𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 2🌹

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Nos situamos en una lujosa y elegante oficina, el dueño de dicha habitación era el señor Bloodress, el cuál estaba distraído escribiendo algunas cosas en papeles, al aparecer son bastante importantes. Eso hasta que su trabajo es interrumpido por el sonido de la siendo tocada.

— Pase.

Dice sin levantar la vista de esos papales que leía que extramo cuidado. No se percató de que una hermosa y elegante mujer joven de cabello opaco y ojos grisáceos entra a su oficina.

— ¿Hiciste lo que te pedí, Yami? — Sube su mirada para encontrarse con la de la joven la cual caminaba lentamente hasta su escritorio parándose a su lado.

— No fallé. — Menciona de manera victoriosa con su voz tranquila. — ¿No está contento, señor? — Pregunta, al no tener respuesta de su jefe, normalmente siempre le diría algo positivo o le encargaría alguna otra tarea.

— Hiciste bien tu trabajo. — Seguiría con su trabajo prestándole cero atención a la joven. La chica de cabello opaco ofendida toma los posa manos de la silla de su jefe volteandolos para que lo vea a ella.

— Te vez muy tenso, deberías estar más feliz. Se acerca una fecha muy especial.

El pelicastaño mantendría una mirada seria al escuchar cada palabra que decía sin entender mucho de lo que hablaba, se habría olvidado de algo importante

— Refresca mi memoria, ¿qué se va a celebrar?

La chica tomo suavemente su mentón haciendo que se vieran fijamente, aprovechó la cercanía de ambos para sentarse en la piernas de su jefe.

— ¿Acaso no recuerda? En un par de meses se cumplirán los 130 años de matrimonio con esa horrible mujer y pronto será libre.

Lo había olvidado por completo de ese acuerdo. El día que se casaron acordaron que luego de 130 años de su matrimonio arreglado ellos pueden tomar la decisión de divorciarse. Claramente en todos esos años ellos jamás se habían tenido el mínimo cariño, solamente para concebir a su hija Io,ri pero exceptuando eso no sentían atracción el uno del otro.

No fue hasta que sintió el roce de los labios de la contraria contra los suyos que el chico despertó y sin previo aviso se levanta de golpe para ponerse su cacheta y voltear a ver a la joven.

— Me tengo que ir. Guarda esos papeles por mi. —Vería a la chica son su rostro perplejo al no entender nada y sin más se iría.

— Hombres... Ni ellos mismos se entienden. — Se sienta en el escritorio tratando de pensar en mi que había pasado.

————— 🥀

La joven de cabello azabache y ojos azules estaría en la sala de estar de la mansión ayudando a sus hijas a completar sus tareas hasta que tocan la puerta

— Me pregunto quién será.

Se dirige a la puerta abriéndola levemente para asomar uno de sus ojos y ver a una chica de cabello corto de color negro, ojos grises y una vestimenta elegante.

— Disculpa, ¿a quién busca? — Termina de abrir la puerta dejándose ver, la chica evitaría el contacto visual pues sabía que ella es la señora Bloodress.

— ¿Es aquí donde vive Zale?

— ¿quién pregunta?

— Soy una amiga de Zale, Yami. Vine porque tengo unas asuntos con él

— Mi esposo no ha regresado del trabajo, si gusta puede entrar a esperar a que llegue. — Se aparta de la puerta dejando espacio para que pase y la dirige hasta la sala donde estaban ambas niñas.

— Terminé mi tarea. — La pequeña pondría un rostro más serio de lo normal al ver entrar a su "madre" junto con otra chica. — ¿Y ella quién es?

— Es una amiga de tu padre.

La joven de ojos grises se limita a verle, luego Noire le indica que se sentara en el mueble.

— ¿Puedo ofrecerle un café?

— No gracias, esperaré aquí de mientras

— Hmm, bueno. Ya que terminaron temprano ambas pueden ir a jugar un rato, pero primero recojan todo.

Ayudaría a las niñas a recoger todos sus cuadernos y útiles escolares para que se los llegaran a su habitación, mientras tanto la joven de cabello corto mira aquella escena con cierta envidia.

—  (Yo podría ser mejor madre que ella. Las disciplinaria como corrresponde).

Empieza a imaginar una vida junto a Zale donde ella era la señora Bloodress y madre de ambas niñas. Ella esperaba más que nadie a que Zale se divorciara para estar finalmente con ella. Sus pensamientos se esfuman ya que alguien la llama.

— Espero y Zale no tarde en venir. — Dice mientras se sienta a su lado viéndola con una sonrisa amable. Un incómodo silencio tomaría lugar durante unos minutos hasta que la de cabello corto rompe el silencio.

— Tus hijas son muy lindas — Voltea a ver a la joven ocultando sus celos.

— Son muy lindas e inteligentes para su edad. Realmente son unas buenas niñas. — Una sonrisa sincera y tierna se forma en sus labios, tanto su hermana como la pequeña Iori habían llegado a su corazón, en especial la última que a pesar del poco tiempo de conocerse le brindado una gran ayuda.

— ... Ya veo, debes quererlas mucho.

— Ellas son como mi mundo, sin ellas no sería nada.

Los celos estaban comiendo viva a Yami, para ganarse el corazón de Zale tenía que caerle bien a sus hijas, pero realmente no le gustaban los niños.

— ¿Por qué mientes de esa forma? — Dijo de manera seria mientras se levantaba dando leves pasos alejándose de aquel mueble dejado perpleja a Noire.

— ¿Disculpa? ¿Cómo que miento?

— Finges querer a esas niñas cuando en realidad no sientes nada por ellas.

Ante esa acusación  la chica se puso a la defensiva mirándola con el señor fruncido cruzándose de brazos y piernas.

— No estoy fingiendo nada. Estás siendo muy grosera...

— ¡Oh vamos! Todos saben que adoptaste a Hoki solo para que renovar el con-

No terminaría de hablar ya que el sonido de una puerta y la voz de un hombre las interrumpe.

— ¿Qué está pasando aquí?

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