No puedo creer que seas mi esposa— confesó con toda la emoción notable, tomándome de la cintura para besarme.

"No puedo creer que s..."

Inmediatamente mis mejillas se calentaron. !Pellízquenme que estoy soñando¡.

—Eso digo yo —sonreí sobre sus labios, volviendo a besarlo.

—Ambos, cariño, ambos— su sonrisa se torno de melancolía— Sufrí como un desquiciado cuando sentí que te había perdido.

No era buen momento para sacar los temas del pasado, mi corazoncito de pollo se había comprimido, así como nuevamente mis ganas de llorar, ¿amanecimos muy sensibles hoy?, de hecho mas de lo normal.

A no ser...

Nah, no creo.

Imposible, como diría Thanos.





Una vez llegando al aeropuerto, como si se hubiese corrido la voz mediante el sonido del viento. Un grupo de personas, especialmente chicas y paparazzis, se encontraban en la entrada del lugar. Bajamos del vehículo, Jack el chofer nos ahorró tiempo de bajar el equipaje. Chris se colocó su gorra favorita y unas gafas oscuras, yo únicamente las gafas.

—¡Mireen! ¡allá está Chris y ___! —gritaron como pollitos en el corral, comenzado a correr.

Bueno, de todas formas no eran tan necesarias. Ambos nos quedamos viendo, incluso Jack se quedó contemplando al grupito acercándose a toda velocidad.

—Nos vemos, señor y señora Evans. ¡Buen viaje! —Se retiró dejándonos solos frente a la entrada principal.

Pero...

—Saluda normal, cariño. —Les sonrío a cada una, inclusive empezaba a tomarse fotografías con las chicas, eran amables y muy lindas con ambos. Los paparazzi no pudieron faltar.

—Sabemos que se dirigen a su destino de miel —uno de los reporteros expresó colocándonos el micrófono en el rostro— ¿Cuál es el lugar escogido? ¿de quien ha sido la idea? claro, si no es molestia platicarnos.

—Vamos retrasados, gracias. —mi esposo respondió con educación, sujetó una de las maletas y entrelazó nuestros dedos para continuar el trayecto.

—Una pregunta rápida para la señorita Evans —otra reportera se atravesó en nuestro camino— será rápida, no le costará ni un solo minuto en responder.

Me detuve sin pensarlo, después de todo debía mostrar mi amabilidad con los medios, siempre y cuando, no cruzaran la linea.

—Adelante.

—Eres tendencia desde hace semanas, hoy has roto el récord en las búsquedas de las redes sociales, especialmente en twitter —la mujer nos dedicó una amplia sonrisa— ¿Algún tip o consejo para las chicas con crushes celebres? —las chicas gritaron con lo último, estaban emocionadas esperando oír mi respuesta.

Me quedé en blanco sin saber que decir, porque mi foquito se mantenía apagado.


—Anda, sin pena, cariño —Chris me animó a responder.

—Bueno, yo...

En ese momento, el silencio se hizo presente. Todos se quedaron en callados.

—Les aconsejo que interactúen con ellos, a si sea en lo mas mínimo. Quizá cuando menos lo esperen, el amor puede estar cerca...

—O en una comic on —añadió el muy chistoso de Chris, haciéndolas estallar a carcajadas.

Y entonces continúe, girándome hacia él.
—Porque nada es imposible.




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¡Hoola! hace una eternidad que comencé a escribir este fanfic, allá por el 2017.
Quiero agradecer a las que empezaron leyendo esta historia, asi como las que se mantuvieron de inicio a fin, o a las nuevas. Gracias a todas ustedes por hacer crecer esto. <3 <3

Este no es un adiós, si no un hasta pronto.


Estaré haciendo revisiones y modificaciones de escritura, porque como les decía... es espantoso. JAJAJA.






Nada es Imposible |Chris Evans & Tú. (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora