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Pasaron unas semanas luego de aquella reunión, ella se hizo pasar por la esposa del millonario Zale Bloodress, su misión era recaudar información acerca del trabajo que hacía para detenerlo, también debía actuar como una buena esposa para no ser descubierta. Al tener la identidad de la esposa de Zale ahora era la señora "Noire Bloodress", aún no se acostumbraba a eso, ya que la llamaban y no respondía.
Estaría saliendo del baño, entrar
a su ahora habitación, un cuarto ambientado en la época victoriana, los colores oscuros como el negro y el azul predominaban la estancia. Entra a un gran armario y busca algo decente para ponerse, en eso entraría una de las mucamas buscándola.— Señora Bloodress. El señor ha llegado.
Al escuchar a la mucama dentro de la habitación rápidamente se pondría la bata para tapar sus partes nobles.
— (¿Está gente no sabe lo es privacidad?) Ya veo...
Nota como la mucama se quedaría quieta esperando a que le diera alguna orden.
-— Emm ¿Puedes retirarte?
Asiente algo extrañada por su comporta pero sin decir nada se retira cerrando la puerta a su paso
— Que gente mas rara...
Termina de vestirse para bajar, en la entrada estaría su "marido" junto a dos niñas una de cabello negro y otra de cabello castaño, la última era su hermana. Tuvo una larga charla con ella respecto a la misión, su trabajo era más fácil, tenía que acostumbrar decirle al señor Bloodress "padre" y comportarse como una niña.
— Las extrañé pequeñas. Ahora, vayan a jugar. — Dice Zale, un hombre bastante atractivo de cabello castaño oscuro y ojos avellana.
— Hola, querida.
— Hola... Querido...
Llevaba pocas semanas en aquella casa, por lo que aún no estaba acostumbrada su nueva "forma de vida". Por el bien de su hermana y del mundo debía actuar perfectamente, lo cual para ella era un verdadero desafío debido a su torpeza.
Para su suerte la pequeña Lori es de gran ayuda para pasar desapercibida y encajar en el papel de la señora Bloodress.
— ¿No me vas a dar mi abrazo, amor?
La azabache se sonrojaría, no acostumbraba a dar muestras de afecto, por la forma en la que creció y su trabajo que le consumía la mayor parte de su tiempo nunca pudo tener una relación; "lo qué tenía que hacer por trabajo" pensó antes de actuar.
Se acercó a donde estaba cortando las distancia de ambos con un abrazo pegando su rostro a su pecho para que no viera su sonrojo.
— Debo hablar algo importante contigo.
Irían al patio trasero, allí estaban sus hijas "jugando", la realidad era que la pequeña castaña jugaba y la azabache la juzga con la mirada. Caminaron un raro hasta llegar a una parte oculta del patio, un hermoso jardín rebosado de flores de distintos colores y aromas que deleitaban su vista y olfato.
— ¿De qué querías hablarme, querido?
Era notorio un brillo en sus ojos, estaba encantada con el lugar, aunque no dijo nada con su mirada explotaba aquel hermoso lugar que para ella era otro mundo
— En un par de días tendré una reunión con un socio muy cercano, quiero que vengas conmigo.
— ¿Yo?
— Sí ¿hay algún problema? — Levanta una ceja curioso por ver qué respondía, la miraba con total atención esperando su respuesta.
— Para nada. Digo estoy encantada. Después de todo esas son cosas que debo hacer como tu esposa. — Dejó que los nervios la dominaran y tomaran el control de ella, una razón por la que jamás fue agente de campo.
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Unlucky
FantasyUna joven secretaria de una agencia muy importante tiene que actuar de espía haciéndose pasar por la esposa de un importante hombre llamado Zale Bloodress. Se sospecha es líder de una mafia llamada "Golden Shot" la mayor mafia en Japón, tras hacerse...