Capítulo X.

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Me miré en el espejo de mi habitación. Tenía los ojos muy bonitos, azules si, pero estaban apagados, siempre lo habían estado.


Intenté concentrarme en mis apuntes de naturales, pero no podía, mi cabeza solo pensaba en Hugo.

Soy estúpida, pero hasta cierto punto, creo que ya ha llegado la hora de pasar página, más bien, de quemar el libro.


Pero dónde hubo fuego cenizas quedan.


No se puede vivir aferrada a alguien, sobre todo a alguien que ya no está.


"Tengo que pasar página" y inconscientemente miré hacia la ventana de los gemelos.


Yo, con un examen trimestral de naturales pasado mañana, y pensando en ese gilipollas. Bueno retiro lo dicho porque a estas alturas ya nunca sabría si era o no gilipollas.


No entiendo la costumbre de los gemelos de dejar siempre la ventana abierta. De repente entraron en su habitación . Que casualidad.

Iba a saludarlos pero la conversación de los gemelos hizo que no me moviera de mi sitio.

Soy una maruja, lo sé.


"¡tienes que tenerla ya a tus pies hermano! Identifiqué la voz de Dani.

"No es tan fácil".- Dijo ahora Jesús.

"Venga ya, cómo si tu no te hubieras ligado a ninguna niña nunca, ¿las cuento? Creo que perdí la cuenta hace tiempo."


Tragué saliva, ¿lo que había escuchado era real o había sido una ilusión?, era real.


Ella me gusta de verdad gilipollas!".- chilló Jesús.

"Pues por eso, conquistala cómo tu sabes".


Me estaba empezando a sentir muy mal por escuchar conversaciones ajenas. Antes de que mi cerebro pudiera pensar me asomé a la ventana y me hice notar.


-Uy, ¿A quien vais a conquistar ya?.- dije forzando una sonrisa pícara.

Los gemelos palidecieron, sobre todo Jesús.

-Em, le estaba enseñando a Jesús a jugar a un juego nuevo de la Pley, que trata de... conquistar países.- mintió descaradamente Dani.


No pregunté más y me hice la loca, ya le preguntaría a Jesús.


¿De quién estaría enamorado? De pensarlo se me formaba un nudo en el estómago.


-Eso mismo.- dijo Jesús rascándose la nuca.


Estuvimos un rato hablando, poco para tratarse de nosotros. Me despedí de ellos y cerré la ventana.

Bajé a la planta de abajo, dónde se encontraban mis padres, para coger el cargador de mi móvil.

Busqué en el salón.

-¡Clara!.- dijo mi madre en cuánto crucé la puerta.

Lo menos que me apetece en estos momentos era tener una conversación con esas personas.

HAPPINESS. [GEMELIERS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora